La entidad En su número 426, publicado el 18 de enero, el grupo terrorista Daesh publicó un artículo titulado "Porque se entregaron a los lujos superfluos". Queremos señalar que la mayoría de los artículos publicados por el grupo extremista se basan en diferentes ideas para llegar a determinadas conclusiones: Enviar mensajes a sus seguidores para motivarles a realizar atentados terroristas en todos los ámbitos que alcancen sus manos, además de atraer a los jóvenes para que luchen en sus filas y bajo su bandera, aprovechándose de su ignorancia sobre lo correcto de la religión. Trata de enfatizar y repetir sus mentiras, y varía los métodos y políticas de esta polarización; a veces es una polarización electrónica, a través de la cual ordena a sus seguidores que lleven a cabo operaciones criminales como lobos solitarios, y a veces a través de la lucha real y el hecho de reunirse a sus campamentos, etc.
En este artículo, la organización terrorista critica "el lujo y la indulgencia" e insta a los destinatarios del artículo a salir de su zona de confort y a estar preparados para la yihad. De hecho, confunden el "lujo", que es el disfrute de las gracias de Dios, con el lujo tiránico que conduce a la extravagancia. Nuestra religión islámica es una religión de moderación y mesura, que ni prohíbe lo primero ni permite lo segundo. Este concepto islámico es la plataforma a través de la cual la organización se presenta como la única representante del Islam, así que quien quiera vivir, que viva en sus alrededores, y quien quiera el martirio, que se una a sus filas, como pretende. La verdad es que el Islam, que habla de la vida, la ordena e insta a construir la tierra, desmiente la mayor parte de lo que dicen, porque asigna a cada tiempo lo que le corresponde, tanto en términos de penuria como de prosperidad. Al-lah, enaltecido sea, quiere ver el efecto de Su gracia en Su siervo, y ordena a los musulmanes que se adornen cuando vayan a la mezquita, y que ayuden a sus familias tanto como puedan sin ser extravagantes ni derrochadores. Nuestro Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, enfatiza este significado cuando nos dice que un creyente fuerte es mejor y más querido por Al-lah que un creyente débil.
Si reflexionamos sobre la idea que subyace a su ideología, descubriremos que no les importa el significado del lujo en sí mismo, ya sea positivo o negativo, ya que tanto la persona lujosa que se consume por sus gracias como la persona agradecida por las gracias que recibe son lo mismo para ellos. No pretenden corregir comportamientos ni reformar el currículo, sino sacar a la gente de su vida normal y conducirla a su retorcida ideología, convirtiéndola en su herramienta para sus crímenes terroristas. La relación entre el lujo y la yihad es la misma que entre el lujo y la oración, o el lujo y otros actos de culto, lo que significa que el vínculo entre el lujo y la yihad no es exclusivo, sino que se extiende a otras partes. La evidencia que cita en la crítica del lujo no prueba esta relación en particular; Al-lah, Enaltecido sea, ha criticado el significado negativo del lujo en absoluto sin restringirlo a un resultado: "Cuando quiero destruir una ciudad permito que sus dirigentes siembren la corrupción, entonces la sentencia contra ella se cumple y la destruyo totalmente. (Corán, 17:16) y "No envié un [Profeta como] amonestador a ninguna ciudad sin que dijeran sus líderes y poderosos: “No creemos en tu Mensaje” (Corán, 34:34)" Por lo tanto, estas evidencias se toman en su contra, porque no prueban el vínculo entre el lujo y el yihad.
En cuanto a la exhortación de Al-lah a los creyentes a librar la yihad, hay dos detalles: En primer lugar, se produjo en un contexto histórico, social y político concreto; en segundo lugar, Al-lah prefiere el más allá al mundo en general, no la vida lujosa; ni siquiera los tres que se mantuvieron alejados de la batalla de Tabuk lo hicieron por su lujo, y Uzmán Ibn Affan y Abdul-Rahmán Ibn Awf -ambos de los diez personas prometidos por el paraíso- eran gente rica, y ni su oficio ni su riqueza les distrajeron de la yihad en el camino de Al-lah; en tercer lugar, la guerra de los musulmanes contra los infieles se hacía bajo el mando o por orden del jefe del Estado: La guerra de los musulmanes contra los infieles estaba bajo el mando o la orden del jefe del Estado, pero en cuanto a los desviados, como estos terroristas, su guerra se llama beligerancia (Heraba), que se rige por la imposición de la pena legal (hadd) sobre ellos. Al-lah, Enaltecido sea, describió sus acciones como un intento de causar estragos en la tierra, porque estos terroristas luchan y matan a musulmanes antes que a nadie. En cuarto lugar: La yihad en el Islam no es un fin en sí mismo, sino un medio para comunicar la religión de Dios. Si se dispone de otros medios de comunicación y proselitismo, no hay necesidad de la yihad de ataque, y sólo la yihad de defensa sigue siendo legítima según la situación. Ahora, gracias a Al-lah, hay muchos medios de predicación, incluidas las plataformas electrónicas, la información y el llamamiento al islam en países no musulmanes bajo un marco legal que protege incluso a los que hacen la predicación (mezquitas, conferencias, foros, etc.). Entonces, ¿qué necesidad hay de esos métodos?
En este contexto, el Observatorio de Al-Azhar Contra el Extremismo hace hincapié en la necesidad de hacer frente a esas ideas destructivas que no benefician a las sociedades, sino que socavan sus cimientos y las llevan a la ruina. El Observatorio hace hincapié en la necesidad de enfrentarse a esas ideas destructivas que no benefician a las sociedades, sino que socavan sus cimientos y las llevan a la ruina. El Observatorio de Al-Azhar seguirá siendo un muro impenetrable de defensa contra estas personas, refutando sus endebles argumentos y corrigiendo sus ideas erróneas, para que todo el mundo pueda ver la falsedad de estas ideas incompatibles con los valores de cualquier religión o ley.