Ciertamente, el entendimiento, el diálogo y la convivencia pacífica entre los individuos y miembros de la misma sociedad, independientemente de las diferencias de raza, etnia, color de piel, lengua, etc., así como la promoción de la tolerancia, la coexistencia y el respeto de la diversidad cultural y religiosa representan uno de los valores más sublimes de las legislaciones celestiales que instan, a la vez, a la solidaridad y el establecimiento del respeto de los derechos humanos. De ahí resalta la importancia clave del papel desempeñado que se les corresponde a los lideres religiosos. Dicho papel consiste en crear conciencia entre el público sobre los principios fundamentales que cimentan la cohesión y la difusión de los valores de amor, afecto, sosiego y misericordia, con el fin de lograr la seguridad comunitaria. 
En este aspecto, el Gran Imán Prof. Dr. Ahmad At-Tayeb, jefe de Al-Azhar, y el papa Teodoro II, el líder espiritual de la Iglesia Ortodoxa Copta en Egipto, acordaron fundar el Hogar de la Familia Egipcia hace diez años con el fin de acabar con los conflictos sectarios y los intensos disturbios ocurridos después del estallido de la Revolución del 25 de enero del 2011 entre cristianos y musulmanes. En este sentido, el Hogar de la Familia Egipcia tiende a poner en práctica los valores sublimes y características comunes entre las religiones, culturas y civilizaciones humanas. Asimismo, tiende a desarrollar un discurso nuevo que favorece métodos de educación moral e intelectual para satisfacer las necesidades de los jóvenes. Del mismo modo, aspira a fomentar el rechazo del odio y dejar atrás la violencia, la intolerancia y la desigualdad, y la necesidad de conocer al otro, establecer las bases de cooperación y convivencia entre los ciudadanos de la misma patria. También, la finalidad de este organismo incluye presentar propuestas preventivas y mecanismos eficaces para mantener la paz y la seguridad, y enfrentarse al fenómeno del extremismo y terrorismo.
En este sentido, y con motivo del décimo aniversario de la fundación del Hogar de la Familia Egipcia, se celebró una conferencia bajo los auspicios del Gran Imán y el papa Teodoro II con el propósito de hacer recordar de los lazos estrechos existentes entre los musulmanes y cristianos que poseen, a lo largo de la historia, una cultura, una civilización y una lengua en común.
Durante el transcurso de las diferentes sesiones de la conferencia, que contaba con la presencia de políticos, intelectuales, eruditos, los participantes plantearon temas relacionados con la tolerancia de los textos religiosos y su papel de apoyo y coordinación a la promoción de la paz comunitaria, el impacto de la ciudadanía en la consolidación de la convivencia común, así como los logros más importantes del Hogar de la Familia Egipcia a lo largo de diez años para preservar la identidad nacional a través de erradicar la violencia y la corrupción.
No obstante, según las medidas tomadas y proyectos llevados a cabo a lo largo de los últimos años en el marco del dialogo interreligiosos, el Hogar de la Familia Egipcia se ha convertido en un modelo a seguir, cuya metodología debería aplicarse especialmente en los lugares que sufren los resultados nefastos de la lucha, el racismo y la discriminación, en aras de establecer un estado de amor mutuo, hacer prevalecer los principios de la fraternidad humana.