Las primeras aleyas reveladas en el Corán que permiten combatir son las siguientes:
Se les ha permitido combatir a los creyentes que son atacados porque son víctimas de una injusticia. Dios tiene el poder para socorrerlos. Ellos fueron expulsados injustamente de sus hogares solo por haber dicho: “Nuestro Señor es Dios”. Si Dios no se hubiera servido de algunas personas [creyentes] para combatir a otros [incrédulos], se habrían destruido monasterios, iglesias, sinagogas y mezquitas, en donde se recuerda frecuentemente el nombre de Dios. Dios socorre a quien se esfuerza denodadamente por Su religión. Dios es Fuerte y Poderoso.
Estas dos aleyas están relacionadas con la ayuda de los oprimidos, protegerlos de la injusticia y proveerlos el derecho de vivir seguros. Hay que observar que la aleya dio la precedencia a los monasterios, las iglesias, las sinagogas antes de mencionar las mezquitas.