El terrorismo no tiene religión ni patria; ya que su objetivo es desestabilizar a los países y dañar a los pueblos. El terrorismo no es cristiano ni musulmán, sino un crimen que no forma parte de ninguna enseñanza divina. No hay religión en la tierra que exija a sus seguidores que maten almas o derramen sangre. Todas las religiones exigen la preservación de las almas, y prohíben matar y agredir vidas. 
Durante 2019, los lugares de culto de las tres religiones: Islam, Cristianismo y Judaísmo, fueron objeto de ataques terroristas que acabaron con la vida de docenas de personas inocentes, cuando un terrorista disparó dentro de la Mezquita Al-Noor en Nueva Zelanda, resultando al menos cincuenta muertos y más de cincuenta heridos, además de los bombardeos de Sri Lanka en tres iglesias cristianas y cinco hoteles en varias ciudades donde han caído más de 300 víctimas, y el último de los cuales fue un ataque a una sinagoga en California en los Estados Unidos, que mató a una mujer e hirió a otras tres durante las oraciones de la Pascua.
Los ataques terroristas igualan religión y raza, sembrando las semillas del odio entre múltiples religiones con el pretexto de apoyar la religión a veces y vengarse en otras ocasiones bajo la máscara de la militancia religiosa, moral y étnica. 
Ese sentimiento primitivo busca una justificación para el deseo de matar y destruir, utilizando ideologías desviadas e interpretaciones religiosas y extrayendo del odio una creencia que va en contra las religiones que exigen amor y paz. 
Por su parte, el Islam, como religión de paz y afecto, siempre ha recomendado el respeto hacia las otras religiones, y después de cada atentado terrorista en nombre del ‎Islam, los musulmanes en todo el mundo lo condenan y aseguran que estos terroristas no tienen ‎ningún vínculo ni con el Islam ni con cualquier otra religión.‎ Además, los musulmanes son víctimas del terrorismo, ya que el 80% de las víctimas del terrorismo en el mundo son musulmanas, según el presidente de la Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo, antes de asistir al "Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo" celebrado en la ciudad de Niza, Francia en 24 septiembre 2019. 
El Islam establece estrictas reglas de combate que incluyen prohibiciones contra los daños a los civiles y contra la destrucción de cultivos, árboles y ganado. El Islam también requiere que si un enemigo declara su deseo de poner fin a las hostilidades y buscar la paz, los musulmanes deben hacer lo mismo. El Profeta Mohamed, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Nunca matéis, ni mutiléis a mujeres, niños, ancianos, enfermos o indefensos. No destruyáis sus viviendas”.
Ha llegado el momento de que el mundo se una frente a las causas del terrorismo de todas las formas. En este contexto, el Observatorio de al-Azhar afirma que el terrorismo es producto de odio, violencia y extremismo demostrando que sus seguidores no tienen que ver con las religiones, ya que el terrorismo no tiene afiliaciones nacionales o religiosas, ni nacionalidad o religión.

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