¡La Salud Mental! sí cuenta

  • | Sunday, 16 January, 2022
¡La Salud Mental! sí cuenta

     A finales del año pasado, muchos periódicos españoles publicaron la noticia de la expulsión de un marroquí que había sido condenado a dos años de cárcel por acusaciones de atentado terrorista en España, después de que se expidió certificado médico que padeciera trastornos mentales. Eso llama la atención a una cuestión de vital importancia que es la salud mental de aquellos que son arrestados bajo sospecha de terrorismo. 
Lo que nos interesa a este respecto son los derechos humanos de las personas que han despertado sospechas sobre su relación con el extremismo. Es bien sabido que España es uno de los países pioneros en la lucha y la prevención del terrorismo, y seguramente eso es un hecho encomiable. Lo que tenemos que reflejar más detenidamente son los daños colaterales de esa prevención. Varios detenidos con acusaciones de reclutamiento o pertenencia a grupos terroristas resultan inocentes después de ser investigados, pero una experiencia entre las paredes de la cárcel, aunque sea por unos meses, como es el caso para muchas de esas personas, puede causar fuertes crisis mentales. 
Además, no es solo la falta de libertad la que puede herir la salud mental de los detenidos por error, sino que se le puede añadir muchas secuelas, como la mala fama entre los vecinos y compañeros de trabajo. Una persona musulmana, que ya tiene en Europa un halo de ciertos estereotipos negativos, si le suma el haber sido detenido por un delito de terrorismo, aunque consiga un veredicto de inocencia, ya no volverá a llevar lo mínimo de vida normal que llevaba antes de su arresto.
En este contexto queremos señalar que el derecho de cuidar la salud mental, constituido por los acuerdos humanitarios internacionales, es un concepto principal en la religión islámica. De hecho, en el islam existen cinco necesidades que cualquier sentencia debe tener en cuenta, las llamadas cinco necesidades básicas, la primea de las cuales es mantener “annafs”. Ese vocablo árabe es polisémico y puede significar el alma, la vida y también, lo que nos concierne, el estado mental de las personas. Los ejemplos sobre la atención que otorga el islam a la salud psíquica tanto en lo que se refiere a actos de adoración como de obligaciones del individuo, la sociedad y del poder son incontables, empezando por las oraciones diarias hasta el tratamiento con los niños, a parte del tratamiento con los presos de la guerra. En el islam si el preso de otro pueblo no musulmán declara su deseo en ser súbdito del gobierno musulmán, manteniendo por supuesto su fe, el gobernador musulmán será obligado a aceptar su demanda, y no les es permitido a ningún musulmán torturar al preso de cualquier manera física o mental incluso si para sacarle información. Otro ejemplo que aparentemente puede no tener mucha relevancia con nuestro tema, pero que en realidad la tiene, es que en el islam que si hay tres personas reunidas será mal visto que dos de ellos hablan dejando al tercero apartado. ¿la razón? Dijo el Profeta: “para que esa tercera persona no se sienta molesta o triste”. 
Finalmente, partiendo de las enseñanzas de la religión islámica o del mero sentimiento humano que nos une a todos, debemos trabajar muy bien juntos para proteger la mentalidad del ser humano, independientemente de su color, religión, raza, o cualquier otro aspecto por el que se siente indiscriminado.

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