Durante la ceremonia de firma del "Llamado de Conciencia: Declaración Conjunta de Abu Dhabi sobre la Religión para el Clima", así como por la inauguración del pabellón religioso en la Conferencia de las Partes (COP28), El Gran Imán, Prof. Dr. Ahmed At-Tayyib, Presidente del Consejo de Sabios Musulmanes, destacó que la iniciativa presentada por el Consejo de Sabios Musulmanes para invitar a los líderes religiosos de diversas creencias a firmar la "Declaración Conjunta de Abu Dhabi sobre la Religión para el Clima" y la creación del pabellón religioso, por primera vez, dentro de la vigésimo octava conferencia de las partes en colaboración con las Naciones Unidas y los Emiratos Árabes Unidos, representa una valiosa oportunidad para fortalecer los esfuerzos destinados a proteger nuestro entorno compartido y rescatarlo de una devastación inminente, cuyos presagios se han hecho evidentes año tras año a través de desastres naturales, inundaciones arrasadoras, incendios forestales desoladores, sequías severas, extinciones masivas de especies y la propagación de epidemias, plagas y enfermedades.
El Gran Imán de Al-Azhar enfatizó que la postura del Islam respecto a la cuestión medioambiental y sus componentes es claramente definida: desde la tierra misma, abarcando todas las criaturas vivientes que pululan sobre su superficie, hasta las aguas que acogen a las majestuosas criaturas acuáticas y los cielos que albergan las aves en su vuelo. Esta posición se resume de manera concisa en el mandato divino dirigido a toda la humanidad, creyentes y no creyentes por igual, instando a la preservación y restauración de la Tierra y sus elementos, así como a la prohibición divina y la advertencia contra la corrupción que pudiera afectarla, o cualquier componente que la compone.
Además, el Gran Imán destacó que el entorno natural y sus componentes representan una de las pruebas más poderosas que guían la mente humana hacia el conocimiento y la creencia en la divinidad de Al-lah. Asimismo, resaltó que todas las criaturas, en todas sus formas, comparten con el creyente humano la adoración a Al-lah, Alabado sea. Por tanto, según la lógica islámica, el ser humano tiene la responsabilidad de cuidar el medio ambiente, tanto para sí mismo como para sus hermanos de la humanidad. La Tierra y todo lo que alberga son un fideicomiso encomendado al ser humano, quien será responsable ante Al-lah en el Día del Juicio por su preservación y protección contra la corrupción y los daños que puedan afectarla. Al-lah ha advertido al ser humano que si corrompe la Tierra, experimentará enfermedades, calamidades y desastres proporcionales a la magnitud de su corrupción: "La corrupción se ha manifestado en la tierra y en el mar como consecuencia de lo que han hecho las manos de los hombres, para que prueben parte de lo que han hecho, y así, quizás, vuelvan al buen camino" (Corán 30:41).
Al concluir su discurso, el Gran Imán de Al-Azhar desató un torrente de emociones que brotaba desde lo más profundo de su ser, como un humilde devoto del Islam, quien se encuentra profundamente consternado ante el sufrimiento de las desprotegidas y empobrecidas naciones, sometidas por circunstancias incontrolables. Con una voz trémula y un corazón desgarrado, proclamó con solemnidad: "Esta es la voz de un ser humano conmocionado, abrumado por la magnificencia infernal de la maquinaria terrorista gestada por aquellos despiadados que albergan en sus pechos, arrancando vidas inocentes de ciudadanos, tanto mujeres y hombres como niños, lactantes y ancianos. Este flagelo es una manifestación atroz de violencia, destrucción y caos que asola la adormecida tierra de Palestina". Asimismo, dirigiéndose a la humanidad entera, exclamó: "Ha llegado el momento de poner fin a estas guerras atroces y criminales". Con una convicción inquebrantable, afirmó que al persistir estas atrocidades, lamentablemente, no nos quedará un ápice de ambiente que podamos preservar, ni mucho menos un clima que podamos heredar en su pureza a las futuras generaciones, ya sea en un futuro próximo o distante.