Tras la toma de Mosul (Irak) y Raqqa (Siria), la Coalición Internacional contra el Estado Islámico de Irak anunció, en octubre 2017, su victoria sobre el proclamado Estado Islámico, asegurando que había acabado con un total de 130.000 terroristas. A pesar de la declaración de las fuerzas de coalición de haber derramado por completo este grupo terrorista, surgió el miedo del peligro de los retornados combatientes.
De hecho, la derrota de ISIS en Siria e Iraq no significa la escena final del peligro. Pues, los combatientes de Daesh siguen llevando las armas; y es digno decir que su presencia representa peligro que amenaza todo el mundo. Libia, el este de África y Asia del sur son los principales destinos de aquellos combatientes. Según el trabajo continuo del Observatorio de al-Azhar para responder a esta pregunta, pues las estadísticas afirman la presencia de más de seis mil combatientes que se fueron de la zona de conflicto y no tienen más remedio que el de dirigir a uno de unos tres destinos.
Ahora viene a surgir la pregunta: ¿A dónde se retornan los combatientes de Daesh?
El observatorio de al-Azhar contra el Extremismo, que se preocupa por las cuestiones relacionadas con todo tipo de extremismo y fanatismo, responde a esta pregunta con un informe dividido en tres partes basándose en las noticias observadas y analizadas a lo largo de tres años mediante un equipo formado por más de ochenta investigadores, cuya principal misión es la de sensibilizar y dar a conocer del peligro de los grupos terroristas en todas las partes del mundo.
En este sentido, el Observatorio manifiesta que desde la declaración del proclamado Estado islámico, miles de occidentales se alistaron en las filas de Daesh después de haber sido reclutados de todas las partes del mundo. Las cifras llegaron a más de 40 mil combatientes extranjeros según los informes. A mediados de junio de 2017 las autoridades turcas anunciaron que más de 35 mil personas pertenecientes a 146 países han dejado sus países de origen con el fin de participar con las fuerzas de Daesh.
Ante la realidad circundante sobre la continua presencia del peligro de este grupo terrorista, el Observatorio puso -basándose en los datos recopilados- tres destinos posibles para los miembros combatientes que siguen vivos:
- Refugiarse en los lugares desérticos de Libia, Afganistán, Pakistán, las fronteras iraquíes y sirias, y algunos puntos en Sinaí.
- Perpetrar atentados terroristas en Europa con el fin de trasladar la batalla de Oriente a Occidente.
- Llevar a cabo guerras de bandas en el desierto basándose en su larga experiencia en Iraq.
Tras haber seguido las opiniones de los expertos y líderes políticos, el Observatorio afirma que la mayoría inmensa de los combatientes se van a dirigir a Afganistán, el este de África, Sinaí, Pakistán, Libia y el centro de Asia. Sin duda alguna, Afganistán representa un ambiente apropiado para Daesh, ya que se parece con Iraq y Siria en cuanto a la presencia de la diversión sectaria y; por consiguiente, les permite llevar a acabo sus planes y sus operaciones terroristas basándose en el sectarismo.
Pues, el Observatorio advierte de la posible existencia de seis mil combatientes que amenazan la seguridad de África y del crecimiento del miedo que podría acabar con la vida de más víctimas. En este sentido, miles de combatientes se dirigirían hacia el desierto de Libia, y pretenderían desestabilizar la seguridad de dicha zona. cabe afirmar que Libia es uno de los puntos de atracción para Daesh, debido a las tres brigadas que tiene en este país: Trípoli, Barqa y Fazan, lo que permitiría a este grupo terrorista extenderse sin parar.
Al mismo tiempo, el informe del Observatorio muestra que hay más 10 mil combatientes que se fueron a Afganistán, además de otros más están de camino hacia los territorios afganis. Por su parte, el Observatorio de al-Azhar contra el extremismo, opina que el regreso de los combatientes a sus países de origen, sobre todo a África, representa un peligro muy grande a la paz y la seguridad de la humanidad.
Lo que acabamos de decir exige una cooperación urgente entre los países africanos a nivel nacional e internacional con el fin de intercambiar las informaciones sobre aquellos combatientes y prohibir su extensión en el resto de los países. Asimismo, los especialistas en la lucha contra el extremismo indican que los actos de violencia y los genocidios contra los musulmanes rohingyas en Arakan de Myanmar permiten que Daesh aparezca de nuevo al lado de los demás grupos terroristas en la zona. Las explosiones de Yakarta en 2016 a manos de Daesh y la muerte de siete personas indica que el grupo terrorista pretende estar presente en Indonesia.
En Europa, los combatientes que decidieron regresar a sus países de origen, representan un enigma que despierta las preocupaciones de las autoridades, sobre todo, las alemanas y francesas. Ejemplo de ello, en Alemania, las autoridades estiman el número de los alemanes que se alistaron en las filas de Daesh por 940 personas, de los cuales 145 resultaron muertos, 205 habían regresados, mientras no hay suficiente información sobre el destino de los demás, lo que despierta las sospechas de un pronto regreso de ellos a Alemania. En Francia, se estima el número de los combatientes franceses por más de mil personas, de los cuales 450 resultaron muertos y más de 250 habían regresado al territorio francés.
Partiendo de estos datos, el Observatorio llama a la necesidad de promover los esfuerzos de la comunidad internacional en su lucha contra el terrorismo a través de una cooperación mutua para impedir el surgimiento del "Nuevo Daesh". Además, incita a luchar contra las políticas injustas que fueron el punto de partida de todos los grupos terroristas y a la necesidad de encontrar soluciones eficaces para todos los oprimidos en todas las partes del mundo.