El terrorismo es un fenómeno del que sufren muchas zonas del mundo actual. Si nos acercamos un poco más para analizar este fenómeno, se nota que hay muchas motivaciones que se explotan para justificar erróneamente la violencia y el terrorismo. Estas motivaciones se varían para cada individuo según sus circunstancias sociales e individuales. Cabe aludir a que las motivaciones individuales para la implicación en actividades terroristas pueden ser económicas, existenciales, emocionales, incluso religiosas e ideológicas.
La falsa idea de utilizar la violencia como una orientación religioso a menudo se combina con otras motivaciones individuales. El proceso de radicalización o el hecho de unirse a un grupo terrorista se mueve por otros motivos como, por ejemplo, mejorar el nivel económico, el sufrimiento de la pobreza, del aislamiento, de una crisis existencial o de la frustración de cualquier motivo personal. A veces encontrar una salida a unas crisis de identidad conduciría a la implicación dentro de los grupos terroristas.
Las motivaciones también pueden ser emocionales. La persona se mueve hacia el terrorismo con emociones negativas como la frustración, el odio hacia el otro o hacia la vida en totalidad. Es mucho más raro unirse a grupos terroristas por emociones positivas como el amor, principalmente mujeres que siguen los pasos de sus parejas a través de alguna red social, que luego se convierten en combatientes terroristas.
Las motivaciones individuales de actividades relacionadas con el terrorismo son variables. En realidad, los factores principales de convertirse en un terrorista son ideológicos, utilitarios, existenciales, etc. Por eso, hay que entender estos factores en el contexto social. Ejemplo de ello, la ausencia de la justicia dentro de cualquier sociedad ejerce una considerable influencia sobre el proceso de radicalización para quienes creen que la solución es la violencia y para quienes sufren un conflicto de identidad. Estos piensan que no tienen otra opción y piensan que con su vinculación a los grupos terroristas van a formar parte de una identidad colectiva y justa.
Entre otras motivaciones del terrorismo, no cabe la menor duda en que para poder luchar contra ello hay que investigar en qué consisten concretamente cada una de esas motivaciones individuales; y cómo puede llegarse a soluciones para evitar la transformación de los jóvenes en unos terroristas que odian a la humanidad.
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