El índice de operaciones terroristas perpetradas por organizaciones extremistas en África continúa su descenso gradual. Durante el mes de agosto de 2023, se registró una disminución relativa del 5,9% en comparación con el mes de julio del mismo año. Durante dicho mes, se produjeron 32 operaciones terroristas, lo que naturalmente condujo a una disminución en el número de víctimas. Estas operaciones resultaron en 219 víctimas fallecidas, 74 heridos y 55 individuos secuestrados. Por otro lado, en julio se contabilizaron 36 operaciones terroristas que dejaron un saldo de 254 víctimas mortales, 126 heridos y dos personas secuestradas. Cabe destacar que el índice de operaciones terroristas en África durante el mes de julio disminuyó en dos operaciones con respecto al mes anterior. En junio se registraron 36 operaciones que ocasionaron la muerte de 259 personas, 114 heridas y 70 individuos secuestrados.
Según las estadísticas, la región del Sahel y el Sahara ocupó el primer lugar en términos de número de operaciones y víctimas. Esta región afectada presenció 12 incidentes terroristas, lo que equivale al 37,5% del total de operaciones terroristas llevadas a cabo por organizaciones extremistas en África durante el mes. Estas operaciones dejaron 93 víctimas y 47 heridos. En este sentido, Malí, en particular, experimentó 8 operaciones terroristas que resultaron en la muerte de 51 personas y 23 heridos. Mientras Níger sufrió dos incidentes que resultaron en la muerte de 23 personas y 24 heridos. También Burkina Faso sufrió dos operaciones que causaron la muerte de 20 personas sin dejar heridos.
Por su parte, el Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo advierte sobre las aceleradas transformaciones geopolíticas que están ocurriendo en la región del Sahel africano en la actualidad. Estos cambios podrían llevar consigo la posibilidad de un aumento en las tensiones y conflictos por el poder, como resultado de las situaciones políticas tensas, la falta de seguridad y el fracaso económico en algunos países de la región. Asimismo, el Observatorio de Al-Azhar advierte sobre los peligros de la deteriorada situación de seguridad que se está experimentando en los países del Sahel, la cual podría afectar a otras naciones que antes estaban a salvo de las amenazas terroristas.
Según las estadísticas, la región del Este y el Cuerno de África ocupó el segundo lugar en términos de número de operaciones y el cuarto en términos de número de muertes. Esta región inestable presenció nueve ataques terroristas, lo que equivale al 28.1% del total de operaciones terroristas, resultando en la muerte y herida de 26 personas. Pues así. Somalia fue el país más afectado, con seis ataques terroristas perpetrados por el grupo terrorista Al-Shabaab, que causaron la muerte de 20 personas y dejaron 14 heridos. Por su parte, Kenia, que ha sufrido ataques consecutivos, fue objetivo de tres operaciones que resultaron en la muerte de seis personas y la herida de doce.
El Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo considera que enfrentar al grupo terrorista Al-Shabaab es una tarea ardua, a pesar de los logros alcanzados recientemente por el ejército somalí en cooperación con los socios locales (milicias de clanes somalíes), regionales (fuerzas de AMISOM de la Unión Africana) e internacionales (fuerzas estadounidenses desplegadas en Somalia) bajo el paraguas de una estrategia integral de guerra lanzada por el presidente somalí Hassan Sheikh tras asumir el poder en mayo de 2022. No obstante, el grupo continúa perpetrando sus ataques terroristas en el país.
En lo que respecta a la región de África Occidental, conocida por el incremento en la actividad de las organizaciones terroristas ISIS y Boko Haram, ocupó el tercer lugar, habiendo sufrido siete operaciones terroristas, lo que equivale al 21.9% del total de operaciones terroristas, todas concentradas en Nigeria. Estas operaciones resultaron en 28 muertos, un herido y 55 secuestrados.
El Observatorio destaca que la anarquía que prevalece en Níger ha afectado a países vecinos, incluyendo Nigeria, debido a la proximidad geográfica, lo cual ha facilitado el movimiento de las organizaciones terroristas y su capacidad para sorprender a las fuerzas de seguridad y llevar a cabo ataques sangrientos. Esto requiere una estrecha cooperación entre los países afectados para hacer frente a la amenaza que representan los terroristas.
En cuanto a la región de África Central, ocupó el cuarto lugar en número de operaciones terroristas y el segundo lugar en número de víctimas mortales. La región sufrió cuatro ataques terroristas, lo que equivale al 12.5% del total, tres de los cuales ocurrieron en la República Democrática del Congo, que es rica en recursos naturales, desempeñando así un papel central en la atracción del terrorismo. Las tres operaciones, llevadas a cabo por el grupo terrorista Fuerzas Democráticas Aliadas del Estado Islámico, resultaron en 59 víctimas mortales. Por otro lado, Camerún sufrió un ataque en el que murieron 12 personas.
En cuanto a los esfuerzos para combatir a las organizaciones terroristas en África, el número de terroristas muertos fue de 377, con 18 arrestados y 11 que se entregaron voluntariamente. En el África Oriental, el gobierno somalí mató a 265 combatientes del grupo terrorista Al-Shabaab, arrestó a 18 y 3 se entregaron voluntariamente al ejército. Por su parte, el ejército keniano logró neutralizar a 60 elementos del grupo terrorista. Las fuerzas de defensa de Mozambique anunciaron la muerte de 3 rebeldes, incluyendo a su líder. En la región del Sahel, los esfuerzos de las fuerzas de seguridad de Malí resultaron en la muerte de 39 terroristas. En el oeste del continente, la campaña del ejército nigeriano contra Boko Haram y Dáesh en África Occidental provocó la muerte de 10 terroristas y la rendición de 8 individuos.
Según los datos recopilados en este mes, el Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo enfatiza que los conflictos que ocurren en el continente africano afectan la seguridad y la economía de los países, creando así un entorno propicio para el crecimiento de organizaciones extremistas. Por lo tanto, recomienda a los países africanos aprovechar los recursos del continente para realizar inversiones que impulsen el desarrollo, ya que este es el mejor medio para combatir el terrorismo y el extremismo violento.