Lecciones y moralejas que brinda al-Haýý (la peregrinación)

  • | Sunday, 12 August, 2018
Lecciones y moralejas que brinda al-Haýý (la peregrinación)

     Al-Haýý es uno de los grandes ritos del Islam, más bien es el quinto de los cinco pilares de dicha religión. Se considera una de las prácticas que cada musulmán debe cumplir según las aleyas coránicas y los dichos proféticos. Al respecto Allah dice: “Los hombres tienen la obligación con Allah de peregrinar a la Casa, si encuentran medio de hacerlo. Y quien se niegue... Ciertamente Allah es Rico con respecto a todas las criaturas” (Corán, Sura de Al. Imran: 97). Asimismo, el profeta dijo: (Oh Gente, Allah les prescribió la peregrinación, así que hacedlo).
     Además, la peregrinación es una de las prácticas prescritas desde la era de Abraham, el Padre de los profetas. al respecto Allah dice, refiriéndose a Abraham, “Y llama a la gente a la Peregrinación, que vengan a ti a pie o sobre cualquier montura, que vengan desde cualquier remoto camino” (Corán: Sura de la Peregrinación: 27)
     Así que, la peregrinación es obligatoria, al menos una vez en la vida para todos los musulmanes que tengan la capacidad física y económica para llevarlo a cabo con sinceridad por la causa de Allah. Por otra parte, Allah concede a los peregrinos varias recompensas y la más sublime es perdonar todos los pecados cometidos. En este sentido, el Profeta dijo "El que cumpla con su rito y libre al resto de los musulmanes de la agresión de palabra y de hecho será indultado de todas sus faltas anteriores". Y dijo: “El que peregrine al Templo de la Ka'bah y no cohabite ni corrompa saldrá de sus pecados (y quedará limpio) como el día en que lo dio a luz su madre”.
     A pesar de ello, el propósito de este artículo no es el de explicar los pilares de la peregrinación ni mostrar las prohibiciones que el peregrino debe evitar, sino arrojar luz sobre las lecciones que podemos sacar de dicha obra ritual tan importante para todos los musulmanes.
     Allí se encentran varias lecciones y moralejas donde se reúnen todas las prácticas de adoración cumpliendo, de esta manera, los mandatos de Allah, alabado sea. La peregrinación se convierte en buena oportunidad para evitar los males y los pecados, y llevar a cabo con sinceridad las buenas acciones que nos conduciría, por consiguiente, a la felicidad mundanal y la de la Próxima Vida.
Al respecto, Allah dice: "La peregrinación debe hacerse dentro de meses determinados; el que, dentro de este periodo de tiempo, se comprometa a peregrinar, deberá abstenerse, mientras dure la Peregrinación, de tener trato sexual, de transgredir y de disputar. El bien que hagáis, Allah lo conoce. Y llevad provisiones, aunque la mejor provisión es el temor (de Allah). Así pues, guardaos, vosotros que entendéis la esencia de las cosas". (Corán, de la Vaca: 197).
     En primer lugar, es una gran ocasión y única, al mismo tiempo, para todos los musulmanes, ya que ni se encuentra en ninguna de las demás naciones del mundo pertenecientes a las diferentes religiones y sectas. Además, todos los ritos de la peregrinación incitan a mantener la cooperación, la solidaridad y unidad de sentimientos y emociones entre todos los musulmanes e incluso con los no musulmanes.


     Es un encuentro universal donde se reúnen miles de personas o más bien millones de personas de todas partes del mundo, de todas las nacionalidades con armonía excepcional sin tener en consideración las diferencias individuales; color, raza, lengua, sexo, opinión, origen, posición, ascendencia, origen nacional o étnico, y les unen, únicamente, los lazos de la creencia y la fe. Dicha armonía se representa en las espiritualidades reflejadas en los sentimientos que llenan los corazones de dichos peregrinos.
     Por otra parte, se sobresalta el valor de la igualdad. Pues, la escena general de la peregrinación no diferencia entre pobre ni rico. Todos llevan la misma vestimenta de la misma calidad, habitan campamentos iguales y comparten hasta las bebidas y las comidas.
     Estos sentidos profundizan el sentimiento de la solidaridad y la cooperación entre los musulmanes, y esta imagen se queda guardada en la mente de aquellos peregrinos y regresan con ella con un carácter nuevo lleno de humillación y respeto hacia los demás. Es la lección más importante que podemos sacar de esta reunión universal que debería, por consiguiente, ayudarnos a superar todos los problemas basados en las diferencias de sexo, lengua, raza, riqueza, etc.
     De esta manera, la peregrinación permite la unión y la fuerza de los musulmanes. Los peregrinos vienen de todas las partes del mundo, con lenguas y colores diferentes, pero les une un solo motivo, el de la causa de Allah.
     Esta unión se simboliza en hacer las ceremonias en el mismo lugar y al mismo tiempo. A todos les une la obediencia de los mandatos de Allah, alabado sea. Por lo tanto, surge la importancia de la unión y dejar las discrepancias, las intrigas y los desacuerdos que se extienden dentro de la nación islámica hoy en día. En este sentido, Allah dice: “Y aferraos todos juntos a la cuerda de Allah y no os separéis; y recordad el favor que Allah ha tenido con vosotros cuando, habiendo sido enemigos, ha unido vuestros corazones y por Su gracia os habéis convertido en hermanos. Estabais al borde de caer en el Fuego y os salvó de ello. Así os aclara Allah Sus signos. Ojalá os guiéis” (Corán: Sura de la Familia de Imran: 103). También dice: “Y obedeced a Allah y a Su Mensajero y no disputéis, porque entonces os acobardaríais y perderíais vuestro ímpetu. Y tened paciencia, pues ciertamente Allah está con los pacientes”. (Corán, Sura de Los Botines de Guerra: 46)
     La peregrinación muestra al mismo tiempo la fraternidad entre los musulmanes y que se olviden de las diferencias entre ellos. Se ve claramente los signos y señales de amor, cariño y cooperación. Los fuertes ayudan a los débiles realizando. De este modo, las enseñanzas proféticas mencionadas en el hadiz siguiente: “Los musulmanes son como un solo cuerpo, si uno de sus miembros padece algún dolor, todos los demás igualmente se afectan y lo sienten”. También, dice: “El ejemplo de los creyentes en cuanto a su amor mutuo, afecto y amistad es como el del cuerpo, que cuando un miembro suyo sufre, responde a ello el resto del cuerpo con insomnio y fiebre”. Además, dijo: “Un creyente para otro creyente es como un edificio, el uno es apoyo del otro, (como lo son los ladrillos, las bases y las columnas que sostienen toda la estructura del edificio)”
     Así que, el Islam ordena a los musulmanes ayudarse entre ellos mutuamente sin esperar nada a cambio. Lo mismo debe ocurrir con los no musulmanes con quienes compartimos la patria.
La vestimenta de los peregrinos tiene varios sentidos. Por una parte, uno colectivo que todos somos iguales ante Allah, y que la única diferencia será en el grado de la piedad de cada uno. Por otra parte, y a nivel individual, dicha vestimenta nos hace recordar de la indumentaria que lleva el difunto. Nos conduce a un arrepentimiento sincero ante Allah de todos los pecados que cometimos antes de llegar el momento en el que no habrá oportunidad de arrepentimiento.
     La peregrinación nos enseña ser pacientes y no desesperarse por el sufrimiento a que cada uno de los peregrinos se enfrenta desde el primer momento de la peregrinación. Así que, todos tendremos que ponerla en práctica a lo largo de nuestra vida con los demás a través de perdonar los fallos de los otros y no responder a aquellos con fallos iguales, sino perdonar y no caer en enemistad.
     El Observatorio de al-Azhar afirma que cada musulmán debería aprovechar estas oportunidades para mejorar tanto en su persona como la sociedad. La peregrinación no es cuestión de reunirse para hacer las ceremonias establecidas, es un acto que conlleve un alto valor espiritual que supera los movimientos físicos que llevan a cabo nuestros cuerpos.

 

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