Con el anuncio oficial de la caída de ISIS en 2017, y debido a la fuerza de que se disponía ese autoproclamado "Estado", algunos pensaron que la eliminación de Dáesh pronosticaba la desaparición de las organizaciones extremistas, pero la realidad es que los elementos restantes de este grupo siguieron actuando clandestinamente en un intento de reaparecer nuevamente.
Con los desarrollos recientes a los que se enfrenta el mundo a nivel político y económico, algunos indicadores‎ han comenzado a aparecer en el horizonte para advertir sobre la posibilidad de una nueva ola de actividades terroristas por parte de Dáesh y al-Qaeda a través de sus afiliados en otros lugares especialmente en África que se ha convertido en un elemento común para ambos grupos.
Según "Voanews", los informes de inteligencia de los Estados miembros del Consejo de Seguridad subrayan que al-Qaeda se ha convertido en una alternativa en lugar de Dáesh, y se ha vuelto más capaz de comunicarse con sus afiliados fuera de Afganistán. Pero la noticia más interesante de estos informes es que al-Qaeda prefiere al movimiento terrorista ash-Shabab, su brazo africano, liderado por "Ahmed Diri Abu Obeida", y parece que el factor económico es el principal impulsor de esta preferencia.
Según un informe publicado por "Bloomberg", este movimiento somalí gasta 24 millones de dólares en armas y explosivos con unos ingresos anuales que se estiman por 50 a 100 millones de dólares. Pues, según el informe de "Voanews" el brazo de la organización en Somalia dedica una parte de sus ingresos para apoyar directamente el liderazgo principal de al-Qaeda. Además, no se puede pasar por alto el creciente papel del “Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes” (GSIM), dirigido por "Iyad Ag Ghali", que declaró su lealtad a al-Qaeda en 2017. Este grupo reivindicó el sangriento ataque suicida que tuvo lugar en un campamento estratégico cerca de la capital malí, el viernes 22 de julio de 2022.
Todos los indicadores indican que Dáesh puede cambiar el rumbo hacia África. Pues, según el sitio web de "Foreign Policy", si Oriente Medio es la cuna de ISIS, pues en África este grupo terrorista ha experimentado un gran auge. Cabe señalar aquí que altos funcionarios y diplomáticos estadounidenses en la lucha contra el terrorismo se reunieron con sus homólogos de otros países en la ciudad marroquí de Marrakech en mayo de 2022 en una reunión anual de la Coalición Internacional contra Dáesh. Los participantes mencionaron que la región del Sahel es el hogar de los grupos extremistas más peligrosos y de más rápido crecimiento, ya que la región de África subsahariana contó con el 48 por ciento de muertes por terrorismo global en 2021, según el informe de “Global Terrorism Index 2022”.
También se estima que los seguidores de Dáesh en África occidental suman casi cinco mil combatientes en Nigeria y Níger, así como en Camerún. Hay otra rama denominada " El Estado Islámico en el Gran Sáhara" (EIGS) que se actúa cerca del Golfo de Guinea, e incluye un número estimado de mil combatientes. Asimismo, el número de combatientes de Dáesh en Mozambique que se estima en 1200 elementos, además de sus afiliados y simpatizantes en Somalia. 
Por otro lado, parece que Dáesh se está planteando intensificar sus actividades en el territorio libio. Según varios informes, este grupo publicó durante el último Ramadán de 2022 unas fotos de sus miembros en Libia bajo el título de “Diarios de los Soldados del Califato en Ramadán”, como si la organización estuviera tratando de atraer elementos, ya sean nuevos o antiguos afiliados, a este país, haciéndoles creer que el grupo goza de fuerza y estabilidad en esta región. De esta manera, podemos observar que Dáesh está intentando adentrarse en el corazón del continente africano para extender su influencia y revivir sus sueños, aprovechando la inestabilidad, la agitación, la falta de seguridad y el deterioro económico que sufren algunos países del continente africano.
En cuanto a las fuentes de financiación de estas organizaciones, el informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reveló que Dáesh todavía disfruta del apoyo material de sus leales en los países de la zona sur del continente africano, donde los partidarios de las organizaciones extremistas en Uganda y Kenia realizan operaciones de lavado de dinero para apoyar al grupo leal a Dáesh en el Congo. A pesar de la pérdida de territorios en Siria e Irak, Dáesh todavía está controlando el flujo de financiación para sus brazos a nivel mundial, mientras que el apoyo financiero a sus afiliados africanos pasa a través de la oficina de la organización en Somalia.
A la luz de esta destacada actividad terrorista, no se pueden desprecia los indicios que afirman que ISIS está recuperando una parte de su influencia en Siria, especialmente después del ataque contra la prisión de Ghweran en Al-Hasaka, clara señal de sus intentos para recuperar su fuerza en Siria, donde sus combatientes atacaron la prisión con un automóvil cargado de explosivos. Además, Dáesh describió esta operación como una victoria, ya que logró liberar a muchos líderes y atacar a una prisión sujeta a una máxima seguridad. Está claro que dicho grupo busca reorganizar sus filas nuevamente aprovechando el reciente repliegue de las operaciones militares contra él en Siria.
También se puso a perpetrar ataques que causan decenas de muertos, así como tomar de rehenes a otros en aras de aumentar su influencia. Cabe destacar que los desarrollos militares, políticos y económicos representan una oportunidad de oro para Dáesh a fin de reunir sus fuerzas y reorganizar sus filas, especialmente en el seno de la preocupación de las principales potencias con otros asuntos fuera de la lucha contra el terrorismo. Asimismo, las múltiples repercusiones de tales desarrollos en todo el mundo, ya sea en términos de crear áreas de vacío de seguridad en algunos lugares, o el impacto económico que alcanzó a todos, representan un entorno fértil para el terrorismo.
Todos estos hechos hicieron que los funcionarios antiterroristas de las Naciones Unidas, durante una sesión informativa conjunta celebrada el 9 de agosto de 2022, decidieran que la amenaza que representan los combatientes de Dáesh y sus partidarios sigue siendo "global y creciente". A ese respecto, el jefe de la ONU contra el terrorismo “Vladimir Voronkov” al presentar el decimoquinto informe del secretario general, subrayó que Dáesh y sus afiliados continúan explotando la dinámica del conflicto, la fragilidad de la seguridad y la sensación de desigualdad para instigar, planificar y organizar ataques terroristas, agregando que están aprovechando las medidas tomadas por COVID-19 y el espacio digital para reclutar más simpatizantes. Por lo tanto, no es posible tener la certeza o tranquilidad de que las organizaciones terroristas han perdido su estrella o que su peligro se ha desaparecido, sino que debe darse cuenta de que estos grupos aún pueden resurgir con fuerza nuevamente, a menos que los esfuerzos de seguridad, militares y políticos sigan rastreando los restos de estas organizaciones.