La declaración de México y Chile de haber remitido la situación del “Estado de Palestina” a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, tras la escalada de violencia contra objetivos civiles, es un paso que promueve los esfuerzos de Sudáfrica para frenar la “máquina de guerra” sionista, liderada por el criminal Netanyahu y su equipo terrorista, que no solo controlan el curso de la guerra en la Franja de Gaza y se niegan a parar la agresión contra los palestinos, sino también procuran ampliar el alcance del conflicto a Cisjordania, que sufre además, hoy en día, graves tensiones a causa de los crecientes casos de detenciones, incursiones y ataques directos contra sus habitantes civiles.
La guerra en Gaza ha revelado el engaño de muchos años durante los cuales la ocupación sionista ha venido tocando la fibra sensible de la memoria del holocausto para propiciarse la simpatía y el apoyo internacionales y aparecer como un manso cordero. Sin embargo, la resistente Gaza ha logrado ponerle fin a este recuerdo empujando a los líderes de la ocupación sionista a comparecer ante los tribunales internacionales, acusados de muy evidentes crímenes de genocidio y limpieza étnica. Crímenes que los líderes de la entidad sionista no pueden negar, porque están difundidos y publicados cada minuto a lo largo del día, y en los que caen decenas de muertos ante todo el mundo.
Con toda seguridad, los gritos de nuestro pueblo en Gaza no serán en vano. Los titulares de los derechos y de la tierra -no importa cuánto dure su opresión y el encubrimiento de sus derechos- obtendrán un resquicio que mostrará claramente lo repugnante que es su opresor, quien realiza intentos desesperados para embellecer su imagen manchada de sangre pura e inmaculada de las víctimas palestinas.