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أقسم بالله العظيم أن أكون مخلصًا لديني ولمصر وللأزهر الشريف, وأن أراقب الله في أداء مهمتى بالمركز, مسخرًا علمي وخبرتى لنشر الدعوة الإسلامية, وأن أكون ملازمًا لوسطية الأزهر الشريف, ومحافظًا على قيمه وتقاليده, وأن أؤدي عملي بالأمانة والإخلاص, وأن ألتزم بما ورد في ميثاق العمل بالمركز, والله على ما أقول شهيد.

COMUNICADOS DE AL-AZHAR
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COMUNICADOS DE AL-AZHAR

 

COMUNICADOS DE AL-AZHAR

Comunicado sobre el futuro de Egipto.

Comunicado para apoyar la voluntad de los pueblos árabes.

Comunicado sobre el sistema de las libertades primordiales.

Comunicado sobre el complemento de los objetivos de la Revolución.

Comunicado acerca de Al-Quds Al-Charif (Jerusalén).

 

 

En el nombre de Al-lah, el Misericordioso, el Compasivo.

Introducción a los Comunicados

Las alabanzas son para Al-lah, y la paz y las bendiciones sean con Su Mensajero.

Al-Azhar Honrado ha sido el púlpito del liderazgo nacional de Egipto a lo largo de la historia. Es también la voz de la conciencia del mundo islámico, pues siente sus dolores, expresa sus añoranzas y aspiraciones y defiende sus derechos. Asimismo, es el sólido castillo de la cultura árabe e islámica que contiene legados de gran estimación y originalidad y goza de matices de moderación tanto a nivel nacional como regional e internacional.

Partiendo de estas consideraciones, Al-Azhar hizo un llamamiento a fundar el diálogo civilizado entre la nación islámica y las demás del mundo, con el objetivo de intercambiar los beneficios, establecer el interés supremo de la humanidad y cumplir el derecho de que las diferentes naciones se conozcan entre sí, confirmando así el contexto de la aleya mencionada en el Sura de los Aposentos Privados del Noble Corán, pues Al-lah dice: « ¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Al-lah es el que más Le teme. Al-lah es Conocedor y está perfectamente informado.» (Sura 49, los Aposentos Privados: 13). A parte de ello, Al-Azhar rechaza al mismo tiempo todo lo que perjudica a la nación islámica o a su chariʻah (ley islámica), sea lo que sea su fuente, y se esfuerza mucho para corregir las prácticas no constructivas a través de al  seguir dialogando con las diferentes partes.

A raíz de ello, Al-Azhar sometió a revisión y corrección todos los acuerdos de conversación, celebrados con anterioridad con algunas de las otras entidades, con el fin de reformular dichos tratados a la luz de estos criterios

En verdad, Al-Azhar en su nueva era tomó la iniciativa de modificar su propia visión acerca del diálogo, sus partes, condiciones, principios, etc. y se centró, ante todo, en el diálogo azharista a todos los niveles y dimensiones (egipcio – egipcio / árabe – árabe / islámico – islámico, etc.). Dicho esto, conviene confirmar que el diálogo, tras haber sido como una simple imagen impuesta según criterios y condiciones ajenas, se convirtió en un acto iniciativo de parte del propio Al-Azhar que parte desde un de diálogo sostenido en el firme fondo del Noble Corán, la Auténtica Sunna Honrada y los contextos de la civilización islámica en sus momentos más prósperos.

A efecto de que el saber es la esencia del mensaje de Al-Azhar, éste empezó hace dos años a corregir algunas debilidades que habían afectado a sus materias curriculares, con respecto a hechos de dispersión y marginación. En este marco, comenzó a rectificar  su plan curricular y fundó la sección de estudios árabes e islámicos junto con la línea del bachillerato de Al-Azhar, de modo que esta nueva sección forme gratificantemente a sus graduados para matricularse en las facultades especializadas en enseñar materias de la lengua árabe y la religión islámica, teniendo como base los contenidos curriculares de Al-Azhar conocidos por su moderación y objetividad que habían formado anteriormente a los sabios más destacados de Al-Azhar como: Chaltut, Al-Maraghi, Deraz, ‘Abd Ar-Raziq, ‘Abd Al-Halim, Al-Cha‘rawī y Muhammad Al-Ghazalī —que Al-lah les conceda Su misericordia—.

Esto fue un poco antes de la revolución egipcia en 25 de enero del 2011. Tras esta fecha, el ambiente revolucionario viene con más apoyo a realizar nuevas reformas y mejoras, puesto que se extendió el entorno objeto de mejoras y se aumentaron los papeles desempeñados a este nivel. Sin embargo, todas las actuaciones desembocaban en dos metas principales: 1) Reparar internamente la Institución de Al-Azhar por medio de la modificación positiva de los planes curriculares tanto universitarios como preuniversitarios. Este es el primer y más importante objetivo para los azharistas y para todos los egipcios. 2) Promover, nacional, regional e internacionalmente, el genérico papel nacional e islámico que todos anhelan de su estimada Institución.

La Jefatura de Al-Azhar recibió el sentimiento que la opinión pública había reflejado con una muy buena acogida, pues rechazó fundirse en polémicas que habían colmado el ambiente y eran aborrecidas por el pueblo. Además, incitó a un grupo destacado de cultos y sabios egipcios que representaban, mental e ideológicamente, los diferentes tipos de la nación, a ponerse junto con un conjunto ilustrado de ulemas de Al-Azhar a analizar la situación actual y seguir el desarrollo de la revolución y sus requerimientos. Así pues, todos se concuerdan en fundamentos religiosamente admitidos y aceptados por parte de aquellas personas, de modo que tales fundamentos vengan conforme a las necesidades de la situación del Estado egipcio y, tal vez, sean un modelo a seguir por algunas otras sociedades islámicas de acuerdo con su propia voluntad y sus condiciones peculiares.

Uno de los frutos de estos comunes esfuerzos científicos e intelectuales y estos continuos y profundos diálogos a lo largo de unos cuantos meses fue la expedición de estos documentos que presentamos hoy a los lectores árabes:

Primero: El documento de sistema principal del Estado. Este documento regula la relación entre el gobernante y el gobernado, delimita los derechos y deberes, reglamenta la democrática participación popular en el poder y perfila una imagen del país que satisfaga a nuestra nación, sea admitida por nuestra chariʻah y vaya de acuerdo con las necesidades de nuestra era.

Las deliberaciones intelectuales han llegado a la conclusión de que este país es “un Estado nacional, democrático, constitucional y moderno”. El término modernización aquí se refiere a conservar la separación entre las tres autoridades: la ejecutiva, la legislativa y la judicial. Este documento fue expedido el 19/5/2011, correspondiente a 17/7/1432 de la Hégira. Todos los entornos científicos y políticos lo han aceptado con gratitud y albriciándose de que las entidades constitucionales y las del senado adoptarán este documento y lo emplearán al legislar la constitución del país, si Al-lah quiere.

El segundo comunicado: En Egipto, surgió la necesidad de que Al-Azhar Honrado expidiera un informe referencial que sirviese para contribuir a conservar las libertades primordiales, y los derechos que vienen como consecuencia de estas libertades y lo que las rodea, y que mediante las cuales se organicen los asuntos de una libre comunidad en donde los egipcios desean vivir, formando un marco legislativo emanado de las intenciones y objetivos de la legislación islámica. El segundo comunicado apareció en ese momento, unos dos meses, tras la expedición del anterior, para satisfacer una de las necesidades del ambiente revolucionario en Egipto, después de la reacción incomparable del pueblo con el primer informe.

Este comunicado contiene la fundamentación religiosa, filosófica y constitucional de elegir con libertad la creencia, el campo científico, la creación artística y literaria y todo lo que protege estos factores, lo cual a su vez está relacionado con la libertad de opinión y el modo de expresarla. Esta es la esencia de tal libertad responsable con sus diversos lados.

Hubo nuevas circunstancias junto con la circulación de los movimientos de (La Primavera Árabe) de un país a otro y el enfurecimiento político en otros países árabes excepto Egipto y Túnez, tal y como, Yemen, Libia y Siria, y la interacción de todo el entorno árabe con el sufrimiento de los pueblos de tales países al oponerse a sus respectivas autoridades. Por lo tanto, fue necesario que Al-Azhar mostrara su tajante actitud respecto a los pueblos revolucionados. Así pues, los sabios, científicos y pensadores han vuelto a reunirse para formular el tercer comunicado relacionado con el apoyo a la voluntad de los pueblos árabes. De esta forma, Al-Azhar declaró que al gobernante que derrame la sangre de su pueblo, se le invalida la legitimidad de su poder, siempre y cuando se trate de una pacífica revolución poblacional que representa las peticiones de los ciudadanos, pero de ninguna manera, las de las fuerzas enemigas a los árabes y musulmanes. Este informe fue expedido en el 30/12/2011, correspondiente a 3/12/1432 de la Hégira.

Cuando estallaron las discusiones entre las potencias nacionales de Egipto y éstas amenazaron con atraer aliados de entre las demás potencias, la revolución estaba a punto de convertirse en violenta; por efecto de la intervención de algunas entidades irresponsables. En este momento, Al-Azhar emitió un importante comunicado sobre (Cumplir los objetivos de la revolución y recuperar su pacífico espíritu). Participaron en el acto el Papa Chenuda, el Ex-Papa de Alejandría, el primer ministro y un conjunto de representantes de todos los partidos y grupos políticos, religiosos e intelectuales. Esto ocurrió en 11/1/2012, correspondiente a 17/2/1433 de la Hégira. Entonces, se calmaron las cosas y las potencias nacionales pasaron la crisis de la dispersión y el riesgo la violencia. Alabado sea Al-lah, el Señor del universo.

El quinto y último comunicado fue sobre Al-Quds Al-Charif (Jerusalén) cuando el enemigo transgresor acudió a extender la nefasta judaización del territorio palestino a la Ciudad Sagrada y al Santuario que presenta la primera alquibla de los musulmanes, su tercera Mezquita Sagrada y el sitio de partida desde donde su Profeta (PyB) emprendió su viaje a los cielos, afirmando su identidad árabe desde hace sesenta siglos. Este comunicado puso de manifiesto las agresiones consecutivas contra la Ciudad Sagrada que los musulmanes y árabes siempre defendían, asegurándose de que estuviese  abierta para todas las religiones bajo el poder árabe-islámico. Asimismo, aclaró que los sionistas están jugando el destino de su Estado agresor impuesto por la fuerza de las armas al seguir las políticas de agresión contra la Ciudad Sagrada. Este informe fue expedido en 20/11/2011, correspondiente a 24/12/1433 de la Hégira.

La Jefatura de Al-Azhar propuso registrar los textos de estos cinco documentos históricos, por un lado, para conservar el patrimonio de la revolución egipcia, y por el otro, para beneficiar la generación de tal revolución que no había participado en su escritura y emisión. Así como, tal vez no carezca de beneficio para el lector árabe quien anhela una verdadera reforma que establezca los pilares y fundamentos de la sociedad, conserve su identidad tanto cultural como religiosa, de modo que les resulte de difícil derrota a los codiciosos agresores, reaccione con el espíritu corriente en todo el mundo y convenga con la nación de la Unicidad divina estando a la cima del primer tercio del siglo décimoquinto de la hégira.

Al-lah —Altísimo sea— dice: «Al-lah es Invencible en su mandato, sin embargo la mayoría de los hombres no lo saben» (sura 12, Yusuf: 21).

Redactado en la Jefatura de Al-Azhar

En 27 de marzo de 2012, correspondiente al 4 de 3 de1433 de la Hégira.

Ahmad Al-Tayyib

Jeque de Al-Azhar

 

 

 

 

COMUNICADOS DE AL-AZHAR

Comunicado acerca del futuro de Egipto.

Comunicado acerca de apoyar la voluntad de los pueblos árabes.

Comunicado sobre el sistema de las libertades primordiales.

Comunicado sobre cumplir el resto de los objetivos de la Revolución.

Comunicado acerca de Al-Quds Al-Charif (Jerusalén).

 

 

 

 

 

Comunicado de Al-Azhar y la élite de los eruditos ilustrados acerca del futuro de Egipto

Debido a una generosa iniciativa del Prof. Dr. Ahmad Al-Tayyib, Jeque de Al-Azhar, un eminente grupo de eruditos egipcios, de diferentes tendencias ideológicas y religiosas, se ha reunido con un considerable número de sabios, ulemas y pensadores de Al-Azhar Honrado. Durante varias reuniones, estudiaron las implicaciones del distintivo momento histórico por el que pasa el país tras la Revolución del 25 de enero y su importancia en orientar el futuro de Egipto hacia su noble meta y conseguir el derecho de su pueblo a la libertad, la dignidad, la justicia y la igualdad social.

Los reunidos concordaron en la necesidad de establecer el plan del futuro de la patria a base de principios totalitarios y reglas integrales discutidas por las potencias de la comunidad egipcia; a fin de fundar los marcos ideológicos que controlan las normas de la sociedad y su correcta trayectoria.

Y como todos reconocen la distinguida condición referencial de Al-Azhar y su destacado papel director en cristalizar el moderado pensamiento islámico, todos los reunidos afirman la importancia de esta Institución y la consideran el reluciente alminar de guía que ilumina el camino y al que se acude para determinar la relación del Estado con la religión y dilucidar las correctas bases políticas que deben ser seguidas, apoyándose en su acumulada experiencia y su historia académica, científica y cultural que se había fundamentado en las siguientes dimensiones:

La dimensión jurisprudencial en la reavivación y la renovación de las ciencias religiosas conforme a la escuela de Ahl Al-Sunnah Wal-Gama‘ah que reúne las pruebas textuales y las pruebas de razonamiento lógico. Además, revela reglas aplicables a la interpretación de los textos religiosos.

La dimensión histórica del papel de Al-Azhar Honrado en liderar los movimientos y las corrientes nacionales hacia la libertad y la independencia.

La dimensión cultural en reavivar los diferentes tipos de ciencias naturales, literaturas y artes.

La dimensión práctica en dirigir la sociedad y formar líderes de opinión pública en la vida egipcia.

La dimensión abarcadora de la ciencia, el renacimiento, el liderazgo y la cultura en el mundo árabe e islámico.

Durante los debates, los reunidos se empeñaron en inspirar el espíritu del legado de los sabios más relevantes del pensamiento, renacimiento, desarrollo y reformas de Al-Azhar Honrado, comenzando por el jeque del Islam Ḥasan Al-‘Attar y su discípulo Rifa‘ah Al-Ṭahtawī, hasta llegar al imam Muhammad ‘Abduh y sus discípulos de entre los ilustrados de Al-Azhar, como Al-Maragī, Musṭafa Abd Al-Raziq, Chaltūt, entre otros azharistas sabios y alfaquíes islámicos hasta hoy en día.

Al mismo tiempo, se inspiraron en los grandes logros de los eruditos egipcios participantes en el desarrollo cognitivo y humanitario. Así pues, estos ilustrados han contribuido en formular el moderno pensamiento egipcio y árabe durante su renacimiento innovador, contando con sabios en filosofía, derechos, letras, artes, etc. junto con otros saberes que modelaron el intelecto, la emoción y la subconsciencia poblacionales. Se esforzaron para cumplir estos objetivos centrándose en tratar con más interés los factores comunes en que todos coinciden. Tales factores comunes son los que anhelan a conseguir la sublime meta que aspiran todos los dotados de razón y sabios de la nación. Tal gloriosa meta se define como sigue:

"Delimitar los principios reguladores para comprender la relación del Islam con el Estado en el actual momento tan delicado. Eso viene en un marco de unas cuantas estrategias de mutuo acuerdo que modelan la deseada forma del Egipto moderno y su sistema de gobernación y, además, impulsa a la nación hacia la trayectoria del desarrollo cultural, de modo que se pueda lograr el traspase democrático y se garantice la igualdad social y que Egipto entre en una era próspera de ciencia, paz y producción cognitiva, conservando los valores espirituales y humanitarios y el patrimonio cultural. Es indispensable la realización de dichos factores con el fin de proteger los principios islámicos que se habían quedado arraigados en la subconsciencia de los sabios, ilustrados y pensadores egipcios, evitando que estos valores se malinterpreten, se exageren o se deforme su verdadero aspecto. Otro objetivo estriba en impedir que algunas tendencias extremistas se aprovechen de ellos lanzando lemas religiosos de unas sectas o ideologías que contradicen los principios comunes de nuestra nación, el modelo moderado y la esencia del Islam respecto a la libertad, la justicia y la igualdad, y se alejan por completo de la tolerancia de todas las religiones celestiales.

De ahí, los reunidos mostramos nuestro acuerdo en los siguientes principios para delimitar la valiosa naturaleza referencial del Islam, que se representa esencialmente en unas cuantas cuestiones totalitarias deducidos de los textos religiosos firmes y concluyentes, en su calidad de revelar el concepto de la verdadera religión. Estos principios se resumen en los puntos siguientes:

Primero: sostener la fundación del Estado moderno, nacional, constitucional y democrático, que depende en una constitución elegida por el pueblo, que reglamenta la separación de las autoridades del país y sus legales instituciones gobernadoras. Así como, una constitución que delimita el marco del régimen, los deberes y derechos para todos sus miembros con toda igualdad, de modo que la autoridad legislativa esté en manos de los diputados. Esto es, los representantes del pueblo, de acuerdo con el correcto concepto islámico, ya que el Islam, junto con su historia, civilización y legislación, nunca ha instituido lo reconocido hoy en día en otras culturas para la jerarquía eclesiástica o el Estado absolutamente religioso que ha tiranizado a la gente, y a causa del cual, la humanidad ha sufrido en algunas fases de la historia. Al contrario, el Islam deja que la gente administre sus propias comunidades y elija los métodos y maneras que puedan servir para lograr sus intereses, a condición de que los principios totalitarios de la legislación islámica sea la principal fuente jurídico-legislativa, de modo que se garantice que los seguidores de las otras religiones celestiales puedan acudir a sus propias legislaciones y leyes en lo que concierne a los casos del estatuto personal.

Segundo: Establecer el sistema democrático que se basa en la directa y libre elección. Este sistema es la fórmula moderna que sirve para poner en funcionamiento los principios de la Consulta en el Islam, que garantiza la existencia del pluralismo político e intelectual, una transición pacífica del poder, la delimitación de las especialidades, la observación de la ejecución administrativa, rendir cuentas a los responsables ante los diputados representantes del pueblo, considerar los intereses comunes de la gente al emitir decisiones o instruir legislaciones, administrar las cuestiones del país exclusivamente mediante las leyes, perseguir la corrupción y establecer la absoluta clarividencia y la libertad de conseguir y circular las informaciones.

Tercero: Comprometerse con el sistema de las principales libertades de pensamiento y opinión, respetando por completo los derechos humanos, las mujeres y los menores, y confirmando el principio del pluralismo, el respeto hacia las otras religiones celestiales y la consideración de la ciudadanía como el marco de responsabilidad en la sociedad.

Cuarto: Mantener el absoluto respeto y los modales hacia lo diferente y las reglas morales del diálogo. Asimismo, habrá de abstenerse de difamar por herejía, traición, aprovechase negativamente de la religión y usarla para provocar la discrepancia, dispersión, agresión y el odio entre los ciudadanos, tomando en consideración la gravedad de fomentar la discordia civil y las invocaciones racistas, considerándolo como un auténtico crimen contra la patria. Así pues, ha de autorizar el diálogo homogéneo y el respeto recíproco, y, además, depender de estos dos factores al tratar con las diferentes clases sociales del pueblo, sin ninguna especie de discrepancia referente a los derechos o deberes de un ciudadano u otro.

Quinto: Afirmar en comprometerse con los convenios, los tratados y las decisiones internacionales y aferrarse a los logros concernientes a las relaciones humanas, de acuerdo con las nobles tradiciones de la cultura arábigo-islámica resultante de una larga experiencia y estimable civilización de los egipcios a lo largo de sus diferentes eras y lo que ha presentado a toda la humanidad respecto a ejemplos de la convivencia pacífica y buscar el bien común para todo el mundo.

Sexto: Asegurarse en conservar la dignidad de la nación egipcia, preservar su superioridad nacional, afirmar la absoluta protección, el completo respeto a los santuarios pertenecientes a los seguidores de cada una de las tres religiones celestiales y garantizar la práctica libre de todos sus ritos religiosos sin ningún obstáculo. Así pues, respetar todos los aspectos de adoración en sus diferentes tipos, sin despreciar la cultura del pueblo ni desechar sus tradiciones originales. Asimismo, conservar la libertad de expresión y la creación artística y literaria en el marco de nuestros firmes valores culturales.

Séptimo: Considerar que la enseñanza, la investigación científica y el ingreso en la era de la sabiduría son la clave del desarrollo cultural en Egipto. Por eso, hay que dedicar todos los esfuerzos para recuperar lo que se había logrado en estos terrenos. Así como, debemos movilizar todos los esfuerzos sociales para acabar con el analfabetismo, invertir los existentes recursos humanos y cumplir los grandes proyectos del futuro.

Octavo: Poner en marcha el principio de prioridades en lograr el desarrollo, la justicia social, hacer frente a la tiranía, luchar contra la corrupción y acabar con el paro, de modo que se aprovechen  los esfuerzos del pueblo y su innovación en los lados económicos, los programas sociales, culturales e informativos, a condición de que todo ello esté  en la cima de las prioridades que nuestro pueblo adopta en su actual renacimiento, teniendo en cuenta que el serio y verdadero cuidado médico es un deber del Estado hacia todos los ciudadanos.

Noveno: Establecer relaciones sólidas entre Egipto y los demás países árabes e islámicos, e incluso, con los Estados africanos y los de todo el mundo. Así como, respaldar la defensa al derecho palestino, conservar la independencia de la voluntad egipcia y recuperar el histórico papel de Egipto como director a base de cooperar, a realizar el bien común y lograr los intereses de los pueblos, en un marco de igualdad y absoluta independencia. Asimismo, seguir participando con los demás en el noble esfuerzo humanitario; con el fin de desarrollar la humanidad, preservar el medioambiente y lograr la justa paz entre las naciones.

Décimo: Sostener el proyecto de independizar la Institución de Al-Azhar, reinstaurar el (Consejo de Grandes Ulemas) y restaurar sus especialidades mediante la elección y las recomendaciones del Jeque de Al-Azhar. Así pues, empezar a renovar los planes curriculares de la enseñanza de Al-Azhar; para recuperar su original papel intelectual y su influencia universal en todos partes del mundo.

Undécimo: Considerar Al-Azhar Honrado como la entidad competente a la que se dirige o toma como referencia para consultar en los asuntos acerca del Islam, sus ciencias, su legado y sus modernos esfuerzos jurídicos, intelectuales y legislativos, teniendo en cuenta dejar de censurar el derecho de mostrar la opinión por parte de cualesquiera, siempre y cuando éstos gocen de las necesarias condiciones académicas y científicas, mantengan los modales del diálogo y respeten lo acordado por unanimidad por los ulemas de la nación.

Así pues, los ulemas de Al-Azhar instan a los cultos e ilustrados de todos las corrientes y partidos políticos de Egipto, que han sido participantes en la elaboración de este informe, que  se mantengan trabajando para el desarrollo de Egipto a nivel político, económico y social, en el marco de los determinados puntos mencionados en este comunicado.

Ciertamente, Al-lah es Quien ayuda a realizar lo mejor para la nación.

Expedido por la Jefatura de Al-Azhar

En el 17 de Ragab de 1432 de la Hégira, correspondiente al 19 de junio de 2011.

 

Los ulemas de Al-Azhar

Una élite de ilustrados eruditos

Jeque de Al-Azhar.

 

 

2. Comunicado de Al-Azhar y de los intelectuales para apoyar la voluntad de los pueblos árabes

          Partiendo de la conciencia de los grandes sabios de Al-Azhar y del grupo de intelectuales  participantes, acerca de las exigencias de la fase histórica crucial, por la que pasan los pueblos de la Nación Árabe en su lucha legítima por la libertad, la justicia y la democracia y por reanudar su marcha cultural; e inspirándose en el espíritu de libertad de la Chariʿah (la ley islámica) y en los derechos jurídicos relacionados con la legitimidad del poder y su papel en la reforma y  en el cumplimiento de los propósitos y los intereses vitales de la Nación; y de acuerdo con la actitud  de Al-Azhar Honrado y de los intelectuales más notables en Egipto y el Mundo Árabe con respecto a apoyar los movimientos de liberación  en contra del colonialismo  tiránico y del dictador injusto; y en la creencia de todos de la necesidad del despertar de la Nación para adoptar los medios necesarios para lograr  el renacimiento y el progreso, y superar los fracasos históricos,  poniendo los fundamentos de los derechos de los ciudadanos con respecto a la justicia social sobre una base fija de los principios de la chariʿah y sus fuentes, que llama a proteger la mente, la religión, la vida, el honor y los bienes, y cerrar el paso a la autoridad injusta que quita a la Sociedad Árabe e Islámica entrar a la era del resplandor cultural y del progreso del conocimiento y contribuir a lograr la prosperidad económica y el renacimiento entero; partiendo de todo esto el grupo que ha publicado el Manifiesto de al-Azhar, representando las diferentes ideologías de la sociedad egipcia, ha entablado varios diálogos constructivos acerca de la interacción fructífera y la conformidad íntima entre las diferentes tendencias que habían logrado  las revoluciones árabes, y se ha puesto  de acuerdo sobre el conjunto de principios que provienen del pensamiento islámico y de las aspiraciones futuras de los pueblos árabes, y ha llegado, bajo el auspicio de Al-Azhar Honrado, a proclamar la necesidad de respetar los pactos siguientes:

          Primero: La legitimidad de la autoridad gobernante, desde el enfoque religioso y constitucional, se basa en la satisfacción de los pueblos y su libre elección por medio de una votación pública celebrada con honradez y transparencia democrática, en su calidad de alternativa moderna y organizadora de lo que fue precedido en las tradiciones islámicas tradicionales del Bayʿa (juramento de lealtad a un líder). De acuerdo con el desarrollo de los regímenes y sus medidas en el Estado moderno, y según lo establecido en la tradición constitucional con respecto a la distribución del poder legislativo, ejecutivo y judicial, y la separación decisiva entre ellos, además del ajuste de los medios de la vigilancia, la responsabilidad y la rendición a cuentas, de tal modo que la Nación sea la fuente de todos los poderes y la que conceda la legitimidad y la que la quite en caso de necesidad. Muchos gobernadores se han acostumbrado a fortalecer su poder absoluto adhiriéndose a un entendimiento incompleto de la noble aleya coránica: “¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allah, obedeced al Mensajero y a aquéllos de vosotros que tengan autoridad” (Sura 4, las Mujeres: 59), cerrando los ojos al contexto claro y evidente en la otra aleya que la precede directamente: “Allah os ordena devolver los depósitos a sus dueños y que cuando juzguéis entre los hombres lo hagáis con justicia” (Sura 4, las Mujeres: 58).  Esto señala que el incumplimiento de las condiciones de la responsabilidad del poder y la falta de hacer justicia serían una justificación legal para los pueblos de reclamar a sus gobernadores hacer justicia y luchar contra la injusticia y la dictadura. Hay que tener en cuenta que los alfaquíes que emitieron el veredicto de la obligación de tener paciencia con el gobernante dictador, por consideración hacia la seguridad de la Nación y la amenaza de la anarquía y del tumulto, permitieron, al mismo tiempo, destituir al dictador injusto cuando hubiera posibilidad de hacerlo y fuera excluida la posibilidad de sufrir daño y dañar a la seguridad de la Nación y la sociedad.    

          Segundo: Cuando se levanta la voz de la oposición nacional popular y la protesta pacífica, que es un derecho auténtico de los pueblos para rectificar a los gobernadores y llevarlos por el buen camino, y luego éstos no hacen caso a las exigencias de sus pueblos y no se apresuran a hacer las reformas requeridas, más bien se obstinan en cerrar los ojos a las demandas nacionales legítimas, que llaman a la libertad, a la justicia y a la igualdad. En este caso, los opositores nacionales no se consideran como opresores, ya que los opresores son aquellas personas descritas en la jurisprudencia con llevar las armas, vivir aislados del resto de la comunidad, apuntar las armas en contra de quienes no están de acuerdo y corromper en la tierra por la fuerza. Los movimientos nacionales de oposición pacífica representan uno de los derechos humanos originarios en el Islam, tal y como fueron confirmados por todos las convenciones internacionales. Es más, son una obligación de los ciudadanos para reformar su sociedad y rectificar sus gobernadores, teniendo en cuenta que acceder a sus deseos es obligatorio para los gobernantes sin perfidia ni obstinación. 

          Tercero: el enfrentamiento contra cualquier protesta nacional pacífica por la fuerza y la violencia armada, así como el derramamiento de sangre de los ciudadanos pacíficos, se consideran como una violación del pacto del poder entre la Nación y sus gobernadores, que hace derribar la legitimidad del gobernador y perder su derecho de seguir en el poder de mutuo acuerdo. Si este gobernador persiste en su tiranía, en hacer injusticias y opresiones y dar poca importancia al derramamiento de sangre de los ciudadanos inocentes, en pro de preservar su permanencia ilegítima, y a despecho de la voluntad de los pueblos, entonces este gobernador se hace culpable de unos delitos que ensucian su historia.  En este caso, los pueblos vencidos, a su vez, tienen derecho a esforzarse en derribar a este gobernador autoritario y castigarle, más aun en cambiar todo el régimen, sean cuales sean las justificaciones tales como mantener la estabilidad o hacer frente a las discordias y a las conspiraciones, ya que la violación de la santidad de la sangre protegida es la línea divisoria entre la legitimidad del gobernador y el hecho de que se vuelva criminal y transgresor. En estos casos, los ejércitos organizados –en todas nuestras patrias- tienen que ser responsables de sus obligaciones constitucionales con respecto a la protección de las patrias de fuera y no convertirse en una herramienta para reprimir y aterrorizar a los ciudadanos y derramar su sangre de dentro. A este respecto, Al-lah dice: «Quien matara a alguien, sin ser a cambio de otro o por haber corrompido en la tierra, sería como haber matado a la humanidad entera» (Sura 5, la Mesa Servida: 32).

          Cuarto: Es obligatorio para las fuerzas de la revolución, la renovación y la reforma apartarse completamente de todo lo que pueda conducir al derramamiento de sangre y de recibir fortalecimiento de las potencias exteriores, sea cual sea su origen y los pretextos y las justificaciones con los que intervienen en los asuntos de sus países y patrias. Si dichas fuerzas de la revolución no hicieran esto, serían opresores y violadores de la ley de su comunidad y de la legitimidad de sus Estados. En este caso la autoridad debe devolverlas a la unidad de la comunidad nacional, que es la obligación principal. Las fuerzas de la revolución y de la renovación tienen que unirse para realizar su sueño por la justicia y la libertad y evitar los conflictos sectarios, raciales o religiosos, para proteger su tejido nacional, respetar los derechos de la ciudadanía y reunir todas las energías por una democratización que será en beneficio de todos, en un marco de conformidad y armonía nacional, cuyo objetivo estriba en construir el futuro en base de la igualdad y la justicia. Esto se hace para que la revolución no se convierta en unos botines sectarios o una fuente de agudización de las sensibilidades religiosas. Más bien, los revolucionarios, los renovadores y los reformadores tienen que proteger las instituciones de sus países, no derrochar sus riquezas, renunciar a éstas a favor de los enemigos, evitar caer en la trampa de las discordias y las rivalidades y fortalecerse por las fuerzas codiciosas por los bienes de sus patrias.

          Quinto: De acuerdo con estos principios islámicos y constitucionales, expresivos de la esencia de la conciencia cultural, los sabio de al-Azhar y los intelectuales más notables proclaman su completo apoyo a la voluntad de los pueblos árabes en la renovación y la reforma y en la sociedad de la libertad y de la justicia social, que había vencido en Túnez, Egipto y Libia, y todavía está enfureciéndose en Siria y Yemen. Del mismo modo, condenan las herramientas brutales de represión, que se esfuerzan en extinguirla, así como incitan a la Sociedad Árabe e Islámica a que adopten unas iniciativas decisivas y eficaces para asegurar su éxito con pérdidas mínimas, en confirmación del derecho absoluto de los pueblos en la elección de los gobernadores y su obligación de rectificarlos para evitar la tiranía, la corrupción y el abuso. Es digno mencionar, en este tenor, que la legitimidad de cualquier poder está supeditado a la voluntad del pueblo; y el derecho de la oposición nacional pacífica, no armada, acerca de la obligación de quitar los daños está garantizado en la legislación islámica, aparte de ser de lo más primordial de los derechos humanos en todos los pactos internacionales. 

          Sexto: Los Sabios de al-Azhar y los intelectuales participantes hacen un llamamiento a los regímenes árabes para que se empeñen en apresurarse a realizar la reforma política, social y constitucional voluntariamente, y a comenzar con el proceso de la democratización, ya que el despertar de los pueblos oprimidos se hace inevitable. En esos momentos ningún gobernador podrá ocultar a su pueblo el sol de la libertad. Es una vergüenza que el Área Árabe y algunos países islámicos permanezcan, al contrario de todos los países del mundo, en el retraso, la opresión y la tiranía, y que esto se atribuya injusta y falsamente al Islam y a su cultura, que es inocente de esta calumnia. Además, estos países deben comenzar inmediatamente a adoptar los medios del renacimiento científico, el avance tecnológico y la producción de conocimiento, y obtener provecho de la energía humana y sus recursos naturales en interés de sus ciudadanos y en cumplimiento de la felicidad de toda la humanidad.

          Ningún protector de la dictadura y de la tiranía deberá creer que esté a salvo del destino de los injustos o que pueda extraviar a los pueblos, ya que estamos en la era de comunicación abierta, explosión de conocimiento, supremacía de los principios religiosos y culturales luminosos, además de los ejemplos del sacrificio y de la lucha que están muy claros en el Mundo Árabe. Todo esto ha hecho del despertar de la gente una llama brillante, de su libertad una bandera izada y de la esperanza de los pueblos vencidos un acicate que incita a la lucha heroica hasta conseguir la victoria. Los ignorantes de la religión, los que deforman sus prescripciones y los que llaman a apoyar la tiranía, la injusticia y la dictadura tienen que poner fin a esta absurdidad inútil. 

«Al-lah es Invencible en Su mandato, sin embargo la mayoría de los hombres no lo saben» (Sura 12, Yusuf: 21).

          ¡Oh, Al-lah! Te pedimos una misericordia que guíe nuestros corazones, nos unifique e impida las discordias ¡Oh Señor del Universo!

 

Redactado en la Jefatura de Al-Azhar

3 de Zil Higga de 1432 de la Hégira, correspondiente al 30 de octubre del 2011.

Ahmad Al-Tayyib

Jeque de al-Azhar

 

 

 

En el nombre de Al-lah, el Misericordioso, el Compasivo.

Al-Azhar Honrado

Oficina del Jeque de al-Azhar

3. Comunicado de Al-Azhar y de los intelectuales sobre las libertades primordiales

 

Después de las revoluciones liberadoras que abrieron paso a las libertades y reavivaron el espíritu del renacimiento integral en varias clases, los egipcios y la nación árabe e islámica se volvieron hacia sus ulemas e intelectuales para determinar la relación entre los principios de la tolerante Chariʿa islámica y la disciplina de las libertades básicas que han sido unánimemente acordadas en las convenciones internacionales. Como resultado de estas libertades básicas surgió la experiencia cultural del pueblo egipcio, en el proceso de consolidar los fundamentos de la nación, reafirmar sus principios establecidos y determinar las condiciones necesarias para el desarrollo y su apertura al futuro.

  Las libertades a las que se refiere son: la libertad de creencia, libertad de opinión y expresión, libertad de investigación científica y libertad de creatividad literaria y artística. Todas estas libertades deben tener en cuenta el propósito general de la Chariʿah, así como comprender el espíritu de la moderna legislación constitucional y los requerimientos del desarrollo del conocimiento humano. Esta relación crea una energía espiritual para la nación que puede incentivar el renacimiento y trabajar como un catalizador de progreso físico y moral. Este esfuerzo debe ser armoniosamente conectado y consistente con el discurso cultural racional y el discurso religioso iluminado. Estos dos discursos se sobreponen y se complementan en un patrón que es fructífero para el futuro y une las metas y objetivos acordados por todos.

  Por eso el conjunto de los ulemas azharíes y los intelectuales egipcios —quienes publicaron el primer Documento de Al-Azhar, bajo el auspicio del Al-Azhar Honrado, e hicieron que lo siguiese el comunicado de apoyo al movimiento de los pueblos árabes hacia la libertad y la democracia— han continuado su actividad y han examinado entre sí los componentes intelectuales comunes incluidos en la disciplina de libertades y derechos humanos. Estos ulemas e intelectuales han llegado, al final, a adoptar una serie de principios y reglas que controlan estas libertades. Esto está basado en los requerimientos actuales y la necesidad de preservar la esencia de la compatibilidad entre las comunidades, tomando en consideración el interés público en la fase de la transición democrática, hasta que la Nación construya sus instituciones constitucionales en paz y moderación con la bendición de Allah —Altísimo sea—.

  Esto debe ser logrado con el fin de que no se divulguen ciertos llamamientos malévolos, que son justificados con el pretexto de la llamada a “promover la virtud y prevenir el vicio” para intervenir en las libertades públicas y privadas. Esto no se adecua al desarrollo cultural y social del Egipto moderno, en un tiempo en que el país necesita la unidad y el correcto entendimiento moderado de la religión, lo cual representa el mensaje religioso de Al-Azhar y su responsabilidad hacia la comunidad y la patria.

 

Primero: Libertad de creencias

  La libertad dogmática y todo lo asociado con ella como el derecho a la ciudadanía, basado en la plena igualdad en los derechos y obligaciones, se considera la piedra angular de la construcción moderna de la comunidad. Dicha libertad está sustentada por los textos religiosos concluyentes y por principios explícitos constitucionales y legales. En este sentido, Allah —Exaltado sea—  dice: «No hay coacción en la práctica de Adoración, pues ha quedado claro cual es la buena dirección y cual el extravío»; y dice en otra aleya: «Así pues el que quiera creer, que crea; y el que quiera negarse a creer, que no crea». Estas aleyas legitiman la criminalización de cualquier apariencia de coerción, persecución o discriminación en la religión. Cada individuo en la comunidad puede adoptar las ideas que le gusten sin que esto afecte el derecho de la sociedad a mantener las creencias monoteístas. Las tres religiones divinas disfrutan de su propio sentido de santidad, y sus seguidores tienen la libertad de ejercer sus rituales sin que haya agresiones contra los sentimientos o violaciones de la santidad de la religión de los demás, con palabras o hechos, y sin quebrar el orden público.

  Como el Mundo Árabe ha sido la cuna de las revelaciones celestiales y el seno de las religiones divinas, está rigurosamente comprometido con la protección de su santidad, el respeto de sus rituales y el mantenimiento de los derechos de los creyentes en dichas religiones, con la libertad, dignidad y hermandad. De la libertad de creencias se desprende el reconocimiento de la legitimidad del pluralismo, la protección del derecho al desacuerdo, la obligación de cada ciudadano de respetar los sentimientos de otros y la igualdad entre los ciudadanos. Esta igualdad deberá estar asentada en una base de sólida de ciudadanía, asociación e igualdad de oportunidades para todos los derechos y obligaciones.

  Además, respetar la libertad de creencias implica el rechazo de la exclusión y el takfir (acusación a otro de incredulidad), así como el rechazo de las tendencias que condenan las creencias, o intentan inspeccionar las conciencias de los fieles, en conformidad con lo establecido por los sistemas constitucionales y lo consolidado entre los ulemas musulmanes de disposiciones concluyentes decididas por la tolerante Chariʿah (ley islámica) en la siguiente tradición profética: “¿Has abierto su pecho [y examinado su corazón]?” Dicha postura fue fundamentada, asimismo, por el imán de Medina, el imán Malik, entre otros imanes, cuando dijo: “Si una persona dice algo que muy probablemente denota incredulidad, pero aun así hay una remota probabilidad de que no sea así, no debe ser tomado como denotando incredulidad.” Los imanes notables del igtihad (esfuerzo para inferir veredictos legales) y legislación han destacado el papel de la mente en el Islam y han dejado la brillante regla que implanta lo siguiente: “Si la mente y el texto están aparentemente en conflicto, se le debe dar prelación a la mente y el texto debe ser reinterpretado.” Esto sirve a los objetivos de la Chariʿah y al mismo tiempo tiene en cuenta los intereses legales.

 

Segundo: La libertad de opinión y expresión:

La libertad de opinión es la base de todas las libertades y consiste en manifestarse libremente utilizando los diversos medios de expresión, como: la escritura, la oralidad, la producción artística y la comunicación digital. Además, se considera como un aspecto esencial de la libertad social que no solo es propia de los individuos sino también se extiende a la formación de los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil. También, comprende la libertad de prensa, los medios de comunicación tanto audiovisual como digital y la libertad de acceso a la información necesaria para expresarse. Por lo cual sería imprescindible incluir este derecho entre los artículos invariables de la Constitución a fin de alcanzar un lugar más sublime que las leyes variables.

En este sentido, el Tribunal Constitucional Supremo había ampliado el concepto de la libertad de expresión para incluir la crítica constructiva, aunque sea con palabras agudas, estipulando que “la libertad de expresión en los asuntos públicos nunca puede ser restringida, sino que deberá estar permitida”. Pese a ello, debería respetar las creencias de las tres religiones divinas y sus rituales con el propósito de mantener a salvo el tejido y la seguridad nacionales. Nadie tiene el derecho de sembrar la discordia sectaria en nombre de la libertad de expresión; siendo garantizado el derecho de la opinión científica acompañada de las evidencias —en los círculos especializados— y distante de la agitación, como lo detallaremos más adelante en la libertad de la investigación científica.

Por su parte, los miembros reunidos declaran que la libertad de opinión y expresión es el verdadero aspecto de la democracia, haciendo un llamamiento para enseñar y criar a las nuevas generaciones en el concepto de la libertad, el derecho a discrepar y respetar al otro. Asimismo, instan a los trabajadores en el campo del discurso religioso, cultural y político en los medios de comunicación a tomar en buena consideración esta dimensión en sus prácticas y a ser muy prudentes a la hora de formar la opinión pública basándose en la tolerancia, la amplitud de miras, el diálogo y el rechazo del fanatismo. Para alcanzar este fin se ha de evocar las tradiciones culturales del pensamiento tolerante del Islam. Buena prueba de ello, es lo que decían los grandes ulemas de Igtihad[1]: “Mi opinión es correcta y puede ser errónea y la del otro es errónea y puede ser correcta”. A partir de ahí, la única forma de garantizar la libertad de opinión es responder a las críticas de los demás con los argumentos sólidos de acuerdo con los principios del diálogo y las normas de la civilización establecidas en las sociedades avanzadas.

 

Tercero: libertad de la investigación científica:

La verdadera investigación científica en las ciencias humanísticas, naturales, matemáticas, entre otras, se considera como la locomotora del progreso humano y la herramienta para descubrir los enigmas del planeta y conocer sus leyes a fin de servir a la humanidad. Dicha investigación nunca podrá cosechar sus beneficios tanto teóricos como prácticos sin antes dedicar la energía de la Nación y movilizar todas sus capacidades para ello. Son profusos los textos del Sagrado Corán que incitan a la reflexión, la deducción, la medición y la meditación en los fenómenos cósmicos y humanos para explorar los misterios y las leyes del universo. Dichos textos abonaron el camino para el gran renacimiento científico en toda la historia de Oriente, cuya repercusión se reflejó en la realidad humana. Algo que ha concedido al ser humano una vida muy feliz tanto en Oriente como en Occidente. Como es bien sabido y constatado, dicho renacimiento fue conducido por los científicos musulmanes quienes transmitieron sus ecos al renacimiento occidental.

Si el pensamiento en su totalidad es una ‎obligación islámica en los diferentes campos del conocimiento y las artes, tal como lo afirman los afanados estudiosos, ‎ la investigación científica, teórica y experimental, será la herramienta del ‎mismo. Entre las condiciones más relevantes de la investigación científica ‎es que las instituciones investigativas y los científicos especializados gozan ‎de plena libertad académica para realizar sus experimentos y plantear sus ‎hipótesis, contando con los criterios científicos de forma minuciosa.‎‏ ‏‎ ‎Dichas‏ ‏ instituciones tienen el derecho a poseer‏ ‏la imaginación creativa y la ‏experiencia‏ suficiente ‏para llegar a nuevos resultados que, ‏luego, se suman al ‎conocimiento humano‏; ‏guiadas‏, ‏exclusivamente‏, ‏por‏ ‏la‏ ‏moralidad científica con ‎sus métodos y fundamentos. Cabe mencionar que de entre los grandes ‎sabios musulmanes destacan: Al-Razi, Ibn al-Haytham, Ibn al-Nafis, entre ‎otros. Éstos, a lo largo de muchos siglos, fueron los pioneros del ‎conocimiento científico en Oriente y Occidente.‎

Ya es hora de que La Nación Árabe e Islámica vuelva a la carrera de las potencias y entre en la era del conocimiento. Puesto que la ciencia se ha convertido en una fuerza militar, económica y la causa del progreso, el desarrollo y la prosperidad. Asimismo, la libre investigación científica se ha hecho el eje del renacimiento de la educación; mediante la cual predomina el pensamiento científico y florecen los centros de producción que disponen de grandes presupuestos, forman equipos de trabajo y proponen grandes proyectos. Todo aquello requiere de  una garantía de alto nivel para tener una investigación científica y humanitaria.

El Occidente estaba a punto de dominar todo el progreso científico y monopolizar la trayectoria de la ciencia. Pero el renacimiento científico de Japón, China, India y el sudeste asiático ha podido presentar modelos luminosos para mostrar su capacidad de romper este monopolio y entrar, decisivamente, en la era del conocimiento científico. Ya es hora de que los egipcios, los árabes y los musulmanes pasen al campo de la competencia de la ciencia y civilización; desde luego que están calificados y tienen recursos espirituales, materiales y humanos y otras destrezas que les permiten penetrar en un mundo que no respeta a los débiles y retrógrados.

 

 

Cuarto: Libertad de creación literaria y artística:

La creación se divide en: la científica que se relaciona con la investigación científica, antes mencionada; la literaria y la artística que están representadas por diferente géneros de la literatura, ejemplificados por la poesía lírica y dramática, la narrativa (novela y cuento), el teatro, las biografías, las artes visuales y plásticas, las artes cinematográficas, televisivas y musicales y otros nuevos tipos.

Las letras y las artes, en su totalidad, tienen como objetivo desarrollar la conciencia sobre la realidad; estimular la imaginación; promover el sentido estético; educar los sentidos humanos aumentando su percepción; profundizar la experiencia del hombre tanto en la vida como en la sociedad. Así como, tienden a criticar a la sociedad ـــ en algunas ocasiones ـــ y aspirar a lo mejor del todo. Todo esto al final contribuye a enriquecer la lengua y la cultura; activar la imaginación; evolucionar el pensamiento, teniendo en cuenta los valores supremos de la religión y las virtudes morales.

La lengua árabe se distinguía por su riqueza literaria y su elocuencia incomparable, hasta que se reveló el Sagrado Corán con la perfección retórica y la inimitabilidad, lo que dio a la lengua un retoque más estético y destacó su genio. De ahí, el Sagrado Corán influyó en la poesía, la prosa y la sabiduría. Razón por la cual los poetas y los escritores hábiles —de todas las nacionalidades del mundo islámico y de‎ habla árabe— empezaron a distinguirse, a lo largo del tiempo, en todas las artes libremente sin inconveniencias. Buen ejemplo de ello, sería el gran número de sabios musulmanes (jeques e imanes), que se ocupa de la cultura árabe-islámica, son poetas y novelistas. Teniendo en cuenta que la regla general que controla ‎los límites de la libertad de creación, por una parte, es la ‎aptitud de la sociedad y, por otra, es la capacidad de la misma para ‎asimilar los elementos del patrimonio y la renovación de la ‎creación literaria y artística. Dicha libertad está permitida ‎siempre y cuando no hiera los sentimientos religiosos ni quebrante los ‎valores morales establecidos.‎

 La creación literaria y artística sigue siendo uno de ‎los aspectos más florecientes del sistema de las ‎libertades fundamentales, así como es la más eficaz en mover la consciencia de la sociedad y enriquecer su sensibilidad. ‎De tal modo, cuanto más la libertad moderada se ‎arraigue en la sociedad mayor serán las evidencias que ‎indican su civilización. Entonces, las letras y las artes ‎reflejan la conciencia de la sociedad y la expresión ‎sincera de sus constantes y sus variables y, al mismo ‎tiempo, presentan una buena imagen de sus ambiciones ‎para un futuro mejor. ‎

‎¡Qué Al-lah nos ayude y nos conceda el éxito!‎

Redactado en la Jefatura de Al-Azhar:

14 de Safar de 1433 de la Hégira, correspondiente al 8 de enero de 2012

Jeque de Al-Azhar

Ahmad Al-Tayyib

 

 

Comunicado de Al-Azhar Honrado sobre el complemento de los objetivos de la Revolución Egipcia y la recuperación de su espíritu

Con la iniciativa nacional de Al-Azhar Honrado, y con la amable participación del Consejo de Ministros, la Iglesia Nacional Egipcia y los líderes populares, se celebró - en este día histórico- la primera fiesta de la Revolución Egipcia que impresionó a todo el mundo por sus características extraordinarias, su carácter puramente pacífico, su interés por el consenso nacional de todos los egipcios y por su comprensión de las novedades de la Revolución de la Comunicación Internacional de la época. A raíz de todo esto, la Revolución Egipcia ha podido alcanzar su primer objetivo que radica en la liberación de Egipto de una época llena de corrupción, debilidad, opresión y tiranía.

Hoy en día, todo Egipto vuelve a la Plaza de la Liberación (Al-Tahrir), el punto que vio el nacimiento de la revolución y los sacrificios de los fieles jóvenes patrióticos, quienes presentaron sus vidas por el bien de este país. Motivo por el cual las letras arábigas del nombre de dicha plaza se introdujeron en todos los idiomas del mudo; además, su espíritu democrático dejó una huella bien clara en muchos pueblos de Oriente y Occidente.

Hoy, Egipto, representado por la plaza, el Parlamento,  el Ejército, el pueblo, el Gobierno, Al-Azhar, la patria, el Panarabismo, el Islam, el Cristianismo, la Historia y el patrimonio, el presente y el futuro, la religiosidad auténtica, plenas libertades civiles, aparece ante los ojos del mundo entero con su noble aspecto revolucionario, anunciando las siguientes obligaciones nacionales:

Mantener el mismo espíritu de la Plaza de la Liberación que existía durante los dieciocho días que cambiaron el curso de la historia egipcia y que hizo que los egipcios se unificaran bajo una sola bandera.

El compromiso nacional – en el nombre de los valores antes citados – de cumplir los objetivos de la Revolución del 25 de enero.

El consenso nacional de proteger todos los componentes de esta patria sin predominio, supremacía, exclusión ni parcialidad.

Confirmar el derecho constitucional del ciudadano -en su enjuiciamiento- para comparecer ante un juez natural; impedir los juicios militares para los civiles y liberar a todos los detenidos políticos.

Acelerar el enjuiciamiento de los símbolos de la corrupción y tiranía, teniendo en cuenta que esto debe pasar de forma justa y honesta, conforme a la Ley.

Cumplir con los derechos de las familias de los mártires y heridos facilitándoles el tratamiento, indemnizaciones, trabajo y cuidado integral.

Continuar la construcción democrática de las instituciones estatales y entregar el Poder en la fecha fija sin demora alguna.

Respetar los resultados de las elecciones limpias y libres y colaborar con todos los jóvenes de la Revolución y los diputados del pueblo para construir el futuro de Egipto basándose en la democracia, la legitimidad parlamentaria y consenso nacional.

Acabar con los efectos de las políticas represivas y  la  corrupción y trabajar seriamente para construir una economía sólida que invierta todos los recursos de este país con el fin de establecer la justicia para todos los egipcios.

 Recuperar el papel nacional egipcio para liderar el mundo árabe y proporcionar a la política internacional decisiones libres sin dependencia ni parcialidad.

 El regreso del Ejército nacional, protector de la patria y su revolución, a vigilar las fronteras del país y preservar la seguridad nacional.

 Aprovechar las energías del pueblo, sobre todo, sus jóvenes revolucionarios para construir la sociedad y el Estado; luchar contra el subdesarrollo, la pobreza, la enfermedad y la ignorancia; y hacer de Egipto un modelo luminoso ante todo el mundo árabe e islámico en los ámbitos: político, económico y moral.

                                       

¡Al-lah es el mejor testigo! ¡Al-lah nos basta! ¡Qué excelente Guardián es!

 

Redactado en la Jefatura de Al-Azhar:

17 de Safar de 1433 de la Hégira, correspondiente al 11 de enero de 2012

Ahmad Al-Tayyib

Jeque de Al-Azhar

 

 

Comunicado de Al-Quds Al-charīf (Jerusalén)

Coincidiendo con el ritmo acelerado de la judaización sionista de la ciudad de Al-Quds; los asaltos sionistas continuos a los lugares sagrados islámicos en el Noble Santuario (Al-Haram Al-Qudsy), sobre todo, la bendita Mezquita de Al-Aqsa; y la proliferación de los proyectos sionistas que deforman los monumentos de Al-Haram Al-Qudsy, Al-Azhar —el foco central del Mundo Islámico, protector y defensor de las cuestiones justas de la Nación tanto nacionales como islámicas— declara:

Primero:

La ciudad de Al-Quds tiene identidad árabe arraigada en la Historia desde hace 60 siglos; fue fundada por los árabes jebuseos en el 4000 a.C., es decir, 21 siglos antes de la era de Abraham —que la paz sea con él—, el padre de los profetas; e incluso, 27 siglos antes de la aparición del Judaísmo, la religión de Moisés —que la paz sea con él—.

Segundo:

La Legislación y la Biblia de Moisés —que la paz sea con él— surgieron en Egipto, de habla jeroglífica, 100 años antes de la conquista de la tierra de Canaán por los Hijos de Israel y antes de la formación de la lengua hebrea. De ahí, resulta que ni el Judaísmo ni siquiera su idioma tienen nada que ver con Al-Quds o Palestina.

Tercero:

La existencia hebrea en Al-Quds, durante el reinado de David y su hijo Salomón —que la paz sea con ellos—, no pasa de 415 años en el siglo X a.C. Dicha existencia fue provisional y pasajera; y tuvo lugar 30 siglos tras la fundación de Al-Quds por los árabes.

 

Cuarto:

Si la historia de Al-Quds es testigo de muchas conquistas, dicha misma historia subraya que todos los conquistadores (los babilonios, los griegos, los rumanos y los cruzados) intentaron monopolizar y atribuirse dicha ciudad, únicamente, a sí mismos. Igualmente, los sionista siguen, hoy en día, la misma perspectiva de aquellos conquistadores; están judaizando y monopolizando esta ciudad y tratando de acabar con la existencia árabe en aquella clave de la tierra.

Los conquistadores hicieron todo esto, mientras que el Islam es la única religión que reconoce y acepta todas las legislaciones y religiones y respeta todos los lugares santos. Así como, es la única religión que confirma la santidad de dicha ciudad y difunde esto entre la gente de las otras religiones. Esto hace y sigue haciendo del poder islámico de esta ciudad la única garantía de los intereses de todos, ya que Al-Quds fue, bajo el dominio árabe, la ciudad de Al-lah y tuvo las puertas abiertas constantemente para todos los siervos de Dios.

Quinto:

El monopolio y la judaización de la ciudad del Al-Quds —mediante esta agresión contemporánea— constituyen una violación de las convenciones, leyes y normas internacionales que prohíben y criminalizan cualquier alteración de la naturaleza de la tierra, del registro demográfico y de la identidad en el Territorio Palestino Ocupado. Por consiguiente, dicha judaización es ilegítima; además, contradice los hechos históricos que anuncian que Al-Quds es una ciudad de origen árabe y fue construida por los árabes jebuseos desde hace 60 siglos.

Sexto:

Todos los musulmanes en Oriente y Occidente, encabezados por Al-Azhar, rechazan estos proyectos y advierten a los ocupantes sionistas y a sus partidarios de las consecuencias, de los mismos, que pueden amenazar no solo la paz de la zona sino también la de todo el mundo. Al mismo tiempo, hace recordar a la Entidad Sionista y sus aliados que los cruzados ocuparon mucho más territorios que los sionistas; asimismo, los primeros permanecieron más tiempo que los sionistas tiranos. De acuerdo con las invariables normas establecidas por la Historia, dicha ocupación ya se acabó y se eliminaron los efectos de la agresión producidos por los ocupantes en los derechos y lugares sagrados.

Por otra parte, los sionistas, que tratan de judaizar la ciudad de Al-Quds con el apoyo de las potencias imperialistas opresivas de Occidente, están arriesgando el futuro de los judíos mismos, traspasando así todas las líneas rojas de la Nación Islámica, cuya tasa de población llega al cuarto de la humanidad, y que, en un día próximo, será capaz de recuperar todos sus derechos violados.

La ciudad de Al-Quds no solo es un territorio ocupado, sino también —ante todo— es un lugar islámico y cristiano sagrado. Así, su cuestión no solo es un asunto palestino nacional o árabe, sino —aparte de todo esto— es una cuestión ideológica islámica. Por esta razón, los musulmanes cuando luchan contra los sionistas ocupantes para liberar la ciudad pretenden confirmar su santidad. Así que es conveniente transmitir esto a todos los dueños de los sitios sagrados para rescatarlos del monopolio israelí y de la judaización sionista.

En este contexto, Al-Azhar insta a todo el mundo a que defienda el derecho árabe de liberar Al-Quds y Palestina. Igualmente, pide a los prudentes de entre  los judíos que aprendan de la Historia, la cual es buen testigo de la opresión que padecieron en todos los lugares que pisaron, salvo en las tierras musulmanas y en el seno de la civilización islámica.

Así pues, Al-Azhar corrobora que la judaización de la ciudad de Al-Quds y la agresión contra los lugares santos es un hecho imperdonable y, al mismo tiempo, es un comienzo prometedor que advierte la aniquilación de la entidad sionista en el Territorio Palestino.

Cabe señalar que Saladino, anteriormente, propuso el plan de la liberación de Al-Quds Al-charīf cuando escribió una carta a Ricardo I de Inglaterra en la que dijo: “Nunca pienses, bajo ningún concepto, que renunciaremos la ciudad de Al-Quds ni a nuestros derechos en ella. Tomad en consideración que Al-lah nunca os dejará construir ni una sola piedra en estas tierras, siempre que continúe el yihad”.

De hecho, las palabras de Saladino fueron acreditadas por la Historia y fueron conocidas por cualquier persona sensata. Ya que la Historia posee sus propias normas divinas que nunca podrán alterarse. Al-lah dice en su Libro Sagrado:

 “Dios prevalece en lo que ordena, pero la mayoría de los hombres no saben” (Sura 12, Yusuf: 21).

 “¡Los impíos verán pronto la suerte que les espera!” (Sura 26, Los poetas: 227).

 

Redactado en la Jefatura de Al-Azhar:

24 de Dhu al-Hiyyah de 1432 de la Hégira, correspondiente al 20 de noviembre de 2011

Ahmad Al-Tayyib

Jeque de Al-Azhar

 

Índice

 

Introducción

 

1.

Comunicado de Al-Azhar y la élite de los eruditos ilustrados acerca del futuro de Egipto --------------------------------------

 

2.

Comunicado de Al-Azhar y los intelectuales para apoyar la voluntad de los pueblos árabes----------------------------

 

3.

Comunicado de Al-Azhar y los intelectuales sobre las libertades primordiales ----------------------------------

 

4.

Comunicado de Al-Azhar Honrado sobre el complemento de los objetivos de la Revolución Egipcia y la recuperación de su espíritu--------------------------------------

 

5.

Comunicado de Al-Quds Al-charīf (Jerusalén) ------------------

 

 

 

 

 

[1] Reflexionar aplicadamente en la jurisprudencia islámica.

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