Tras casi una década de ausencia, el grupo Al-Ansar al-Muslimin en Bilad as-Sudan reaparece en el escenario terrorista de Nigeria
- Sus vínculos van en aumento con los secuestros y el bandolerismo.
- Tiene el potencial de ganarse a las comunidades locales
- Los secuestros son otra herramienta vital que el grupo utiliza para apoyar y expandir sus actividades.
Durante la mayor parte de la última década, la organización terrorista Al-Ansar ha estado en gran parte fuera del panorama de amenazas terroristas, pese a ello, se ha detectado un regreso más peligroso que nunca de la banda criminal en Nigeria. Al-Ansar al-Muslimin en Bilad as-Sudan, también conocido como Ansaru, afirma defender los intereses del Islam en sociedades donde su presencia se ha contenido en gran medida. Se formó en 2012 como una facción disidente de Boko Haram.
El grupo Al-Ansar es particularmente activo en las regiones del noroeste y centro-norte de Nigeria, donde el bandolerismo y los secuestros han aumentado en los últimos años. Se cree que el grupo proporcionó armas y otro tipo de apoyo a los bandidos detrás de los ataques en el noroeste. Esta afirmación está respaldada por relatos de redadas policiales en un campamento de bandidos en el bosque de Kodoro en el Estado de Kaduna, al que está vinculado el grupo Al-Ansar. Fuentes del Instituto de Estudios de Seguridad dijeron que el grupo compra principalmente armas a delincuentes en Nigeria, a bandidos y miembros de grupos terroristas como Boko Haram.
Hay tres signos preocupantes de que los elementos terroristas están resurgiendo: sus crecientes vínculos con el secuestro y el bandolerismo, su relación con otros grupos extremistas violentos y la capacidad de ganarse a las comunidades locales con una campaña de "mentes y corazones".
Para reclutar a más elementos y ganar simpatía entre la población, este grupo terrorista utiliza una estrategia que se basa en distribuir alimentos, ropa y dinero en efectivo entre los aldeanos que se encuentran en situaciones económicamente precarias. La campaña de "corazones y mentes" del grupo Al-Ansar fue lanzada, asimismo, para obtener el apoyo de la comunidad.
La idea de distribuir “ayuda humanitaria” permite a los grupos terroristas el reclutamiento de nuevos elementos y fidelización continua. Este enfoque a largo plazo que adoptan tiene una tendencia amenazante, lo que significa que Al-Ansar dedica tiempo a conectarse con las comunidades y construir una presencia sostenible en la región para lograr legitimidad.
El grupo también protege a la población rural de los bandidos. Un partidario del grupo en la aldea de Gwandu, Estado de Kaduna, dijo que el grupo solo protege a la población local sin esperar obsequios o recompensas por los servicios prestados.
Por su parte el Observatorio de Al-Azahr cree que estas actividades desestabilizan, en cierta medida, la región y, por ello, para contrarrestar al grupo, los gobiernos deben brindar mejor seguridad y servicios a la población local. Asimismo, insta a tomar medidas preventivas para evitar que el regreso de los simpatizantes cause problemas aún mayores y cree focos de bandolerismo y secuestros en las regiones del noroeste y centro-norte. El Observatorio afirma que a pesar de que el grupo Al-Ansar no representa la mayor amenaza terrorista en Nigeria, su capacidad para salir a la superficie indica una peligrosa tendencia a utilizar el elemento sorpresa.