El Consejo de Sabios Musulmanes, presidido por el Gran Imán de Al-Azhar, Prof. Dr. Ahmad At-Tayeb, emitió el comunicado final de su 15ª periódica reunión que fue celebrada en Abu Dhabi para abordar las cuestiones islámicas y humanitarias más relevantes que presenta el panorama mundial.
Así, en principio, los miembros del Consejo expusieron la iniciativa de "Los Jóvenes Creadores de Paz", cuya primera reunión fue organizada en julio de 2018 en Londres y en colaboración con Al-Azhar y la catedral de Canterbury para informar a los jóvenes de Occidente y Oriente de la importancia del diálogo y la comunicación humanitaria hacia el otro independientemente de las diferencias de credo, color de piel, género, y promover la cultura de tolerancia y convivencia común. El consejo mostró su estimación a los ejemplos positivos de dichos jóvenes, declarando su disposición de financiar algunos de sus proyectos para fomentar los principios de fraternidad humana y la integración positiva en todos los ámbitos.
Asimismo, el Consejo pidió que se prevaleciera el espíritu de la fraternidad árabe a la hora de discutir las cuestiones que generaron tensión política entre los países árabes e islámicos. Del mismo modo, el Consejo apreció las medidas positivas tomadas en ese respecto, tomando en consideración la sabiduría de los líderes árabes que mostraron hacia la comunidad árabe e islámica.
Igualmente, el Consejo valoró los esfuerzos llevados a cabo por Egipto que tienden a propagar la imagen tolerante del Islam a nivel internacional mediante la Academia de Al-Azhar para la Formación de Imanes, cuya misión consiste en recibir y formar a los imanes extranjeros para que, más tarde, regresen a sus países de origen dotados supuestamente con el pensamiento moderado, los principios de paz, y la fraternidad islámica y humana. De modo semejante, el Consejo pidió a los gobiernos y a las instituciones informativas que estuvieran presentes en los países árabes mediante la adopción de programas de sensibilización con el fin de reivindicar los principios islámicos y enfrentarse a la invasión cultural de Occidente.
Por otra parte, el Consejo instó a fortalecer el papel desempeñado por parte los eruditos y la élite intelectual para crear un discurso informativo y cultural caracterizado con el espíritu de la responsabilidad, evitando particularmente la incitación al odio y las polarizaciones que originaron la discordia entre los miembros de la misma patria. En este sentido, el Consejo enfatizó el papel clave de los símbolos religiosos en fomentar la consciencia sobre la lucha contra las consecuencias nefastas del cambio climático, y sensibilizar a los pueblos del mundo sobre los riesgos del cambio climático y la importancia de preservar el medio ambiente.
Entre otras cuestiones, el Consejo expresó su preocupación por las campañas sistemáticas que tienden a difundir unos valores contrarios a los nuestros y rechazados en las comunidades islámicas. El texto de la declaración de clausura apoyó difundir el espíritu de la colaboración árabe e islámica, deseando que se estableciera la fraternidad árabe a fin de llegar a un lugar seguro.