Desde que los "talibanes paquistaníes" cancelaron el acuerdo de alto el fuego alcanzado con el gobierno pakistaní en junio de 2022 d.C., especialmente tras los disturbios que afectaron al proceso de fusión de las áreas tribales en la región "Khyber Pakhtun khwa", y tras el fracaso de negociaciones que condujeron al regreso de los militantes a sus bastiones, y la reactivación de las células durmientes, el movimiento ordenó a sus operativos atacar a las fuerzas de seguridad dondequiera que tuvieran la oportunidad en todo el país. 
La orden de atacar a las fuerzas de seguridad vino explícitamente en su comunicado después del cese del armisticio, que incluía lo siguiente: "Si bien las operaciones militares contra los muyahidines se intensifican en varias regiones del país, debéis lanzar ataques y atacar a las fuerzas de seguridad siempre que sea posible". La declaración indicó que el movimiento y sus miembros lanzarán operaciones en las principales ciudades de Pakistán, incluidas Lahore e Islamabad. 
Desde entonces, el movimiento de los talibanes pakistaníes ha seguido nuevas estrategias para llevar a cabo sus ataques, tanto en términos de cómo llevar a cabo operaciones terroristas o en términos de ampliar el alcance de las actividades operativas, como, finalmente, en términos de consolidar su relación con otras organizaciones terroristas.
Evolución de la ideología de las operaciones terroristas 
Las operaciones terroristas llevadas a cabo por los talibanes de Pakistán variaron entre ataques, explosiones y operaciones suicidas. Recientemente, se ha observado que los atentados, que se alejan lo más posible de la confrontación con las fuerzas de seguridad, a pesar de su gran número, han sido adoptados con el fin de preservar los recursos materiales de la organización, ya sean humanos o financieros, ya que se ha vuelto difícil obtener financiamiento debido a las operaciones de inteligencia llevadas a cabo por las fuerzas antiterroristas en todo el país. Por lo tanto, ha aumentado el número de bombardeos que no le cuestan a la organización una pérdida de vidas. 
La guerra de guerrillas destinada a desestabilizar la seguridad y la estabilidad pasó a primer plano, seguida de operaciones de francotiradores, apuntando a oficiales de inteligencia y fuerzas de seguridad, atacando emboscadas y colocando explosivos. Según el Instituto de Estudios de Seguridad y Conflictos de Pakistán, con sede en Islamabad, los militantes llevaron a cabo alrededor de 58 ataques solo durante el mes de febrero de 2023, un aumento del 32% en comparación con enero del mismo año. 
Ampliando el alcance de las actividades operativas 
Después de que el enfoque de los talibanes paquistaníes se centró en las áreas fronterizas tribales y remotas, especialmente las zonas que limitan con Afganistán, donde se beneficiaron enormemente de los santuarios que se pusieron a su disposición en Afganistán después de 2021, el movimiento penetró profundamente en Pakistán, por lo que las principales ciudades fueron atacadas, especialmente Karachi, Peshawar, Lahore e Islamabad; La razón de esto es el deseo de aumentar la intensidad de los disturbios, demostrar la presencia del movimiento en el terreno y su poder para llevar a cabo ataques en todo el país, infundir confianza en sus miembros y atraer a más jóvenes. La mejor prueba de ello es la expansión de las actividades operativas fuera de la provincia de "Khyber Pakhtun khwa" (noroeste del país), y contó con la participación de la ciudad de "Peshawar", que fue escenario del ataque a una mezquita cercana a la jefatura de policía, que se saldó con más de (100) mártires, y con no menos de unos (170) heridos, la mayoría de ellos de las fuerzas de seguridad. 
Además, el atentado suicida con bomba contra una patrulla policial en la capital, Islamabad, que resultó en la muerte de un policía y heridas a (5) personas más, y se produjo en represalia por el asesinato de uno de sus líderes destacados. El movimiento también trató de promover la capacidad de sus miembros para dirigir golpes fuera de su esfera de influencia, llegando a Islamabad, y publicó un video en sus plataformas de medios que muestra a uno de sus miembros desde las colinas de Margalla, a pocos kilómetros de la capital, Islamabad, destacando el parlamento paquistaní, y en su mano había un papel en que se escribe (ya llegamos), lo que indica que su actividad está fuertemente dirigida hacia la capital, luego de que se alejaba de los ataques.
Asimismo, el atentado terrorista ocurrido en la ciudad paquistaní de Lahore, que dejó (3) mártires, entre ellos un niño y (22) heridos. De ello se desprende claramente que las fuerzas policiales cargaron con la peor parte de las pérdidas como resultado de los sangrientos ataques llevados a cabo por el movimiento, debido a su cooperación con las fuerzas de inteligencia en la lucha contra el terrorismo, a través de los cuales fueron liquidados muchos destacados líderes talibanes que enfatizó la necesidad urgente de una revisión integral de las estrategias de la lucha contra el terrorismo en el país y los crecientes desafíos de seguridad, ya que el movimiento de los talibanes paquistaníes está tratando de expandir su actividad operativa, imponer su ideología intelectual y controlar las partes fronterizas que se encuentran bajo la administración federal, aprovechándose de la preocupación del gobierno por enfrentar los desafíos políticos, económicos y de seguridad, especialmente en la situación actual de escalada de amenazas a la seguridad que socavaría la capacidad del gobierno para establecer una situación de seguridad estable.
 Consolidación de su relación con las otras organizaciones para apoyar la estrategia conjunta
 Con respecto a la creciente actividad del movimiento, este se esfuerza por aumentar su fuerza militar y mejorar significativamente el apoyo humano. Para ello, desarrolló sus relaciones con las organizaciones separatistas de Baluchistán, las organizaciones extremistas enfrentadas con el gobierno y las facciones que se habían separado en 2014, que presagia de la posibilidad de realizar atentados terroristas conjuntos en el próximo período, que representa la mayor amenaza para la seguridad nacional de Pakistán, y entre estas organizaciones armadas se sumaron al movimiento Talibán otros tres grupos armados paquistaníes afiliados a Al-Qaeda: el grupo “Muhammad Omarna”, comandante del área de “Tahseel Dumayel " distrito de la ciudad de "Bannu" en la provincia "Khyber Pakhtun khwa", quien anunció su afiliación a la organización el 16 de marzo de 2023; el grupo “Hayi Aftab Dawar” de Waziristán del Norte quien anunció unirse al movimiento el 21 de marzo, así mismo el grupo de Maulana Qutbuddin de Bannu, el 23 de marzo.
Lo más peligroso es que todos ellos juraron lealtad al líder de los talibanes de Pakistán, Mufti "Nur Wali Mehsud", lo que fortaleció enormemente la fuerza militar de la organización. En base a esto, los talibanes paquistaníes están ampliando su alcance para obtener más fuerzas de apoyo, y el aumento de las operaciones realizadas por el movimiento es una señal de que la organización radical ha reorganizado su estructura nuevamente, lo que presagia más operaciones terroristas en los próximos días. A la luz de la percepción anterior del desarrollo de la estrategia de los talibanes paquistaníes, se volvió lógico aumentar las operaciones del grupo y la escalada del terrorismo y los disturbios sectarios, ya que los talibanes paquistaníes se atribuyeron la responsabilidad de la mayoría de las operaciones en las provincias de " Dera Ismail Khan" y "Waziristán del Sur" ubicados en la intersección de "Punjab". Y "Blochistan", además de "Karachi" y "Quetta" en la provincia de "Khyber Pakhtun khwa". Según el Índice de Terrorismo Global (GTI) anual emitido por el Instituto Australiano de Economía y Paz (IEP), Pakistán ocupó el segundo lugar en el mundo en términos de la cantidad de muertes causadas por el terrorismo durante el año 2022, ya que el número aumentó dramáticamente con un aumento de 120% respecto al año pasado. El 55% de las víctimas del terrorismo son fuerzas de seguridad. El Ejército de Liberación de Baluchistán y los talibanes pakistaníes fueron responsables de la mayoría de las muertes relacionadas con el terrorismo en Pakistán, y los talibanes paquistaníes apuntan principalmente detrás de llevar a cabo ataques terroristas contra las fuerzas de seguridad paquistaníes para establecer un estado islámico similar al establecido por los talibanes afganos. 
Aunque las operaciones de seguridad llevadas a cabo por parte del gobierno paquistaní para hacer frente a la propagación de las operaciones terroristas se han visto coronadas ostensiblemente con algunos éxitos tácticos representados en el ataque a muchos líderes influyentes del movimiento incluido el destacado líder "Khaled Khorasani" y otros, esta estrategia necesita mayor desarrollo y apoyo para eliminar el terrorismo, los talibanes paquistaníes continúan controlando algunas áreas y partes de la frontera con Afganistán, y continúan adhiriéndose a su objetivo declarado de imponer su estricta aplicación de la ley islámica de acuerdo con sus interpretaciones erróneas a lo largo del país. Y es probable que empeore a la luz de la agitación política partidista en el país, ya que los talibanes pakistaníes intentarán aprovechar bien esta oportunidad extorsionando a los ciudadanos, recaudando donaciones para proporcionar financiación, y el mayor peligro es atraer a los jóvenes, radicalizarlos y unirlos a sus filas. 
Es lamentable que, a la luz de la ausencia de estabilidad y de la creciente incursión e integración de organizaciones terroristas, exista la posibilidad de que todas estas razones se combinen para aumentar el malestar, lo que a su vez avivará las llamas de la violencia y el terrorismo, esos términos que se han convertido en los más difundidos en el mundo, y que confirman que las soluciones de seguridad y el enfrentamiento militar por sí solos no bastan para eliminarlo, sino que todas las fuerzas políticas, sociales e intelectuales deben unirse para enfrentar ese extremismo y terrorismo que se basa en una concepción errónea que falsean la realidad. Las religiones nunca han ordenado el asesinato, la violencia y el fanatismo, sino más bien la tolerancia, la misericordia y el respeto por los derechos de los demás, y este es el enfoque que pide el Islam y que tuvo un gran impacto en el alma de las personas, por lo que abrazaron la religión de Al-lah en masa, debido a la misericordia, la dulzura, el perdón y la paz que observaron en ella incluso con aquellos que se le oponen en opinión y creencia, y es el principio defendido por instituciones religiosas como Al-Azhar, de conformidad con lo que dice el Todopoderoso en el Corán: "Si [los incrédulos] se inclinan por la paz, acéptala tú también y encomiéndate a Al-lah. Él todo lo oye, todo lo sabe. ". [Corán, 8:61].