El Observatorio de Al-Azhar: En medio de esta tragedia humanitaria, destaca la importancia de la UNRWA y otras organizaciones internacionales de ayuda.

El Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos advirtió que los puntos de distribución de ayuda establecidos por las fuerzas de ocupación en la Franja de Gaza se han convertido en “trampas mortales para atacar a civiles y ejecutarlos en el campo”. Esta alerta llega tras documentar el asesinato y las heridas de más de 600 palestinos hambrientos en sólo una semana.

El Observatorio de Al-Azhar expresó su profunda preocupación por el "vergonzoso silencio internacional" ante la escalada del genocidio perpetrado por la ocupación durante meses en la Franja de Gaza. Según el comunicado, la ocupación no solo ha matado de hambre a la población civil, sino que también ha establecido “supuestos centros humanitarios” para asesinarlos a sus puertas mientras intentan obtener pequeñas cantidades de comida de forma humillante.

El equipo de campo del Observatorio documentó que, en la madrugada del pasado martes, el ejército de ocupación abrió fuego contra miles de civiles congregados en el barrio de Tel al-Sultan, en Rafah, al sur de la Franja, cerca de un punto de ayuda supuestamente humanitario. Este ataque causó al menos 27 muertos y 90 heridos, con previsiones de que el número de víctimas mortales aumente debido a la gravedad de las lesiones y al deterioro de la atención médica por el bloqueo y los ataques al sistema sanitario.

En medio de esta tragedia humanitaria, destaca el papel crucial que desempeña la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) y otras organizaciones internacionales de ayuda.

En las actuales circunstancias, estas organizaciones representan la arteria vital que proporciona a los palestinos en Gaza ayuda esencial, como alojamiento, atención médica y educación, servicios indispensables ante el bloqueo y la hambruna constantes. Su presencia representa un rayo de esperanza para proteger la vida y la dignidad de los civiles, y una reafirmación de que la ayuda humanitaria debe estar libre de cualquier tipo de agresión.