En este día, el 6 de enero, se celebra el 79º aniversario del nacimiento del eminente Profesor Dr. Ahmad Al-Tayyeb, Jefe de Al-Azhar, una figura reverenciada que ha sido aclamada universalmente como el "Imán de la Paz" y el "Padre de los Estudiantes Forasteros". Nacido en la remota aldea de Al-Qurna, situada en el corazón de la histórica región de Luxor, Egipto, el 6 de enero de 1946, Al-Tayyeb proviene de una familia de alta estirpe sufí, cuya ascendencia se remonta al linaje hashemita. Su vida ha estado marcada por una búsqueda constante de conocimiento, una pasión por la moderación y un amor profundo por la tradición islámica que, a lo largo de los años, lo ha erigido como una figura trascendental del Islam contemporáneo.
El Profesor Dr. Ahmad Al-Tayyeb es el 50º Sheikh de Al-Azhar, cargo que asumió en 2010, sucediendo al difunto Imán, Mohamed Sayyid Tantawi. Su nombramiento dio inicio a una nueva etapa en la que la moderación, la reforma y el respeto por la diversidad cultural y religiosa se erigieron como los pilares fundamentales que guiaron su visión. Siempre fiel al principio de la "moderación", su pensamiento se ha convertido en un modelo de equilibrio, rechazando tanto el extremismo como la dilución de los principios religiosos. Al-Tayyeb ha optado por un camino de apertura, tolerancia y profundo respeto hacia otras culturas y creencias, consolidándose como un defensor del entendimiento mutuo y de la convivencia pacífica entre los pueblos.
Formado en el ámbito académico del Al-Azhar, Al-Tayyeb ha sido un ferviente defensor del diálogo entre civilizaciones y religiones. Su papel como Presidente del Consejo de Sabios Musulmanes y su énfasis en la importancia de la convivencia pacífica y la fraternidad humana le han ganado un lugar preeminente no solo en el mundo árabe, sino también en la arena internacional. Su influencia se ha reflejado en su inclusión en la lista de las 500 personalidades musulmanas más influyentes del mundo en 2016 y 2017, según el Centro de Estudios Estratégicos Islámicos en Amán, Jordania.
A lo largo de su vida, el Sheikh Al-Tayyeb ha sido un defensor incansable de los principios fundamentales del islam, no solo en su vertiente teológica, sino también en su compromiso social y político. La capacidad de trascender las fronteras geográficas y culturales, de ser un faro de paz en un mundo dividido, ha sido su legado más importante. En su discurso, siempre subraya la necesidad de un islam que se adapte a los tiempos, pero sin perder sus raíces más profundas.
A lo largo de su vida académica, Al-Tayyeb ha demostrado su pasión por el conocimiento, dominando varios idiomas, como el francés, que estudió en el Centro Cultural Francés en El Cairo, y el inglés, que aprendió en sus años de formación en el sistema educativo de Al-Azhar. Su incansable búsqueda del saber lo ha llevado también a traducir diversos textos importantes de la lengua francesa al árabe, lo que ha ampliado su influencia intelectual y académica.
Desde joven, Al-Tayyeb estuvo rodeado de la espiritualidad y la sabiduría de su familia, que lo orientaron en el camino de la fe y el conocimiento. Fue testigo de las tradiciones de resolución de conflictos en su comunidad, en los que participaba junto a su padre y su abuelo, lo que le permitió comprender desde una edad temprana la importancia de la mediación y la justicia. Su carrera y su vida son un reflejo de esa dedicación inquebrantable al bienestar de la humanidad, la justicia y la preservación de los valores islámicos.
En la actualidad, el Sheikh sigue siendo una figura respetada y admirada no solo en el mundo islámico, sino también en los foros internacionales. Su vida y obra continúan siendo una fuente de inspiración para millones de personas, y su legado se extenderá a través de los siglos, como un faro de luz que guía a la humanidad hacia la paz, el entendimiento y la unidad.