Prof. Dr. Ahmed al -Tayeb
Gran Imán de al-Azhar
Actualmente, nuestras comunidades sufren del perplejo debido al proclamado "jurisprudencia caótica", en caso de poder llamarse así. Esta es la jurisprudencia que llega a los oídos de la gente de día y de noche, y para conducirla a una mezcla de opiniones extremistas que fueron dichas en determinadas situaciones y circunstancias urgentes que no tienen nada que ver, hoy en día, con la realidad circundante. Son fatwas que convierten lo lícito en ilícito y viceversa sin justificación ninguna ni teorización científica.
Dicha jurisprudencia caótica encontró brigadas paralelas de algunas personas alegándose que son muftíes quienes, lamentablemente, tuvieron éxito en vencer las diferentes casas de fatwas en el mundo árabe. Este éxito no se debe a la racionalidad, facilidad ni al poder facilitar la vida más de lo que es, sino a la propagación extrema de estas personas entre la población a través de almimbares y discursos dirigidos todo lo que quieran. Mientras tanto, las fatwas de las casas especializadas en emitir fatwas o aquéllas de las academias y consejos de investigaciones jurídicas se quedaron como fatwas individuales estancadas, encerradas en volúmenes científicos que no benefician a nadie de los millones de musulmanes, sin ponerse en práctica con el fin de beneficiar a la gente.
Al otro lado de dichas fatwas extremistas basadas en la matanza, la degollación, el robo de los bienes de los demás y la corrupción en la tierra, encontrarnos a otros hombres que salen, diariamente, en pantallas de satélites, invadiendo las casas y las mentes con fatwas erróneas alejadas de las enseñanzas tolerantes del Islam que vino para alegrar la humanidad y organizar la vida humana con lo que garantiza la dignidad humana, sin distinción alguna de raza, color, nacionalidad ni creencia, y para afirmar el derecho de una vida segura y digna para todos.
Ciertamente, las fatwas caóticas que hacen de lo que en el Islam se considera recomendado, pues lo convierten en un acto obligatorio, además de aquéllas que permiten lo ilícito al revés, movidos por los que les apoyan y financian. De hecho, hay quienes permiten a sí mismos corromper la legislación islámica cuando y siempre consigue el sustento por ello.
En al-Azhar, no somos responsables de lo que emiten aquellos de fatwas y opiniones equivocadas y venenosas. Tampoco asumimos la responsabilidad de cualquier persona que se viste con el uniforme de al-Azhar fuera del circo de la Academia de las Investigaciones Islámicas y el Organismo de los Grandes Eruditos. Así que, al-Azhar no puede ser una mercancía que se ofrece para prestar atención de los espectadores ni motivo de anuncios publicitarios. Porque si fuera verdad, sería muy triste y doloroso, y significaría que estas personas no tienen control a nivel de nivel de palabra ni a nivel de la responsabilidad de las preocupaciones de la patria.
Pido a los jóvenes de predicación leer atentamente los libros de tradición y estar al corriente de las diferentes opiniones jurídicas que ocupan la vida de la gente y tocan sus preocupaciones en primer grado, sobre todo, aquellas cuestiones emergentes abordadas en la actualidad.
Además pido a los pueblos árabes e islámicos que sean conscientes para alejarse de aquellos individuos que pretenden desfamar la imagen del Islam.
Unidad de Español