Tácticas extremistas en España: del reclutamiento tradicional a la radicalización electrónica

  • | Wednesday, 15 November, 2023
Tácticas extremistas en España: del reclutamiento tradicional a la radicalización electrónica

     La evolución tecnológica se alza como un fenómeno destacado en nuestra era actual, pues la tecnología se ha convertido en una parte integral de la vida del ser humano contemporáneo, generando transformaciones radicales en la forma en que los individuos y las comunidades se interactúan entre sí. Las invenciones tecnológicas, como los teléfonos inteligentes, las redes sociales y la inteligencia artificial, han alterado el curso de la vida y han tenido un impacto profundo en muchas facetas de la vida cotidiana. Quizás el aspecto más destacado de este impacto se manifieste en el ámbito de la comunicación y el intercambio de información, ya que la Internet ha permitido a las personas comunicarse con una facilidad sin precedentes. A nivel económico, el impacto de la tecnología varía desde el aumento de la eficiencia y la facilitación de los procesos, hasta la transformación radical de los modelos de negocio. 
A pesar de este progreso, nos enfrentamos a numerosos desafíos, entre ellos la privacidad y la seguridad digital, además de los problemas sociales derivados del uso excesivo de la tecnología. En este contexto, las organizaciones extremistas no han pasado por alto este avance tecnológico, sino todo lo contrario, han aprovechado ampliamente su potencial para alcanzar sus metas extremistas. España, a su vez, se ha convertido en uno de los países que ha presenciado un desarrollo estratégico por parte de estas organizaciones. En los últimos años, España ha experimentado un crecimiento en la actividad de las organizaciones extremistas, las cuales han utilizado tecnologías avanzadas para comunicarse, difundirse y organizar sus acciones de manera eficiente.
En el pasado año 2022, las organizaciones extremistas se abocaban con ímpetu a los métodos tradicionales de reclutamiento con el fin de expandir sus dominios y ampliar su influencia. Principalmente, se valían de la comunicación directa con individuos potenciales para unirse a sus filas, llevando a cabo tal acercamiento a través de encuentros sociales, reuniones, instituciones religiosas, centros educativos y otros eventos afines. De este modo, estas organizaciones presentaban la ideología extremista a los individuos, procurando persuadirles acerca de la imperiosa necesidad de unirse a sus filas. Asimismo, estas agrupaciones dependían de las relaciones personales y de la confianza construida tanto entre sus miembros existentes como con aquellos individuos que se vislumbraban como posibles reclutas. Aprovechaban estas relaciones para afianzar las ideas extremistas y captar nuevos elementos. Además, dichas organizaciones extremistas se aprovechaban de factores emocionales e ideológicos para atraer e incorporar individuos a sus filas.
Sin embargo, este panorama experimentó un cambio vertiginoso con el extraordinario avance tecnológico, lo que condujo a que las organizaciones extremistas adoptaran las más recientes estrategias disponibles a fin de lograr sus maliciosos objetivos en términos de reclutamiento, planificación y ejecución de actos terroristas. Por ejemplo, se valieron de las redes sociales para atraer nuevos miembros, difundir ideas extremistas y planificar ataques terroristas. Asimismo, se beneficiaron del cifrado de mensajes y del intercambio rápido y seguro de información. Además, las estrategias de estas organizaciones en España evolucionaron hasta incluir el aprovechamiento de la tecnología en la financiación de sus actividades, utilizando criptomonedas para financiar operaciones, entrenamiento y reclutamiento. También se valieron de la tecnología para el intercambio de información, instrucciones y comunicación interna. Además, entre los aspectos que comienzan a generar gran preocupación se encuentra el uso de la inteligencia artificial y las técnicas de reconocimiento facial por parte de estas organizaciones, ya que estas tecnologías pueden facilitar la ejecución de ataques sofisticados.
En este contexto, específicamente el 8 de agosto de 2023, la Policía Nacional española detuvo a dos sospechosos de involucrarse en la radicalización de jóvenes y menores a través de las redes sociales en, luego de formar una célula terrorista para difundir contenido extremista de Daesh en plataformas digitales. El fiscal les imputó cargos de pertenecer a una organización terrorista y reclutar nuevos elementos para Daesh. Según las investigaciones, los individuos de 18 años eran los más buscados por los acusados.
El diario argentino Infobae también abordó en su informe del 27 de agosto de 2023 la situación del extremismo en España desde los atentados de Madrid de 2004 hasta agosto de 2023. Señaló los numerosos cambios experimentados por las organizaciones radicales en el país durante ese período. Inicialmente, el reclutamiento y la ejecución de ataques terroristas eran llevados a cabo por infiltrados o celdas colectivas vinculadas a grupos extremistas. Con el avance tecnológico, la forma tradicional de radicalización y ejecución de ataques cambió, además de las mayores restricciones de seguridad que afectaron la metodología clásica. Por lo tanto, estas operaciones se trasladaron al espacio digital y aumentó el reclutamiento a través de plataformas sociales. El informe explicó que las detenciones de los últimos dos años confirman esta tendencia, al detenerse a muchos adoctrinadores en línea y cometer actos terroristas los llamados "lobos solitarios" que no pertenecían a una estructura organizativa sino que mostraban lealtad e implementaban instrucciones difundidas a sus seguidores a través de Internet.
Por lo tanto, el trabajo de las organizaciones extremistas ha cambiado y evolucionado notablemente, acorde con el progreso tecnológico. El informe periodístico anterior mostró que los grupos radicales en España se orientaron hacia el uso de redes sociales e internet para las operaciones de reclutamiento, comunicación y ejecución de ataques terroristas. Este cambio indica la necesidad de ser cautos y tratar enfáticamente los desafíos de seguridad y privacidad asociados al uso excesivo de la tecnología. Se debe fomentar la cooperación internacional y los esfuerzos conjuntos contra la radicalización y el terrorismo a nivel global, incluyendo el intercambio de información, fortalecimiento de la ciberseguridad y monitoreo de actividades sospechosas en línea.
Así que, debemos reforzar la conciencia y educación sobre el peligro de la radicalización, enfatizando valores como los derechos humanos, la tolerancia y la convivencia pacífica. Se debe promover el diálogo y entendimiento interculturales, así como la inclusión social y oportunidades económicas para los jóvenes, contribuyendo a disminuir la atracción hacia actitudes extremas. Asimismo, comprender los desafíos que plantea la radicalización en la era digital actual, siendo fundamental la cooperación y el uso inteligente y efectivo de la tecnología respetando la privacidad y la ciberseguridad. 
 

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