¡El Islam disminuye a la mujer, le obliga a llevar velo, le obliga a obedecer al hombre, y le impide trabajar,…etc.!
Estas son algunas de las alegaciones repetidas frecuentemente sobre el la visión del Islam hacia la mujer.
De vez en cuando, algunas voces alegan que el Islam no respeta los derechos de la mujer y presentan como pruebas la imagen de su vida de bajo la dominación del grupo terrorista DAESH. La verdad que muchos no saben que seguramente este grupo terrorista no tiene nada que ver con el Islam. Según testigos mujeres que han podido escaparse de Daesh, estos terroristas prestan mucha atención al aspecto de las mujeres, les venden por dólares; consideran que la vida de las mujeres casadas es distinta a la de las esclavas sexuales.
Dos mujeres fueron capturadas y convertidas en esclavas sexuales por el grupo extremista a la edad de 16 y 21 años y lograron escaparse después de meses de abusos y trato humillante inhumano. Actualmente se dedican a defender los derechos humanos, transformándose en portavoces de la situación desastrosa que sobrevivieron durante mucho tiempo. Algunas de estas víctimas narran que los terroristas de Daesh cautivan a mujeres, convirtiéndose en esclavas sexuales durante meses e incluso años. Narran también casos de suicidio de muchas niñas y mujeres, quienes prefirieron quitarse la vida que seguir sufriendo esta vida.
No cabe la menor duda de que tal ideología no tiene ninguna relación con las instrucciones del Corán ni con la tradición del profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Hay muchas narraciones en la historia del Islam que demuestra cómo fue tratada la mujer. Solamente presentamos un incidente que sucedió en la era del Profeta.
Para entenderlo, hay que explicar que en el Islam, hay un ritual de purificación con agua que se hace previo a rezar: la ablución que es imprescindible sin la cual la oración no es válida. En caso de no haber agua o no poder utilizarla se permite hacer lo que llamamos tayamum, que consiste en tocar la tierra con las palmas de ambas manos y seguidamente pasarlas sobre la cara y frotar el dorso de las manos.
Aisha, la esposa del profeta Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), estaba de viaje con el Profeta y algunos de sus Compañeros. Ella tenía un collar y durante el viaje se dio cuenta que había dejado el collar en algún lugar y que ya no lo traía.
¿¡No es de extrañar que el viaje entero fuera retardado por buscar su collar?!
Después de un rato llegó la hora de la oración, no había agua con la cual se hace la ablución. Algunos compañeros se fueron a Abu Bakr ) padre de Aisha( y dijeron. “¡Has visto lo que Aisha ha hecho! ¡Ella ha causado que el Mensajero de Dios se detuviera en un lugar donde no hay agua!” Mientras tanto, el Profeta se había quedado dormido sobre la pierna de Aisha. Abu Bakr llegó a ver a Aisha y empezó a reprocharla por haber hecho detener a la gente cuando no tenían nada de agua. Ella no se movió porque no quería molestar al Profeta.
El Profeta se despertó y justo después fueron reveladas las aleyas del tayamum, haciendo claro lo que debe hacer un musulmán cuando está de viaje y no hay agua. La gente le dijo a Abu Bakr: “Esta no es la primera bendición que viene de tu familia”. Dijeron también a Aisha: “¡Que Dios te recompense! ¡Por Dios, cuando tengas una dificultad, que Dios te alivie de ella y dé la bendición a los musulmanes también!”.
De esta ocasión se puede notar claramente cómo se tratan las mujeres en el Islam, ¡cómo se trasladó un viaje entero por causa de buscar un collar de Aisha!
La permisión de hacer la purificación sin agua se declara por cusa de este incidente. Este es un solo modelo que demuestra el estatus de la mujer en el Islam. Entonces, con solamente este modelo de tratamiento ¿cómo se puede creer o decir que el Islam disminuye a la mujer?
Unidad de Español
Observatorio de al-Azhar contra el Extremismo