El Consejo hace hincapié en:
• Llamar a la gente a rezar y pedir perdón en grupos es una violación de las instrucciones de la ley islámica.
• Difundir y propagar los rumores es acto reprobable en la fe islámica.
• El monopolio en los tiempos de epidemia es más prohibido que en las condiciones normales.
• Todos debemos cumplir con las medidas de la cuarentena.
• Todos debemos quedarnos en casa y dejar de reunirnos, incluso si fuera para el rezo del viernes, o asistir a las oraciones diarias en la mezquita.
• El azaque puede darse antes de la fecha pagadera.
Debido a los resultados de los sucesivos informes sobre la pandemia del COVID-19 que se está extendiendo por todo el mundo, el Consejo de los Grandes Eruditos de Al-Azhar, dada su responsabilidad religiosa, ha emitido, este viernes, 3 de abril de 2020, el segundo comunicado en relación con las disposiciones relacionadas con las repercusiones del coronavirus; en el que hizo aclarar que la legislación islámica exige la preservación de cinco propósitos principales; a saber, el ser humano, la religión, la descendencia, los bienes y la razón.
Al respecto, la legislación islámica se caracteriza por la inclusión de una variedad de pautas que obligan a la preservación del ser humano. Al-lah dice: “¡Que vuestras manos no os lleven a la perdición!” (Corán, 2: 195). Asimismo, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: “Ni perjuicios, ni represalias” (Narrado por Ibn Maga, Al-Daracotny, y otros).
En consecuencia, el Consejo ve necesario explicar el juicio religioso acerca de algunas cuestiones:
Primero: el juicio religioso de la reunión de la gente para rezar y pedir perdón, en estas circunstancias:
Los médicos, en relación con la pandemia del Coronavirus informan que este virus se está propagando debido a la mezcla y la aglomeración, por lo que los gobiernos han dictado decisiones con el fin de prohibir las reuniones, entre ellas, suspender temporalmente la asistencia al rezo del viernes y a las oraciones en congregación, para evitar el posible aumento de los casos contagiados por el contacto y la reunión en el mismo lugar.
Consecuentemente, todos los que llaman a la gente a tales reuniones en aras de rezar y pedir perdón, pese al daño causado, son culpables y violadores de la legislación islámica. Lo requerido religiosamente es incitar a las personas a suplicar, humildemente, a Al-lah, a que les conceda la salud, les salve de esta pandemia y libre a todo el mundo de las desgracias.
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Segundo: La sentencia de difundir los rumores y las falsas informaciones sin verificarlos, sobre todo, en tiempos de epidemias:
Difundir y promover rumores es algo reprobable en la ley islámica, porque es inmoral y lleva a la comunidad a sospechar en la necesidad de mantener el orden público y obedecer las decisiones del Estado frente a la epidemia. Al respecto, el Corán ha advertido del peligro de este tipo de personas, asimilándolo a los hipócritas y a los afligidos y amenazándolos a todos de la perdición. Al-lah dice: “Si los hipócritas, aquellos que tienen sus corazones enfermos [de dudas] y los que siembran intrigas en Medina no se abstienen, te daré poder sobre ellos, y en consecuencia no permanecerán mucho como tus vecinos” (Corán, 33: 60). De ahí, se deduce que el Islam ordena cuidar la lengua, y averiguar las informaciones antes de publicarlas o difundirlas en la sociedad.
Asimismo, Al-lah dice: “¡Oh creyentes! Si alguien, que no es digno de confianza, se les presenta con alguna noticia, corroboren su veracidad, no sea que perjudiquen a alguien por ignorancia y luego se arrepientan de lo que hayan hecho”. (Corán, 49: 6). Esta aleya es un mandato divino explícito que ordena comprobar la veracidad de las palabras al escucharlas, así como de la sinceridad de quien las transmite.
Dadas las circunstancias actuales, debe dejar el tema de las noticias de la epidemia en manos de las autoridades competentes, que se las confía el asunto de guiar y sensibilizar a la gente en estos momentos. De ninguna manera, los musulmanes o los no musulmanes tienen el derecho de sembrar el miedo y el pánico entre la gente
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Tercero: juicio de monopolizar los bienes y explotar las necesidades de la gente en tiempos de epidemias y crisis:
El monopolio está prohibido por la ley islámica, de acuerdo con el Hadiz profético: “Sólo monopolizan los pecadores” (Narrado por Muslim). También, causa el incumplimiento de los requerimientos de la fe. “Quien monopoliza una comida durante cuarenta días, ciertamente Al-lah queda exonerado de él…”. Por lo que el Islam autoriza a los Estados intervenir para impedir este comportamiento monopolizador que perjudica la sociedad.
Queda por señalar que al público debe mantener la moderación en consumo de bienes, sobre todo, en los tiempos de crisis, para evitar la explotación de mercancías y la subida de precios por parte de los monopolistas. Cuando la gente se quejó del alto precio de la carne, Umar, Qué Al-lah esté complacido con él, dijo: ¡Hacedlo barato! Dijeron: ¿Cómo? Dijo: ¡No lo compréis!
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Cuarto: La sentencia de la cuarentena, especialmente en tiempos de epidemia:
Una vez que la epidemia se difunda en un país, la cuarentena se ve necesaria de acuerdo con las recomendaciones de los médicos y las instituciones estatales competentes. Todos debemos cumplir con las medidas ordenadas por las autoridades oficiales; sobre todo, seguir las normas del aislamiento en el lugar determinado por el Estado.
En este sentido, el Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: “Si oís hablar de la peste en una tierra, no os acerquéis de ella, y si se propaga en la tierra en que vivís, no os alejéis de ella huyendo”. En este Hadiz el Profeta estipula las normas de la cuarentena que tiene como objetivo evitar contagios. Este mismo significado queda confirmado en otro hadiz en que el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dice: “¡Escápate del leproso como huyes del león!”.
Quinto: La sentencia de violar la decisión del presidente de Estado de cerrar las mezquitas:
El propósito general de la legislación islámica y la meta suprime del envío de los mensajeros consiste en satisfacer los intereses de la gente en todo tiempo. Esto se lleva a cabo sólo mediante conseguir el bien y evitar el mal, basándose en las dos reglas siguientes:
- Ni perjuicios, ni represalias.
- Evitar el mal es precedente a lograr el bien.
Por lo tanto, el presidente del Estado, basándose en las recomendaciones de los especialistas, decide prohibir cualquier reunión, sea en las mezquitas o en otros sitios, para evitar la propagación del virus. Entonces, todos debemos adherirnos a tal prohibición y dejar de reunirnos aunque sea para el rezo del viernes o para asistir a las oraciones diarias en congregación.
No es permisible que alguien viole esta decisión hasta que se ponga fin a la cuarentena, sea por rezar en pequeños grupos dentro o en los alrededores de la mezquita, en las plazas, o sea sobre los edificios. Todo esto es una violación de las órdenes de Al-lah y las disposiciones de la legislación islámica.
Sexto: ¿Es permisible dar el azaque antes de la fecha pagadera uno o dos años para afrontar los efectos del virus?
El Islam apoya el principio de la solidaridad social en todas sus formas, y, sobre todo, lo impone en los tiempos de crisis, pandemias y emergencias.
Tal vez la forma más prominente de solidaridad es dar el azaque para ayudar a los afectados, las viudas, los mezquinos, los obreros, los ancianos y los que sufren enfermedades crónicas.
La mayoría de los eruditos ven permisible dar el azaque por adelantado uno o dos años, basando en el permiso concedido del Profeta a Al-Abbas Ibn Abdul-Mottalib de sacar el azaque antes de fecha pagadera.
Por lo que, el Consejo de los Grandes Eruditos aboga por dar el azaque ahora antes de la fecha pagadera, en beneficio de la necesidad de los pobres. Encima lo ve como legítimamente deseable en estos días, considerándolo como un suprimo propósito de la legislación. También se puede sacar el azaque de Al-Fitr desde el primer día de ramadán.
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¡Qué Al-lah proteja Egipto y los egipcios y libra a toda la humanidad de la epidemia y el flagelo!
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