La institución de al-Azhar, presidida por el Gran Imán Prof. Dr. Ahmed Al-Tayyeb, expresa su denuncia y rechazo contra el empeño de la administración estadounidense en seguir con los trámites para trasladar su embajada a la ciudad ocupada de Jerusalén a pesar del amplio rechazo internacional contra aquella decisión injusta. Pues, la celebración de la inauguración de esa supuesta embajada coincide con el 70 aniversario de la catástrofe de Palestina, en una nueva afirmación de que algunos prefieren inclinar a la arrogancia y el poder a expensas de los valores de justicia y verdad, lo que hace que nuestro mundo contemporáneo esté más lejos de la paz y la estabilidad.

Sin embargo, al-Azhar lamenta el estado de dispersión de los países árabe-islámicos  que ha alentado a algunos países a moverse detrás de la decisión estadounidense y anunciar el traslado de sus embajadas a Jerusalén, que representa un desafío contra los sentimientos de millones de árabe y musulmanes que ven la profanación de sus santidades sagradas y las de sus hermanos cristianos, la alteración de su historia; y la judaización de sus monumentos, ante un déficit internacional sin precedentes, y doble rasero en resoluciones y leyes internacionales.
Así que, al-Azhar exhorta a todos los gobiernos, los pueblos y las instituciones árabes, islámicas e internacionales que creen en los valores de justicia y libertad para cumplir con su deber nacional, religioso y moral hacia la cuestión palestina, y llevar a cabo las resoluciones aprobadas hacia los Estados que están trasladando sus embajadas a la ciudad ocupada de Jerusalén. Además, al-Azhar llama a los pueblos y a las instituciones civiles para tomar todos los mecanismos y métodos, civilizatorios y pacíficos, para expresar su apoyo al pueblo palestino.
Al-Azhar enfatiza su apoyo a la identidad árabe y palestina de Jerusalén, a su empeño en la sensibilización sobre la cuestión de Jerusalén, su historia árabe y a su apoyo a la valerosa lucha del pueblo palestino por la liberación y la recuperación de sus tierras y santidades, destacando que la identidad árabe de Jerusalén es la primera cuestión de los árabes y musulmanes que nunca muere.