كلمة فضيلة الإمام الأكبر بحفل تكريم أوائل الثانوية الأزهرية
En el nombre de Al-lah, el Compasivo, el Misericordioso
¡La paz, la misericordia y las bendiciones de Al-lah sean con ustedes!
En nombre de Al-Azhar Honrado —mezquita y universidad—, de nuestras hijas e hijos, alumnos que consiguieron las mejores notas en la fase del bachillerato en Al-azhar y en mi propio nombre, tengo el placer de dar la bienvenida a Su Excelencia el Prof. Dr. ‛Ali ‛Abd Al-‛Al, el Presidente del Parlamento, a quien estoy muy agradecido y de quien aprecio mucho el interés y la preocupación paternales y valiosos demostrados al compartir con alegría con sus hijas e hijos, estudiantes exitosos, quienes obtuvieron los primeros lugares en sus estudios secundarios del bachillerato azharita, y quien los alienta a renovar la determinación y la insistencia en la búsqueda del conocimiento, en la incorporación a una de las nuevas fases de la enseñanza y en la adquisición del saber en sus diferentes ramas.
En realidad, su presencia hoy entre sus hijos encierra dos grandes tipos de alegría. La primera consiste en su felicitación personal y su aprecio a los distinguidos y aplicados, quienes pasaban las noches, se esforzaban y sufrían dedicando todo su tiempo, esfuerzo y energía a estudiar y aspirar a la excelencia y la distinción. La segunda estriba en que su felicitación se considera como una felicitación de todo el pueblo egipcio, encabezado por el presidente de la República, ‛Abd Al-Fattah Al-Sisi, a las distinguidas y los distinguidos alumnos de entre los hijos de esta prestigiosa institución, con la cual entran en continua competición las mayores universidades de Oriente y Occidente.
Gracias por segunda y tercera vez a Su Excelencia, Prof. Dr. Presidente del Parlamento. ¡Oh señores distinguidos!, permítanme que demuestre, de forma muy breve, dos asuntos relacionados con esta feliz ocasión. El primero consiste en llamar la atención a que el alumno de Al-Azhar, en las fases primaria, preparatoria y bachillerato, estudia las mismas asignaturas tratadas por los alumnos pertenecientes las escuelas de la Educación y Enseñanza. Además, asume una carga excepcional, más pesada y tal vez, más profunda de estudio, que son las asignaturas especiales de Al-Azhar en las dos segundas fases: la preparatoria y el bachillerato con sus dos secciones: científica y literaria. ¡Oh Excelencia el Prof. Dr. Presidente del Parlamento!, Quería decirle a usted que estos estudiantes que están aquí son un tipo excepcional y distinguido respecto a la cultura, la ciencia, el conocimiento y la buena información de las ciencias de la lengua y la literatura, así como las ciencias basadas en el Corán y la Sunna y las del razonamiento lógico. Como yo estudié estos dos programas cuando era estudiante en la fase del bachillerato desde 1960 hasta 1965 del siglo pasado, soy consciente del grado de sufrimiento que pasa este estudiante de Al-Azhar durante la enseñanza preuniversitaria. El segundo asunto se trata de dirigir la mirada de quien esté dispuesto a ser equitativo e imparcial a la naturaleza del programa de enseñanza de Al-Azhar. De manera muy breve, es un programa que se empeña en estudiar el Islam de forma abstracta y pura para Al-lah, el conocimiento y la verdad. Ciertamente es un estudio que no depende de agendas, políticas o bienes cuyo objetivo es servir a unos intereses y unos fines que no tienen que ver con el conocimiento. Además, es un programa que se basa en la cultura del diálogo y la aceptación de la opinión diferente, más bien las opiniones diferentes, sin takfir (acusar a otra persona de incredulidad) ni tafsik (acusar a otra persona de ser irreligiosa) ni tabdi‛ (acusar a otra persona de ser innovadora en la religión), siempre que esta o aquella opinión tenga su apoyo en el Libro, la Sunna, el consenso de los ulemas o el razonamiento por analogía. Este programa educativo y de diálogo inculca en el alumno de Al-Azhar, desde su infancia, el principio de la legitimidad de la divergencia de opinión. Esto se realiza desde el primer día de sus estudios en el primer curso de la escuela preparatoria hasta el último de sus estudios en el tercer curso de la fase de bachillerato, pues cada alumno elige una de las varias escuelas jurisprudenciales, que estudia y pondera sus diferentes puntos de vista y prepara y acostumbra su mente a comprender más de una opinión, y que estas opiniones, a pesar de la gran diferencia entre sí, son todas correctas y aceptadas. Un programa moderado como éste, que acompaña a los alumnos de Al-Azhar durante sus estudios a lo largo de seis años, entre los doce y los dieciocho años de edad, formula, sin dudad, sus mentes y su conciencia de forma moderada lo que les evita el encierro, la polarización, la inmersión en el pensamiento extremista y terrorista y el encierro en una sola tendencia, que el extremista considera la correcta y que las otras son una falsedad y un extravío, y ve al que las abraza como un renegado del ciclo del Islam, cuyos bienes, sangre y honor son lícitos de usurpar.
Nosotros no negamos que la historia de los musulmanes, antigua y recientemente, ha sufrido la presencia de unas sectas desviadas que se inclinan a la violencia, la radicalización, el extremismo y a la acusación de las otras tendencias contrarias de incredulidad. Pero será una ignorancia grave decir que esta desviación es el carácter predominante de la tradición de los musulmanes, porque la integridad científica e histórica prescribe decir que estas escuelas o sectas extremistas representan una excepción en la historia de esta gran tradición. Estas sectas extremistas pueden prevalecer por algún tiempo y subyugar a los humildes del vulgo y la masa del pueblo, pero rápidamente terminan y desaparecen con todas las riquezas y los tesoros que se han gastado.
¡Hijas e hijos!
Repito mi felicitación por su distinción, por acabar la fase de bachillerato y llegar a la universitaria. Si quisiera darles un consejo paternal en esta ocasión, sería —después recomendarles que tengan temor a Al-lah, Altísimo sea, secreta y públicamente— exhortarlos a que se aferren a la moral y adquieran el conocimiento. Les animo a que se esfuercen y trabajen más y de que no estén supeditados a los que llaman al mal y la destrucción. Aléjense completamente de ellos y de sus tentaciones materiales y de servicios. Recuerden siempre que sus familias les han enviado a que busquen el conocimiento y a que se dediquen plenamente a adquirirlo durante la noche y los extremos del día. Protejan su tiempo y no lo pierdan en charlas y veladas que perjudican. Sepan que, si dedican todo su tiempo al conocimiento, éste les dará algún beneficio, pero si le dedican alguna parte de su tiempo, no les dará nada.
¡Gracias a ustedes!
¡La paz, la misericordia y las bendiciones de Al-lah sean con ustedes!