Según el seguimiento llevado a cabo por el Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo en el actual contexto de seguridad que abarca todo el territorio nacional, Pakistán se cuenta entre los países más golpeados por el flagelo del terrorismo en el mundo. Ya que, la tasa de operaciones terroristas registradas durante el primer semestre de 2023 ha aumentado en un 79% con respecto al mismo período del año anterior.
Durante dicho período, se registraron un total de 271 ataques terroristas, entre los que se incluyen explosiones, atentados suicidas y ataques con armamento pesado, dirigidos principalmente contra emboscadas y comisarías, lo que ha resultado en la trágica pérdida de 389 vidas y en heridas a otras 656 personas.
Asimismo, en comparación con el año anterior (2022) durante el mismo período, se produjeron un total de 151 operaciones terroristas que ocasionaron la lamentable cifra de 293 fallecidos y 487 heridos. En respuesta a esta alarmante situación, las fuerzas de seguridad de Pakistán redoblaron sus esfuerzos de combate contra las organizaciones terroristas y sus bastiones, lo que ha resultado en la neutralización de aproximadamente 236 terroristas, así como en la captura de cientos de elementos extremistas.
Por otra parte, de acuerdo con las cifras registradas en el primer semestre del año 2023, es evidente que el aumento en el número de operaciones terroristas se debe a una compleja combinación de factores, entre los que destacan la situación de inseguridad que agudiza las tensiones políticas y económicas en Pakistán, así como la expansión de organizaciones terroristas en diversas áreas del país, lo que dificulta su control y seguimiento.
En consecuencia, el Observatorio de Al-Azhar subraya que la lucha contra el terrorismo en Pakistán debe basarse en una serie de ejes estratégicos, siendo el primero de ellos el rastreo de los refugios seguros utilizados por los terroristas y la identificación de sus recursos financieros, con el objetivo de bloquear todas las vías posibles de financiación para estas organizaciones. Para alcanzar este objetivo, resulta fundamental la adopción de una estrategia integral que incluya el fortalecimiento del marco legislativo que prohíbe las actividades ilegales y sospechosas, con el establecimiento de un robusto sistema de control mediante la activación de la cooperación y coordinación internacional, el fortalecimiento de los mecanismos de intercambio de información de inteligencia y el control efectivo de las fronteras. Además, se debe promulgar una legislación adecuada que penalice el uso de tecnologías modernas como fuente de flujo de recursos financieros ilícitos.