La violencia contra la mujer un camino hacia el extremismo

  • | Thursday, 27 April, 2023
La violencia contra la mujer un camino hacia el extremismo

El extremismo es uno de los flagelos más peligrosos que destruye ‎sociedades y Estados. A pesar de que las operaciones terroristas suelen ser ‎realizadas por hombres, debido a las diferencias físicas y musculares, los ‎últimos años han confirmado una notable implicación de las mujeres en la ‎realización de ataques terroristas, después de que las grupos extremistas ‎lograran reclutarlas entre sus filas, sea por persuasión o por intimidación. ‎Puesto que, el papel fundamental de la mujer, sea en la familia o en la sociedad, ‎y su capacidad para producir cambios positivos, la convierte en un objetivo ‎para los grupos terroristas.‎
Los factores de participación de la mujer en organizaciones terroristas ‎pueden clasificarse en dos factores principales: factores atractivos y factores ‎impulsores, de modo que las organizaciones terroristas adoptan métodos ‎específicos para reclutar mujeres maltratadas socialmente, mediante el uso de ‎discursos emocionalmente inspiradores, que puede presentarse en forma de ‎imagen o video, que pueden aparecer en formato de foto o video, atrayéndolas ‎a recibir privilegios perdidos en sus comunidades, y que formarán parte de una ‎gran sociedad de mujeres lejos de cualquier práctica de racismo y ‎discriminación contra ellas. También explotan las condiciones económicas ‎como un medio importante para engañarlas y atraerlas. En realidad, estamos ‎ante grupos terroristas que poseen herramientas efectivas para atraer a mujeres ‎de diferentes culturas y nacionalidades.‎
Además, convendría mencionar los factores que empujan a las mujeres a ‎unirse a organizaciones extremistas, como la falta de educación adecuada, el ‎sentimiento de injusticia social que les impide obtener sus derechos sociales, ‎así como el sentimiento de aislamiento y marginación, y las prácticas de ‎racismo y discriminación contra ellas en algunas sociedades. De esta forma ‎serán fácilmente engañadas por las interpretaciones erróneas de los grupos ‎terroristas de la idea de la yihad, el heroísmo y la construcción de un nuevo ‎‎“estado islámico”. ‎
A pesar de las diferencias en la naturaleza y la gravedad de la violencia ‎contra la mujer, sus efectos a largo plazo son negativos tanto para la mujer ‎como para la sociedad en su conjunto, y tienen consecuencias devastadoras, es ‎decir, pueden provocar la muerte o trastornos psicológicos, que puede ‎incitarlas a unirse a un grupo terrorista para buscar venganza contra aquellos ‎que la causaron sufrimiento.‎
Debido a esto, se han cambiado las tareas de las mujeres dentro de los ‎grupos terroristas, es decir, a parte de criar a los niños se han involucrado en ‎muchas otras tareas peligrosas, incluyendo atraer nuevos de mujeres, reclutar ‎jóvenes persuadiéndoles de casarse con las mujeres del grupo terrorista, ‎difundir las ideas extremistas a través distintos sitios web, incluso se han ‎involucrado en el transporte de armas y equipos y llevar a cabo operaciones ‎suicidas.‎
Aquí surge la siguiente pregunta: ¿Acaso son las mujeres que se unen a ‎las organizaciones terroristas? A través del seguimiento continuo y preciso del ‎Observatorio de Al-Azhar Contra el Extremismo de esta cuestión, se ha ‎demostrado que las mujeres se dividen en dos categorías en general: la primera ‎refleja las mujeres que eligieron unirse a los grupos terroristas voluntariamente ‎sin coacción u obligación, en busca de dinero, matrimonio u otras razones, la ‎chica  británica llamada “Shaimaa Begum”, quien fue despojada de su ‎ciudadanía británica tras unirse a “Dáesh” en su adolescencia con el objetivo de ‎casarse con uno de los combatientes de “Dáesh”.‎‏ ‏La segunda radica en las ‎mujeres que fueron obligadas a unirse a las organizaciones terroristas y ‎participar en operaciones suicidas, como mujer siria, llamada Jadija. Era ‎maestra en la escuela primaria y de repente se convirtió en miembro de la ‎‎“Brigada Al Jansaa” de “Dáesh”, además de otras mujeres que fueron ‎secuestradas y obligadas a permanecer bajo amenaza de armas.‎
En consecuencia, es necesario proteger a las mujeres para que no se ‎caigan presas fáciles en manos de los grupos extremistas y terroristas, ‎armándolas con el pensamiento correcto y protegiéndolas de cualquier idea ‎erróneas y desviada. Pues la protección y concienciar a las mujeres genera la ‎paz y seguridad en la familia y la sociedad, ya que ellas tienen la ‎responsabilidad de educar a los hijos, guiarles hacia el camino correcto, ‎corregir sus ideas religiosas y culturales, formando generaciones capaces de ‎distinguir entre ideas correctas y erróneas que pueden llevarles a caer en las ‎garras de las organizaciones extremistas.‎
Asimismo, el empoderamiento de la mujer y su participación en los ‎centros e instituciones de lucha contra el extremismo y el terrorismo en la ‎sociedad contribuirán positivamente a incrementar la conciencia sobre los ‎peligros del terrorismo y el extremismo y a y a conocer sus métodos. ‎
Por último, las sociedades deben abordar las cuestiones y los aspectos ‎negativos que las mujeres han sufrido durante mucho tiempo, empoderarlas ‎para que puedan ejercer sus derechos, cumplir sus responsabilidades y deberes ‎en la sociedad sin discriminación, y hacer frente a los factores psicosociales ‎que los grupos extremistas explotan para reclutar las mujeres.‎
 

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