Respuesta del Observatorio de Al-Azhar a las falsedades mencionadas en el Discurso de Daesh

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  • | Tuesday, 23 January, 2024
Respuesta del Observatorio de Al-Azhar a las falsedades mencionadas en el Discurso de Daesh

     Este mes el portavoz oficial de Daesh, Abu Hudhayfa al-Ansari, ha dado un discurso que aborda varios conceptos y la postura de dicho grupo terrorista hacia Hamas y la guerra genocida en Palestina. Y partiendo del papel desempeñado por el Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo en exhibir la verdadera imagen del Islam y refutar los argumentos y falsedades a este mismo respecto, respondemos a algunas ideas que han sido mencionadas en dicho discurso, porque en previos artículos hemos respondido también a otras ideas contenidas en el mismo. Este discurso lleva el título de “Mátalos dondequiera que los encuentres”. En realidad, el hecho de que se vaya basando en esta aleya y otras de este modo apostilla lo que venimos reiterando en el Observatorio de Al-Azhar respecto a la distorsión de las premisas religiosas por parte de los extremistas. Dicho artículo está plagado de errores religiosos y metodológicos que manifiestan lo flagrantemente ignorantes que son los afiliados a estos grupos. Conviene señalar que las aleyas coránicas tienen motivos de revelación, sin los cuales una aleya no se puede interpretar correcta y adecuadamente. O sea, que no se puede generalizar a todos los contextos, porque abarcaría muchos sentidos, incluso, contradictorios. Por tanto, hay una disciplina islámica designada “Los motivos de revelación” de las aleyas coránicas. El portavoz de Daesh, porfía una y otra vez en tergiversar los textos coránicos para llegar a su meta extraviada, que no tiene nada que ver con el Islam y sus instrucciones. La aleya antes mencionada que ordena matar a los incrédulos tiene un contexto dado: los enfrentamientos bélicos. Quiere esto decir que los incrédulos que no combaten a los musulmanes, tenemos la obligación de tratarlos de la mejor manera. Prueba de ello, Al-lah dice: “Al-lah no os prohíbe que tratéis bien y con justicia a los que no os hayan combatido a causa de vuestra creencia ni os hayan hecho abandonar vuestros hogares. Es cierto que Al-lah ama a los equitativos” (Sura 60, La Examinada:  
Por lo concerniente también a los sentidos contradictorios, se lee en tal discurso: “la paz y las bendiciones sean con Quien vino con la espada, como misericordia para los hombres”, en referencia al Profeta Muhammad. Es bastante claro que la espada y la misericordia no tienen nada en común, más bien podrían ser antónimos. Sin embargo, persisten en involucrar las palabras que denotan la barbaridad y la crueldad para que se sobreentiendan incorrectamente como imagen general del Islam. No obstante, la idea de que el Islam se difundió por la espada es totalmente equivocada. La gente, a veces, no toma en consideración el contexto histórico, porque los acontecimientos no significan lo mismo en distintas épocas y sociedades, y los términos no producen el mismo efecto tampoco. Hasta dos siglos atrás se podía hablar de la espada igual que de cualquier otra cosa, como los caballos, la ropa, etc., asimismo, denotaba otros conceptos como el honor, el orgullo, la fuerza, la valentía, etc.  A pesar de ello, el Profeta del Islam fue quien logró refinar el pensamiento rústico de los árabes y acabar con la barbaridad y las guerras que duraban largos años. El Profeta del Islam cuando entró victorioso en la Meca a la cabeza de 10 mil soldados se manifestó indulgente con los mequíes que lo habían insultado y torturado tanto a él como a sus compañeros. Entonces, este concepto (la espada en el contexto de la crueldad) no se puede adherirle al Profeta de la misericordia. Pero si cuentan, por ignorancia, con el hadiz en que el Profeta dijo: “He sido enviado para mataros”, esto demuestra que no hacen más que tergiversar las premisas textuales sacándolas de sus contextos. El Profeta se lo dijo a los incrédulos de la Meca que lo insultaban, le causaban mucho daño e intentaban hacer todo tipo de detrimento tanto al Islam como a los musulmanes. Claro está que el dicho profético implica una amenaza para que los incrédulos tuvieran miedo y se comportaran de un modo distinto, y consecuentemente, quedaría a salvo de sus hostigamientos y persecuciones. Así pues, el Profeta nunca ordenó matarlos cuando tenía la capacidad de hacerlo, más bien, los trataba de la mejor manera, lo cual les impelió a abrazar el Islam.
A ello se suma también el concepto tergiversado de la “adoración”. Toman como prueba la aleya en que Al-lah -Altísimo sea- dice: “Y no creé a los genios ni a los hombres sino para adorarme”. Entran por esto para salir con la obligatoriedad de la yihad (lucha por la causa de Al-lah), sin explicar el concepto de la adoración que alberga todo dicho o hecho emitido por el hombre con la intención de buscar la satisfacción de Al-lah. 
Confirman que la yihad es una de las mejores obras que puede realizar una persona, y lo es, en verdad. Pero procuran llegar a que la lucha de Hamas en Gaza no es ninguna yihad, porque está desprovista del concepto religioso. A continuación, refutaremos sus mentiras, pero primero cabe poner al descubierto los objetivos que los llevan a decir estas tonterías como punto de partida. Está asaz claro que desean llegar a que son los únicos muyahidun (luchadores por la causa de Al-lah), por tanto, toda la Umma ha de seguirlos a ellos, en el sentido de que cuando se muestra el error de uno, se da la razón al otro. Asimismo, limitan todos los aspectos religiosos y los actos de adoración a la yihad, para dar una base sólida al motivo de su fundación. Y partiendo de este derrotero, uno puede dejarse llevar por sus ideas desviadas (no convicciones) hasta adoptarlas. 
Alegan que la yihad es un medio para lograr el monoteísmo, pero no sabemos por qué hablan exclusivamente de la yihad, sin hacer mención de la realidad de la vida religiosa en general. En otras palabras, no había ningún tipo de yihad en la época de ‘Ozman Ibn ‘Affan ni en la de ‘Ali Ibn Abi Talib, ¿acaso no había monoteísmo en aquel entonces? Son falsedades muy evidentes.
Nos percatamos, además, de que el presente discurso se trata de un lavado de cerebro de los afiliados a este grupo terrorista, pues, pretende engañarlos haciéndolos creer que la yihad bajo la bandera de Daesh es la religión pura. Por consiguiente, aquel que falleciera defendiendo sus intereses, sería mártir y entraría en el Paraíso.
 

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