En el presente discurso el portavoz pasa a hablar de la guerra en Gaza, acusando a las tropas de Hamas de combatir para recuperar su tierra, no para buscar la satisfacción de Al-lah. Se nos figura que dicha idea apuntala lo que venimos diciendo de que, según piensan, son los únicos que luchan por la causa de Al-lah. Pero la base sobre la que se erigen es muy frágil, ya que los discursos de las facciones palestinas están repletos de aleyas coránicas y hadices proféticos, por tanto, falta solo decir que no poseen una intención sincera, lo cual es imposible llegar a saberlo con nuestras capacidades humanas limitadas. Es más, hay muchos hadices que consideran como mártir a quien muera defendiendo su patria o tierra, esto es, el hablar de la intención en este sentido no tiene porqué. Más bien, el Islam da prioridad a los intereses públicos sobre los personales, y si el Profeta (La paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) considera como mártir a quien fallezca defendiendo sus bienes o propiedades (interés personal), ¿qué habrá de quien se muere resguardando los suelos islámicos (interés público-religioso)? 
Otra de las acusaciones políticas y militares atribuidas por estos extremistas a la Resistencia palestina, es que ellos son los responsables de la destrucción que ha alcanzado todo en Gaza, porque no tienen el mismo armamento y las mismas posibilidades que la Entidad sionista, aquí caben tres preguntas: Si no hubieran tenido una reacción a las atrocidades perpetradas contra los palestinos a lo largo de 75 años, ¿cuándo habrían de tenerla?; ¿cómo actúa y lucha un movimiento de liberación para lograr la independencia de sus tierras muy lejos de su religión?; y si ustedes tienen la convicción de que ellos no pueden con los sionistas, ¿por qué no han participado ustedes en esta guerra para apoyar a sus hermanos en la religión, y entonces, reconoceríamos que quien muriera de ustedes sería un mártir y estaríamos seguros de su sincera intención?
Igualmente, no distinguen entre el judaísmo, como religión celestial, y el sionismo, como una ideología y un movimiento político que tiene por objeto establecer un hogar nacional para los judíos en Palestina: “Escúchame, oh luchador, porque soy para ti un consejero sincero: te matan todo el tiempo, así que es hora de corregir tu camino y luchar contra los judíos de acuerdo con las leyes del cielo”. En realidad, los musulmanes no tenemos ningún problema con los judíos, sino con los sionistas que tienden a despojarlo todo (personas y tierras). Y si llegamos a que ellos dan por iguales el Judaísmo y el sionismo, que es un tema candente, recurrente y claro, ¿cómo un lector u oyente se fía de ellos en lo demás? 
Se le ocurre a uno, de vez en cuando, que son insondables el pensamiento y la metodología de este grupo terrorista, sobre todo, cuando consideran que Hamas y la Entidad sionista son iguales -aunque esto significa también que necesitan de un mínimo de raciocinio, religiosidad y moralidad-; porque, incluso, secularmente, no se puede cotejar entre aquello que busca defenderse y un criminal repugnante sediento de sangre. Ellos mismos dan por iguales a las dos partes: “Liberar la tierra no significa liberarla de un gobierno secular para convertirla en un gobierno democrático, y no significa liberarla del gobierno que gobierna según las leyes judías a otro que gobierna según las leyes palestinas, ya que las leyes que gobiernan Palestina y el estado de los judíos son iguales”. ¡Para ellos, lo más importante es la ley, aunque no contradice la Sharía en su esencia, pero el genocidio en Gaza es tolerable! En realidad, basta con la exposición de esta idea para demostrar el vacío intelectual que los rodea, pues, no hace falta responderla o refutarla, porque es imposible explicar las verdades de Perogrullo. Sin embargo, el Profeta dijo: “Si este mundo fuera destruido, sería menos significativo para Al-lah que el asesinato ilegal de un creyente”. En este hadiz el Profeta no habla de la ley a la que se somete el musulmán. Pero, a decir verdad, este modo de pensar puede ser aceptable si tenemos en cuenta que ellos no matan más que a los musulmanes que declaran que no hay más divinidad que Al-lah y que Muhammad es Su Mensajero.
Y en este mismo discurso califica los ataques de Hizbolá contra bases militares israelíes de “escaramuzas de Hizb Ash-Shaytan”, las cuales conducirían, a su vez, a “procesiones de politeísmo”. En primer lugar, religiosamente hablando no se puede estigmatizar a una persona o una entidad y acusarla de politeísta o de carácter politeísta si esta no declara abiertamente que es así, dado que este vocablo significa que una persona rinde culto a más de un Dios, y esto no es verdad. Segundo, incluso si Daesh está disconforme en materia de fe con Hizbolá, esto no significa designarlos Hizb Ash-Shaytan (Partido del Diablo) enfilándolos junto con los mismos sionistas, aunque en realidad no describen a los israelíes como diablos. Un juicio prudente es el que habla de actos, no de intenciones o lo que está en el fuero interior, y si Hizbolá ayuda, de una u otra forma, a Hamas, ¿cómo se puede calificar esta acción? Y si estamos valorando la postura de las distintas partes, ¿con quién va Daesh? Seguramente con la entidad sionista, la cual favorecería evidentemente la posición de Daesh en este particular, que divide los musulmanes y reduce su fuerza.
Como colofón, aunque hay otras ideas a refutar, el Observatorio de Al-Azhar hace hincapié en la desviación de este grupo terrorista que no tiene nada que ver con el Islam, y que distorsiona los textos religiosos para apoyar sus ideas y para que sus aliados y seguidores dejen de pensar y los acaten a rajatabla. El uso inadecuado de las aleyas coránicas, es decir, fuera de su contexto social, político, económico, histórico y religioso, resulta muy chocante, incluso, para otras aleyas y reglas jurisprudenciales. Por tanto, este pensamiento sesgado es un bicho cuyos males alcanzaría a todos, así que se debe combatir a todos los niveles y desembarazarse de él lo antes posible por el bien de la humanidad y para que reinen la paz, la estabilidad y la convivencia.