Se legislaron los castigos impuestos [hudoud] en el Islam como restricción para proteger a la sociedad y no fueron establecidas para venganza. Es sabido por todos que los países, el pasado y en el presente, aprobaron leyes y establecieron castigos para proteger a la sociedad de los desviados y los agresores. De igual modo, los castigos impuestos representan uno de los medios que sirven para conservar las necesidades relacionadas con la vida del ser humano, como el alma, el linaje y los bienes.

Estos casitos forman una protección para el ser humano quien fue honrado por el Creador quien dice: “Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adam. Los llevamos por la tierra y por el mar, les damos cosas buenas como provisión y les hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas” (Sura del Viaje Nocturno: 70).

El Islam, como una religión de justicia y misericordia, establece algunas condiciones, difíciles de cumplir, con el propósito de comprobar el delito y evitar la aplicación del castigo. Al respecto, el Profeta, la paz y las bendiciones de Allah sean con él, dijo: “Evitad la aplicación de hudud cuanto sea posible. Intentan buscar una salida (para el culpable). La equivocación del juez en dejar al culpable en libertad es mejor que se equivoque en aplicar una pena”.

El Islam no da el derecho de aplicar hudud a ninguna gente sino al gobernador del estado. Por eso, quien se atreve a aplicar al hudud -sea de los individuos o de los grupos- se considera delincuente por haber desobedecido la legislación de Allah.