Quince civiles asesinados en un ataque terrorista en Níger... El Observatorio de Al-Azhar renueva su preocupación por el aumento del terrorismo en el oeste de África como resultado de la rivalidad entre el Estado Islámico y Al Qaeda.    

El gobierno de Níger anunció ayer, miércoles, que 15 civiles fueron asesinados y decenas resultaron heridos en ataques perpetrados por terroristas en la región de «Mihana», una de las seis regiones ubicadas en la zona de Tillabéri, al oeste del país, en la frontera con Malí y Burkina Faso. El ejército de Níger había anunciado, hace dos días, la muerte de una persona y heridas a otras tres en la misma región durante un enfrentamiento con extremistas, según la agencia de noticias France Presse. Los militantes atacan a los civiles en «Mihana» con frecuencia, lo que ha provocado un desplazamiento masivo de la población de la zona. Según la agencia France Presse, el ejército de Níger afirmó que las fuerzas de seguridad respondieron efectivamente a los ataques de las milicias armadas y lograron neutralizar a varios terroristas. Niamey también se enfrenta a actos de violencia por parte de los militantes de Boko Haram y sus rivales en el Estado Islámico en el oeste de África.
Según la organización de monitoreo de conflictos «Acled», los militantes extremistas mataron a unos 1500 civiles y soldados en Níger durante el presente año (2024), lo que supone un aumento significativo en comparación con el mismo período del año pasado, de enero a julio, que registró 650 muertos.
Al respecto, el Observatorio de Al-Azhar para Combatir el Extremismo señala que el ataque suscita temores de que aumente la actividad terrorista en la región del Sahel occidental a pesar de los intentos de los gobiernos de Burkina Faso, Níger y Malí de hacer frente a las crecientes amenazas en la región en medio de dos escenarios de rivalidad, ambos presagiados consecuencias nefastas que afectan a la seguridad y la estabilidad de la región. El primer escenario es la rivalidad entre el Estado Islámico y Al Qaeda, y lo que esta rivalidad provoca en términos de asesinatos de inocentes y la ejecución de operaciones terroristas que cada organización intenta atribuirse el mayor número posible para demostrar su influencia y control sobre la región africana. El segundo escenario, que no es menos grave que el anterior, es la rivalidad entre las potencias occidentales por pretextos que solo conduce a un mayor sufrimiento para los países y pueblos africanos.