La desintegración de las alianzas antiterroristas en África: lectura analítica y visión prospectiva

(Parte 1)

  • | Sunday, 14 January, 2024
La desintegración de las alianzas antiterroristas en África: lectura analítica y visión prospectiva

     El escenario africano siempre ha sido el más complejo, incluso con la expansión de organizaciones terroristas en otras partes del mundo. En esto, el terrorismo arroja su densa y alargada sombra sobre el continente africano, que, de hecho, encara desafíos extremadamente difíciles, como la pobreza, la ignorancia y el deterioro de las condiciones económicas y sociopolíticas. A ello se unen los recurrentes golpes militares, la expansión del crimen organizado, además del reciente empeoramiento del fenómeno del cambio climático. La combinación de todos estos factores y desafíos —junto con la propagación de la epidemia de terrorismo— dio pábulo a que los gobiernos del continente africano se vieron obligados a buscar ayuda en potencias y organizaciones regionales e internacionales para establecer marcos de seguridad, cuyo único objetivo es abortar el proyecto terrorista en el continente joven.

Estas potencias han desempeñado un papel eficaz en el apoyo a la paz y el logro de la estabilidad en las zonas en crisis de resultas de los conflictos que aireaban allí desde hace años. Las operaciones periódicas que patrocinaron estas fuerzas aliadas fraguaron en victoria, aunque relativa, lo que parece apuntar a la confusión de estas fuerzas en el orden de sus prioridades y la asignación de la financiación necesaria. Esto, a su vez, suscitó dudas y críticas sobre la viabilidad de su permanencia en los territorios africanos, situación que afectó negativamente los esfuerzos de la lucha contra el terrorismo. De pronto, algunas alianzas y potencias regionales e internacionales anunciaron su retirada de la escena de seguridad en el continente africano. Lo que desata una preocupación enorme sobre el futuro de la seguridad de aquellos países que dependían eminentemente de las fuerzas aliadas para resolver sus situaciones internas y sus protocolos de seguridad.

Retiradas sucesivas y motivaciones diversas

Es notable la aceleración del ritmo de los acontecimientos y de las retiradas de las fuerzas aliadas. En la África Central, la República Democrática del Congo decidió poner fin a los cometidos de las fuerzas regionales e internacionales que habían participado en la lucha contra las actividades terroristas en el este del país, especialmente el movimiento armado “23 de Marzo (M23)”. Por su parte, el Congo anunció que no prorrogaría la misión de la fuerza regional de la Comunidad de África Oriental (CAO) después del 8 de diciembre de 2023, tras la avalancha de críticas generalizadas. En su lugar, la fuerza regional de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) asumió la responsabilidad de garantizar la seguridad y la estabilidad en el país.

De hecho, la fuerza regional de África Oriental comenzó su retirada de la República Democrática del Congo el 3 de diciembre de 2023. Inicialmente, evacuaron una unidad compuesta por aproximadamente 100 soldados kenianos, y otros de Uganda, Burundi y Sudán del Sur, hacia Nairobi. Posteriormente, las fuerzas aliadas prosiguieron su retirada con la salida de alrededor de 1.000 soldados burundeses el domingo 10 de diciembre de 2023, según anunció el ejército burundés. Paralelamente, el ejército ugandés anunció el miércoles 13 de diciembre de 2023 la retirada de 1.000 soldados de sus fuerzas involucradas en las actividades antiterroristas en el Congo. Y, a mayor abundamiento, el Congo solicitó a las Naciones Unidas acelerar los preparativos de la retirada de su misión de mantenimiento de la paz (MONUSCO) para finales de 2023, debido a su incapacidad de proteger a los civiles, lograr avances significativos en la instauración de la paz o alcanzar soluciones políticas, después de 25 años de estadía en el país.

Al tiempo que la Fuerza Conjunta del G5 Sahel alcanzó un éxito relativo en la recuperación el control y la disminución de la presencia terrorista en el Sahel africano, la retirada de Malí de todos los aparatos y organismos de la coalición —incluidas las fuerzas antiterroristas— se elevó como uno de los desafíos que incrementarían la dificultad de arrostrar las organizaciones extremistas y las actividades delictivas en la zona. La resolución de dicha retirada fue proclamada el domingo 15 de mayo de 2022 por la junta militar gobernante en Malí en son de protesta por la negativa de los estados miembros a que asumiese la presidencia rotatoria del grupo, so pretexto de la situación política interna del país, medida a la que Malí se opuso firmemente, calificándola de “racista”.

Con la retirada de Malí, se rompió la alianza acarreando la salida de Burkina Faso y Níger. Los gobiernos de ambos países anunciaron el sábado 3 de diciembre de 2023 en un comunicado oficial su decisión de retirarse de todos los organismos afiliados al G5 Sahel, incluida la Fuerza Conjunta, al cabo de un año y medio de la retirada de Malí. Así, en el comunicado conjunto de los gobiernos de Burkina Faso y Níger se pone de relieve que la decisión de retirada era soberna y se tomó después de una evaluación profunda del grupo y su actuación.

Con la retirada de Burkina Faso y Níger, y anteriormente Malí, los países del grupo perdieron la ventaja de la conectividad geográfica, habida cuenta de que las operaciones militares de la coalición de los cinco países se estaban llevando a cabo, gracias a las fronteras comunes, lo que constituye una camisa de fuerza que debilitaría así la lucha contra el terrorismo.

La misma suerte corrieron también las fuerzas europeas implicadas en las operaciones militares en tanto que fueron instadas a retirarse por los tres países del Sahel, debido al supuesto fracaso de la coalición en poner fin a la actividad terrorista de las organizaciones de Al Qaeda e ISIS. A este respecto, el consejo militar gobernante en Malí anunció el 3 de mayo de 2022 la rescisión de los acuerdos de cooperación en materia de defensa con las fuerzas francesas “Barkhane” y europeas “Takuba”, como consecuencia de las tensiones en las relaciones entre el gobierno francés y el estado de Malí. El 15 de agosto de 2022, las fuerzas francesas se retiraron por completo y se trasladaron a una base militar en Níger. El 20 de febrero de 2023, Burkina Faso anunció oficialmente la salida de todas las fuerzas francesas del país. Posteriormente, Francia proclamó el 5 de octubre de 2023 el inicio de la retirada de sus tropas de Níger, la cual proseguiría el 22 de diciembre de 2023. Esto emergió al calor del conflicto que estalló entre ambos países tras la negativa de Francia a derrocar al presidente nigerino Mohamed Bazoum. El mismo escenario se repitió en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA), cuyas funciones finalizaron oficialmente el 11 de diciembre de 2023 a petición de las autoridades malienses, que consideraron que no había logrado sus objetivos.

 Desde la región del Sahel hasta el este del continente, la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS) afrontó un destino similar debido a problemas de financiación y estancamiento político. El 27 de junio de 2023, ATMIS anunció el inicio de su retirada del país situado en el Cuerno de África, después de 18 años de su participación en la lucha contra la amenaza del terrorismo liderado por el movimiento terrorista “Al-Shabaab”. La primera fase de la retirada concluyó el 30 de junio de 2023, con la salida de 2.000 soldados, y se espera que la fuerza de la Unión Africana se retire por completo de Somalia para fines de 2024.

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