Contemplaciones espirituales de una recién musulmana

  • | Sunday, 19 May, 2019
Contemplaciones espirituales de una recién musulmana

     Este artículo se basa en una entrevista en línea hecha, por uno de los miembros de la unidad de español del Observatorio de al-Azhar, a través de la aplicación de Skype, con una musulmana costarricense que abrazó al islam en 2017 que nos relata su experiencia cuando empezó a ayunar, por primera vez, el mes de Ramadán. Sus declaraciones sobre el ayuno van acompañadas por algunas verdades sobre la esencia espiritual del ayuno.  Al principio, la hemos preguntado sobre los primeros pasos de su camino hacia el Islam.

Respondió: "Mi nombre es Claudia Calderón Ureña. Soy ciudadana costarricense de nacimiento. El viaje de mi conversión al islam empezó en 2016. Inicié la búsqueda de lugares en mi país que realizaran estudios sobre el Islam y fue cuando descubrí que en la capital de Costa Rica existen dos Mezquitas. Conocí a hermanas musulmanas de mi pueblo que me enviaban emails y me enseñaban.  Sabía las cosas básicas de islam, los pilares, y suras... pero era "nueva" de alguna manera".

 

                                                                                               

Image

 

"Ahora bien, abracé al islam y me choqué con una de las prácticas, que creía, era la más difícil del islam. Me he preparado bien para recibir al primer Ramadán de mi vida. Lo que entendía sobre el ayuno previamente fue cambiar mi dieta, es decir, comer menos para tener una talla más pequeña, además no comer carne los viernes durante la Cuaresma. Nunca había experimentado el hambre por más de unas pocas horas antes".

Calderón Ureña, ha señalado que su primer Ramadán, aunque era el más hermoso de toda la vida, era también el más difícil; porque tenía que liberarse de muchas costumbres diarias que practicaba todos los días. Según sus propias palabras: “Nunca imaginé dejar de beber un cortado por la mañana con un tostado de queso. Sin embargo, comencé adaptándome poco a poco a las nuevas prácticas del mes de Ramadán.

Después, la hemos preguntado sobre los aspectos espirituales que el ayuno del mes de Ramadán proporciona al hombre ayunante. Nos habló de una sensación que no tiene descripción. Pues, el espíritu humano, durante las horas del ayuno, tiene la oportunidad de flotarse en la superficie, ya que el ayuno lo libera del cautiverio del materialismo que determine nuestra vida cotidiana y, por fin, se vuelve libre, y hace que el hombre controla sus deseos caprichosos. Tu conexión con tu Creador se pone un poco más cerca. Tienes más tiempo para reflexionar sobre esa conexión. El tiempo puede utilizarse para la oración, puede ser utilizado para la simple meditación o para recitar al Noble Corán.

Luego, Calderón Ureña nos comentó que el ayuno tiene tantas ventajas, sobre todo, que nos ayuda a tener una especie de autodisciplina. Es decir, al principio, no estaba segura de que podía mantener su ayuno hasta la puesta del sol. Claro que hubo algunos días difíciles, pero nunca se rindió a esa sensación de hambre. Antes, ella nunca pensó en el hecho de controlar sus deseos. Ahora, se puede afirmar, según sus declaraciones, que su voluntad vuelve más fuerte que su deseo. Nos narra que muchas veces cuando comía o bebía demasiado, no porque realmente quería, sino porque no tenía la disciplina para cambiar su ideología al respecto. Este Ramadán, es el punto de partida de su vida, que nunca será la misma persona que era antes. "Yo soy más resistente de lo que creía posible" añadió.

Por lo tanto, se puede deducir que la principal ventaja espiritual del ayuno es ejercer la fuerza de voluntad y lograr el autocontrol, el dominio de uno mismo, necesario para alcanzar el éxito en cada aspecto de nuestras vidas. Ayunar durante treinta días consecutivos ciertamente nos ayuda a mejorar la fuerza de voluntad, que a su vez se extiende su impacto positivo a todos los niveles de la vida humana.

El ayuno nos demuestra la cara débil del yo físico del ser humano, movida por un impulso. El ejercicio constante de la fuerza de voluntad con el fin de abstenerse de comer y beber así como no tener relaciones sexuales permite tener el espíritu bajo control. El ayuno no sólo significa estar hambriento o sediento durante algunas horas, sino que es también una lucha con el fin de vencer los caprichos destructivos. El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, comentó al respecto: "Aquel que no deja de decir mentiras ni actuar de una forma falsa, Al-lah no tiene necesidad alguna de que este se abstenga de comer y beber". Así pues el resultado buscado del ayuno es refrenar todos los impulsos físicos y orientarse a la dependencia absoluta del ser humano con respecto a dichos deseos e impulsos.  

Calderón Ureña dio fin a esta entrevista con sus propias meditaciones sobre el ayuno: "Ahora siento más consciente del sufrimiento de tantas horas sin comer o beber. Ramadán implantó en mi espíritu la verdad del concepto de la solidaridad. Dejé de comer durante aproximadamente quince horas al día, con labios secos y una sensación incomparable de hambre. Estas meditaciones nos conducen a reflexionar sobre la vida del otro pobre. Hay otros en nuestra comunidad, y en todo el mundo, que pasan días enteros sin comer. Aquellas personas hambrientas necesitan nuestra ayuda urgente. No sólo tengo un sentido de empatía ahora por el ayuno, sino que ahora tengo la oportunidad de formar parte de una solución que acabe con el hambre en todo el planeta. Digo esto, simplemente para demostrar que el Ramadán nos beneficie tanto a nivel físico como espiritual.

 

Unidad de español

Observatorio de al-Azhar

 

Print
Categories: Artículos
Tags:
Rate this article:
4.0

Please login or register to post comments.