El Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo condena enérgicamente el vil intento de asesinato perpetrado contra la comitiva de Su Excelencia el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, en la capital, Mogadiscio, el martes 18 de marzo de 2025. Asimismo, expresa su más firme repudio a este acto criminal, cuyo objetivo es desestabilizar el país y socavar los esfuerzos destinados a combatir el terrorismo y fortalecer las instituciones estatales.
En un comunicado oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Somalia detalló que el atentado se llevó a cabo mediante la detonación de explosivos al paso de la comitiva presidencial en un cruce cercano al palacio presidencial, en la zona de Hamar Jajab, en el centro de Mogadiscio. En ese momento, el mandatario somalí se dirigía al estado de Hirshabelle para compartir el iftar con los soldados desplegados en la región.
Si bien el comunicado no proporcionó un balance oficial de víctimas, testigos presenciales relataron haber visto alrededor de cuatro cadáveres en el lugar de la explosión, presuntamente de civiles que se encontraban en la zona. No obstante, fuentes oficiales del gobierno somalí aseguraron a la agencia de noticias Reuters que el atentado no provocó bajas en la comitiva presidencial, afirmación que fue ratificada por el asesor presidencial Zakariya Hassan a través de una publicación en su cuenta de la red social X.
Poco después, el grupo terrorista Al-Shabab reivindicó la autoría del ataque mediante un comunicado difundido en uno de sus canales de Telegram, en el que confirmó su responsabilidad sobre el atentado.
Al-Shabab es una organización terrorista armada que opera en Somalia con el objetivo de derrocar al gobierno y establecer su propio régimen. Ha ejecutado numerosos atentados en Somalia y en países vecinos como Kenia. La reciente acción del grupo se enmarca en un contexto de creciente actividad terrorista en el país.
El Observatorio de Al-Azhar contra el Extremismo reitera su alerta ante la creciente amenaza del terrorismo en el continente africano, especialmente en el Este de África y la región del Sahel, donde la inestabilidad y la proliferación de grupos extremistas suponen un desafío de gran magnitud. En un escenario global marcado por la violencia y el uso del terror como herramienta de desestabilización, estos ataques ponen en riesgo la seguridad y la paz en la región.
El Observatorio subraya que el momento en que se produjo el atentado arroja preocupantes implicaciones, entre ellas:
1. La capacidad del grupo terrorista para infiltrarse y alcanzar objetivos de alto nivel dentro del país.
2. A pesar de los golpes sufridos, la organización sigue representando una amenaza real.
3. La urgente necesidad de reforzar las medidas de seguridad y elevar el nivel de alerta de las fuerzas del orden para prevenir nuevos intentos de desestabilización. En este sentido, resulta fundamental fortalecer al ejército somalí y proporcionarle el equipo y la formación necesarios para que pueda cumplir eficazmente su misión en la lucha contra el terrorismo.