Hay una Como resultado de los ataques terroristas perpetrados en el mundo, en nombre de la religión, algunos comenzaron a utilizar las terminologías: "el terrorismo islámico" y "el terrorismo yihadista", vinculándolas con el islam; acto que se ha ido creciendo especialmente en las sociedades occidentales en el último cuarto del siglo XX, de modo que su intensidad aumentó después de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y la serie de ataques terroristas en la red de Cercanías de Madrid en el 11 de marzo de 2004, lo que afectó negativamente a la convivencia de los musulmanes e inmigrantes en las sociedades occidentales, ya que a menudo han sido tratados en el marco de las políticas antiterroristas como posibles terroristas, incluso algunos ciudadanos occidentales les acosaron, calumniaron y, a veces, les agredieron  físicamente.
Estos términos provocativos y peligrosos contra han sido utilizados por muchos partidos de derecha y extrema derecha en Occidente contra la comunidad musulmana a fin de ganar objetivos políticos, empleando esta terminología en sus discursos populistas con el fin de atraer más elementos nuevos a sus filas para ganar más votos,  aunque reconocen implícitamente que la mayoría de los musulmanes en Europea son pacíficos y no representan ninguna amenaza contra el pueblo europeo. Según informes de seguridad internacional, alrededor del 90% de las víctimas del terrorismo en el mundo son musulmanes. En este contexto, el periódico "Arabi 21" publicó a principios de junio de 2017 una estadística del Centro Nacional de Contraterrorismo de EE. UU. que indica que entre el 82% y el 97% de las víctimas mundiales del terrorismo son musulmanes. Sin embargo, esos partidos siguen utilizando esos términos para difamar la imagen del Islam y los musulmanes. Además, utilizaron los medios de comunicación para persuadir a sus ciudadanos de esas acusaciones, lo que dio lugar a un racismo y xenofobia contra los musulmanes e inmigrantes, y consecuentemente, a la exigencia de su regreso a sus países. En efecto, mediante una reflexión sobre la realidad en Occidente, se encuentra que las políticas aplicadas hacia los inmigrantes y los musulmanes refuerzan la restricción a esta comunidad, acto que dificultaría su convivencia e integración.
Indudablemente, el uso persistente de estos términos por algunos responsables occidentales afecta la seguridad pública de las sociedades y expone a una serie sucesiva de ataques terroristas, en un esfuerzo pernicioso para crear conflictos entre los seguidores de las diferentes religiones, así como para adoptar ideologías terroristas defensivas. A este respecto, las entidades religiosas en Egipto, encabezadas por la máxima entidad religiosas,  Al-Azhar Al-Sharif, afirman que el mundo islámico rechaza profundamente el "terrorismo", en todas sus formas y tipos, y advierte enérgicamente del peligro uso del término "terrorismo islámico", que plantea una amenaza a la seguridad de los musulmanes en las sociedades occidentales después de calificarles como terroristas y extremistas. En este sentido, el Gran Imán de Al-Azhar, Prof. Dr. Ahmed Attayeb, expresó su profundo enfado ante la insistencia de algunos responsables de países occidentales en utilizar el término "terrorismo islámico", sin prestar atención a la difamación que lleva este término hacia el Islam y los musulmanes, y destacó que el hecho de asociar el terrorismo al islam o a las otras religiones divinas es una confusión errónea entre la realidad de las religiones, enviadas a fin de regularizar las relaciones entre sus miembros, y su uso con fines personales a mano de pocos desviados. Aquellos que no desistían de utilizar esa grotesca calificación no son conscientes de que están acabando con cualquier diálogo fructífero entre Oriente y Occidente, consecuentemente se fomentan los fenómenos de islamofobia.
Pese a estas políticas brutales, existen voces europeas racionales que reclaman la necesidad de abandonar el uso de estos términos y proponer alternativas que reivindiquen el islam y reflejen la realidad de que el terrorismo no tiene religión. El 18 de noviembre de 2022, el diario español "El Debate" expuso este tema al referirse a la actitud del Ayuntamiento de Barcelona ante el uso de algunos términos y expresiones que afianzan el racismo y el odio. Por ello, emitió una "guía con perspectiva intercultural" para evitar expresiones que son consecuencia del etnocentrismo y del racismo, así como para romper estereotipos en el uso de la comunicación y para que los ciudadanos hagan uso de un "lenguaje inclusivo". En efecto, pidió que se evitaran términos como "terrorismo yihadista» o «terrorismo islámico», y propuso que se hablara de "extremismo violento" o que se usara el nombre del "grupo terrorista" en concreto,  sin asociarlo al islam o reducir la yihad a la violencia.
Indudablemente, el Observatorio de Al-Azhar Contra el Extremismo ve que este paso representa el comienzo de una fase de control de visiones y cambio de estereotipos sobre el Islam y los musulmanes. Es una etapa que se retrasó mucho ante los temores planteados por los medios de comunicación hacia los musulmanes y las acusaciones que no tienen más fundamento que el odioso racismo y la discriminación ciega. Por lo tanto, anticipamos a partir de estos pasos una nueva era de cambio de ideas y estereotipos destructivos, que solo aumentarán la miseria de la humanidad. Quizás esta época nos traiga los frutos de todos los esfuerzos que se han hecho para corregir los conceptos y fortalecer el diálogo intercultural sobre la base de la fraternidad, la ciudadanía y los derechos humanos.