Las provincias distantes
El grupo terrorista ISIS ha demostrado una notable capacidad para adaptarse a las pérdidas y al desmoronamiento organizativo que sufre ocasionalmente, debido a la persecución de las fuerzas de seguridad, el objetivo de sus líderes y las grandes pérdidas que experimenta. Por ello, se hace imprescindible comprender los elementos en los que este grupo se basa para mantenerse cohesionado frente a cualquier tormenta que pueda enfrentar. A pesar de que el pensamiento extremista presenta similitudes entre todos los grupos, la forma de ese pensamiento y las estrategias de acción varían de uno a otro.
Esto se manifiesta de manera evidente en el caso del ISIS, que se apoya en una serie de postulados ideológicos extremistas, los cuales han contribuido a forjar la imagen del supuesto califato, transformando al ISIS de un grupo armado a una organización que sigue estrategias seleccionadas, basadas en planes que evolucionan según las circunstancias que atraviesa, además de los apoyos populares que le brindan los motores mediáticos y propagandísticos que explotan acontecimientos candentes, como la guerra en Gaza, así como las regiones plagadas de tensiones sectarias. Un examen detallado de la historia del grupo confirma que las pérdidas sucesivas que enfrenta, tanto a nivel humano como material, no significan su inminente final, ya que la fuerza del grupo no radica solo en sus líderes o en sus capacidades materiales, sino que depende de una serie de variables estructurales adicionales, como la atracción, métodos innovadores de movilización, reclutamiento y reestructuración.
La pregunta que surge ahora es: ¿continuará este grupo su búsqueda de establecer un califato operativo (según su discurso) nuevamente, o persistirá en su califato virtual autoproclamado? ¿Buscará el grupo extender su influencia hacia otras áreas distintas de aquellas en las que se ha concentrado, o establecerá un punto de apoyo que le permita lanzar sus operaciones terroristas? ¿Cuáles son los principales determinantes o factores que afectan el crecimiento del papel del grupo o su declive? Respondemos a estas preguntas a través de una serie de artículos que hemos titulado: "Lo que el ISIS cuenta para el futuro"; ya que no se puede ofrecer una imagen clara sobre la situación actual del grupo sin analizar la serie de elementos que lo sustentan, y al vincular esos elementos con los objetivos que persigue el grupo, se revelarán numerosos factores que facilitan la comprensión de las estrategias y planes futuros del grupo. El primer capítulo de esta serie está dedicado a las provincias distantes del grupo.
Antecedentes históricos
Hace más de diez años, el ISIS derribó las fronteras entre Irak y Siria, controlando extensas áreas de ambos países, las cuales utilizó como sede de su supuesto califato. Este califato incluía lo que supuestamente se denominó "provincias" más allá de sus fronteras, leales al líder del grupo. Estas provincias ficticias abarcaron áreas en África, Asia Oriental y el Cáucaso... bajo la autoridad de gobernadores que asumieron el papel de "gobernadores provinciales", actuando como un vínculo entre el liderazgo del grupo y sus miembros en sus respectivas provincias. Bajo su mando se encontraba un grupo de asistentes, algunos de los cuales son denominados "príncipes de la guerra", que son figuras militares, además de otros roles como príncipes de reclutamiento y príncipes de financiamiento... La fuerza de estas provincias ha variado a lo largo de los años, en función de la ubicación de esas ramas y las políticas de los gobiernos en la lucha contra el terrorismo en esas regiones, así como de las estrategias del grupo respecto a esas áreas. Las derrotas sufridas por el ISIS llevaron a la reestructuración de estas provincias, reduciéndolas de 35 a 14, pues tras la pérdida de control territorial, el grupo reconfiguró su estructura de acuerdo con las nuevas realidades, especialmente después de haber perdido muchos de sus líderes en los últimos años, según un informe publicado por el "Centro de Políticas Internacionales", basado en un sitio de "Al Hurra" el 8 de julio de 2020. Además, el grupo ha mantenido su enfoque descentralizado, característico de su modus operandi; así, aunque la provincia lejana ha mantenido su estructura administrativa conforme a las normas del grupo, ha cambiado en cuanto a su estrategia operativa y comunicación con la dirección central según las novedades que surgen, tal como ocurre con la supuesta provincia de Jorasán, por ejemplo.
Imagen esquemática de las provincias del ISIS
Actualmente, el ISIS opera en Siria con grupos que se distribuyen en la región de Badia, y en Irak adopta la forma de pequeñas unidades compuestas por un número reducido de miembros, pero ferozmente efectivos, según los expertos. Fuera de estos dos países, el grupo tiene presencia en Afganistán y Pakistán bajo el nombre de "ISIS-Khorasan". Según estimaciones de la ONU en 2021, esta supuesta provincia cuenta con alrededor de 2,200 combatientes concentrados en las ciudades de "Kunar" y "Nangarhar". En 2015, el grupo proclamó la supuesta provincia del "Cáucaso", que es responsable de los ataques más recientes en "Daguestán" en junio de 2024. También hay presencia del grupo en África, donde las provincias de "África Occidental" y "África Central" han sido las ramas más activas en los últimos meses, llevando a cabo operaciones relativamente grandes y ocupando temporalmente algunas tierras y pueblos en varios países, además de asegurar más fuentes de financiamiento. En 2022, el grupo proclamó la supuesta provincia de "Mozambique", todas ellas herramientas mediáticas que el grupo utiliza para promoverse.
Estrategia de expansión a través de las ramas
El grupo ha elevado el lema: "Perdurará y se expandirá", buscando con ello proyectar una imagen que lo aleje de ser un grupo de combate limitado a un área específica y lo convierta en un atractivo global que atrae seguidores del exterior. Este lema no se limita solo a la expansión geográfica, sino que también incluye la expansión de la influencia con el objetivo de reforzar la viabilidad de su proyecto expansionista. Esta estrategia ha sido un punto de atracción para algunos extranjeros que han caído en la trampa de la propaganda terrorista, viendo en el grupo un sueño de una ciudad ideal.
La estrategia del ISIS para su supervivencia y expansión se basa en múltiples factores, incluyendo: la realidad en la gestión y control del territorio, la politización y gobernanza de las poblaciones para alcanzar el sueño del califato ficticio, atraer combatientes extranjeros, usar los medios de comunicación como herramienta para controlar las mentes y reclutar combatientes y reunir fondos, desarrollar estrategias militares para llevar a cabo ataques, además de involucrarse en conflictos existenciales con otros grupos extremistas para afirmarse, y aprovechar las catástrofes y crisis que surgen en el escenario actual para llevar a cabo sus objetivos.
En este sentido, la guerra en Gaza se presenta como una oportunidad que el grupo busca explotar, dirigiendo los caminos de la ira popular hacia sus adversarios, llamando a sus seguidores y lobos solitarios a llevar a cabo ataques de represalia a nivel mundial, especialmente en Occidente, considerándolo un acto de venganza por los palestinos, e instándoles a utilizar sus métodos en estas operaciones, ya sea mediante apuñalamientos, atropellos o uso de cinturones explosivos, facilitando así su atribución. A pesar de que el pensamiento extremista que adopta el ISIS juega un papel importante en definir su naturaleza, sus objetivos estratégicos no están vinculados únicamente a ese pensamiento, sino que buscan poseer poder, influencia, recursos humanos y financieros por igual; por lo tanto, el sueño de establecer el supuesto califato no es su único baluarte de esperanzas, sino que es solo el comienzo de la ideología del grupo.
Territorios alternativos
El factor geográfico ha jugado un papel en el fortalecimiento de las provincias distantes del ISIS, ya que el terreno montañoso y las zonas escarpadas de algunos países facilitan el ocultamiento de los miembros del grupo, convirtiéndose en territorios alternativos que el ISIS utiliza para su reestructuración. Tras su derrota en Siria e Irak, el grupo adoptó la estrategia de abandonar ciudades, y sus miembros se refugiaron en desiertos y aldeas abandonadas, desde donde lanzan ataques de carácter individual. Al mismo tiempo, el grupo ha mantenido la estrategia de la geografía contigua a través de su presencia en áreas cercanas entre los países, como las fronteras afganas y paquistaníes, o las fronteras sirio-iraquíes. Esta visión geográfica se fundamenta en la posibilidad de que las fronteras de esos países se conviertan en puentes que permitan a los combatientes del grupo cruzar hacia Europa y Asia Central y Rusia, lo que representa una amenaza real, dada la mención de ISIS de llevar a cabo represalias contra esos países. Es notable que cuanto más fuertes son las ramas del ISIS, especialmente aquellas que logran llevar a cabo ataques terroristas significativos, más se fortalece el grupo en su centro, lo que indica la existencia de lazos estrechos entre el centro del grupo y sus ramas, dado que existen relaciones de complementariedad y apoyo mutuo, a diferencia de lo que se esperaría de una competencia por el control del grupo.
Con base en lo anterior, los datos presentados trazan una imagen de advertencia: la fuerza del ISIS en sus provincias distantes refuerza su poder en sus bastiones principales, y el grupo la explota mediáticamente con fuerza; una mirada a cualquier bocina mediática del grupo confirma esta imagen. Esto es algo que debe ser monitoreado y observado, teniendo en cuenta la necesidad de abordar la lucha contra el ISIS en su contexto global. Mientras el ISIS se aprovecha de las crisis globales y los conflictos internacionales, convirtiéndolos en datos fundamentales en la ecuación internacional para asegurarse un lugar en la escena mediática y obtener más poder, recursos y reclutas, busca constantemente reestructurar estas provincias distantes, aprovechando los vacíos de seguridad en algunas áreas que experimentan conflictos continuos.
El objetivo de estas provincias es convertirse en centros para llevar a cabo operaciones terroristas, bases para reclutar combatientes y fuentes para financiar actividades terroristas. En medio de los rápidos cambios geopolíticos, los conflictos armados y las difíciles condiciones económicas que enfrentan algunos países, estas provincias encuentran un terreno fértil para su expansión. Los eventos pasados han demostrado que estas provincias son capaces de llevar a cabo ataques terroristas relativamente fuertes, lo que representa una amenaza directa para la seguridad y estabilidad internacionales. Enfrentar esta amenaza requiere la cooperación de la comunidad internacional y la adopción de estrategias integrales en las que se priorice el desmantelamiento de las fuentes del extremismo.