¿Fue posible salvar a las víctimas de Dáesh?

  • | Tuesday, 8 November, 2022
¿Fue posible salvar a las víctimas de Dáesh?

    Durante el período en que la organización terrorista “Dáesh” controló amplias zonas de Siria e Irak, y declaró su llamado estado, más de (550) mujeres y niñas extranjeras se unieron a sus filas. Las formas de su incorporación a Dáesh fueron variadas, entre grupos que decidieron ir allí voluntariamente y otros que fueron obligados, ya sean acompañadas por un marido o un padre. Muchas de estas mujeres han perdido la vida por una muerte durante las operaciones militares, o moralmente dentro de los campos de refugiados en la frontera siria, entre miles de otras personas, sin un futuro claro ni esperanza de vida.
Entonces, ¿Fue posible salvar a estas mujeres engañadas o atraídas para unirse a las filas de esa organización terrorista? ¿Qué pasaría si una de las autoridades oficiales tuviera suficiente información que le permitiera proteger a estas mujeres de caer en las garras de organizaciones extremistas? ¿Es mejor mantener silencio para lograr un objetivo mayor que rescatar a esas mujeres?
Recientemente, unos informes de prensa revelaron la involucración de un gobierno occidental en ocultar información sobre algunas de las novias del ISIS que se unieron al grupo, e incluso indicaron que el servicio de inteligencia de este país tenía suficiente información para proteger a estas niñas de caer en las garras de esa organización terrorista, pero optó por hacer la vista gorda para conseguir otros propósitos.
Ahora, se debe plantear la siguiente pregunta sobre la validez de esa información, y ¿es realmente posible pasar por alto un asunto de suma importancia solo para asegurar la fuente de la información?
Richard Karbag mencionó en su libro titulado La historia secreta de los cinco ojos la noticia de que este servicio de inteligencia había colaborado con un traficante de personas que prestaba servicio a quienes quería incorporarse a ISIS. En su libro, Karbag señaló que el propósito de la cooperación de esta agencia con Muhammad al-Rashid era identificar las identidades de los jóvenes que se unían a Dáesh y otros datos de inteligencia muy relevantes. 
Cabe señalar que Muhammad al-Rashid ayudó a muchos jóvenes europeos a unirse a ISIS a través del área de la frontera sirio-turca.
Pero, ¿qué ha hecho este servicio de inteligencia con la información que ha obtenido como resultado de esa cooperación? Nadie sabe todavía su motivo, o cuán necesaria es esa cooperación ni el sospechoso silencio de esa agencia sobre esa información que habría salvado a cientos, o tal vez miles de vidas.
Lo peor de todo es lo que dijo el primer ministro de ese país, cuando los medios lo rodearon con sus preguntas sobre el incidente, pues no negó lo sucedido, sino que simplemente dijo: el servicio de inteligencia debe usar métodos flexibles y creativos en su labor, destacando únicamente que la agencia está comprometida con estrictas normas, valores y principios respetados por el público, que incluyen "Declaración de Derechos y Libertades" en el Estado. Entonces, ¿incluye la "Declaración de Derechos y Libertades” renunciar a salvar vidas inocentes para obtener información de inteligencia cuya factibilidad se desconoce, especialmente porque la mayoría de estas víctimas son jóvenes adolescentes?
Las víctimas de Dáesh no son solo víctimas de la violencia, asesinatos, torturas e incursiones cometidas por la organización contra civiles, incluidos sirios, iraquíes, otros trabajadores humanitarios y periodistas extranjeros; sino las víctimas del ISIS son estos jóvenes engañados, a quienes la organización pudo lavarles el cerebro y atraerlos para luchar en sus filas a cambio de entrar al paraíso o casarse con sus combatientes. Y si tuviéramos una forma de proteger a los jóvenes de ser víctimas de un lavado de cerebro o incluso evitarles que participen en la comisión de un delito contra sí mismo y los demás, ¿nos hubiéramos abstenido de seguir esta vía con el pretexto de proporcionar información o por cualquier otra razón?
Recientemente, varios medios de comunicación publicaron nuevas noticias, tras el fin de las investigaciones con Muhammad al-Rashid en las cárceles turcas, que reveló que había llegado a un acuerdo con el gobierno de dicho país para otorgarle su nacionalidad y el estatus de asilo político. 
Si hacemos la vista gorda antes la decisión de dicho gobierno de indultar a alguien que fue responsable del contrabando de lo que los gobiernos occidentales describen como "terroristas", entonces nos preguntamos: ¿Qué pasaría si él fue el responsable del contrabando de uno de los terroristas que llevaron a cabo operaciones terroristas dentro de Europa?, ¿le perdonarían los países occidentales, que siempre hablaba de negarse rotundamente a perdonar a alguien cuya mano se haya manchado de sangre? veces, a algunos países occidentales incluso se les revoca la ciudadanía, como en el caso de Shamima Begum.
Hablando de Shamima Begum, cabe mencionar que “Muhammad al-Rashid” es el responsable del contrabando de Shamima y sus dos amigas británicas Qadeera Sultana y Ameera Abbasi, que murieron en las incursiones de las fuerzas de la coalición en Siria. En cuanto a Shamima Begum, como se sabe, la quitaron la nacionalidad y ahora está atrapada en un campo de refugiados en Siria, mientras que su abogado intenta instar al gobierno de su país a que emita una decisión para devolverle la nacionalidad y devolverla a su país para su enjuiciamiento allí. Por lo tanto, parece que este servicio de inteligencia tenía conocimiento de la entrada de estas mujeres a Siria y su incorporación a Dáesh, y así su mano quedó manchada de la sangre de las que murieron, además, es motivo de la tragedia de las que están viviendo en tales campamentos hasta ahora.
Por último, proteger la seguridad de los Estados y defender sus territorios es muy importante, de modo que nadie puede negarlo, pero para lograrlo, ¿pueden abandonarse otras cosas que los servicios de seguridad e inteligencia consideran menos importantes que la vida humana y la protección contra caer en las garras del terrorismo?
Si fueran ciertas las afirmaciones de que el gobierno de aquel Estado y su aparato de inteligencia eran conscientes de las identidades de los jóvenes que se unieron a Daesh, y que mantenían silencio sobre tal información, ¿no contradiría esto la responsabilidad moral asignada a esa agencia, que podría haber salvado vidas que la organización logró reclutar, o consideramos que estas vidas al tomar la decisión de unirse a la organización han perdido su valor, y que los intereses de seguridad nacional se han vuelto más importantes que ellos?
 

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